Autor: Texto, María Cecilia de Frutos D. Fotografías, Carla Pinilla G.
En modo análogo
En modo análogo 6 C ómo hacer una muestra de carpintería en una escuela de Arquitectura y Diseño, que sea pedagógica y didáctica.
Es en lo primero que pensó Martín Hurtado cuando lo invitaron a exponer en la Galería Lo Contador, en la Fadeu UC. "Es un invento", dice sobre "Caligrafías Carpinteras", un juego de ensambles, uniones y combinaciones que consiguen armonía, proporción y ritmo para crear una estructura que demuestra que se pueden lograr distintas sensaciones y atmósferas según cómo se "escriba" con la madera.
La propuesta del arquitecto se emplaza en medio de la sala como un volumen habitable, con muros y techo construidos a partir de módulos con diferentes tramas hechas de retazos y restos de tablas, y en el interior, un bonsái de coigüe, un asiento y una mesa con una croquera que recoge la bitácora de este proceso creativo: "Es bueno que los alumnos vean cómo se desarrollan las ideas, las equivocaciones y los caminos que no se siguen", dice.
Por el perímetro de la galería se exhiben diez pequeños paneles hechos por maestros, músicos, psicólogos, agrónomos, diseñadores, etcétera, a quienes Hurtado invitó a "jugar con palitos", como un ejercicio colaborativo, para demostrar que todos podemos armar algo estético y con belleza.
Titulado de la Universidad Católica en 1989, con oficina propia desde 1993 y una carrera ligada a la madera aunque no de manera exclusiva, Martín Hurtado vio esta muestra como una oportunidad de diseño y composición que pone en valor el trabajo manual, en un momento en que lo digital es tan preponderante. "Yo represento el área análoga de la escuela, una especie de eslabón perdido, un ala que existió, pero que ha ido cambiando por razones académicas. Siento que la arquitectura necesita obra, la experiencia física con el material", afirma. Cuando yo estudié hace 40 años, la madera no existía, en la universidad no había un taller dedicado y jamás hice un proyecto con ella, porque la modernidad era el acero y el hormigón.
Hasta que recién egresado hice unas cabañas en el sur y una capilla, así empezó una bola de nieve y ya debo llevar unas En modo análogo Trabajar con las manos y manejar herramientas fue parte de su vida y crianza, y la madera se convirtió en un material predominante para Martín Hurtado en sus primeros encargos como arquitecto.
Le interesa su capacidad de expresar y crear atmósferas, más que las técnicas constructivas, por eso en la exposición "Caligrafías Carpinteras" hasta octubre en la Galería Lo Contador quiso invitar a jugar con ella y demostrar cómo se puede escribir con pequeñas tablas, trozos y retazos. Texto, María Cecilia de Frutos D. Fotografías, Carla Pinilla G. "Trabajar con las manos es lo mejor, es una sensación que no necesita estudios, es pura empatía con el material". En su taller usa desde herramientas tradicionales a máquinas muy modernas. Aquí invita a sus amigos a expresarse con madera, no busca ser una escuela de carpintería. ENTREVISTA. En modo análogo i. Trabajó con la barraca barraca de CLC Maderas Maderas para montar “Caligrafías Carpinteras”, Carpinteras”, que estará hasta octubre en Galería Lo Contador. Todo es muy análogo análogo en la exposición; los muebles y la croquera también los hizo Martín. En el taller de Pedro Mege almacenó almacenó las maderas e invitó a distintas personas a jugar con ellas.
Esta mecedora la hizo para su mujer, en madera de haya. 200 obras de todo tipo en madera reconociendo reconociendo además que desde el 2000 ha ido creciendo la tendencia a la construcción en madera, por sustentabilidad, rapidez, menor costo, entre otros factores que la han situado como gran alternativa.
Con ella ha proyectado bodegas, viñas, teatros, hoteles, casas, iglesias, también sillas, lámparas, mesas, la balsa familiar en la que caben caben 25 personas... El material no solo le permite permite a Hurtado crear atmósferas, vivencias y sensaciones en su arquitectura, él mismo se ha convertido en un carpintero a menor escala. escala. En su casa, de madera, levantada en lo más alto de un cerro en La Dehesa, yjunto al taller de cerámica de su mujer Isabel Izquierdo, tiene tiene su propio espacio de trabajo. “En 2018 entré entré con un amigo al Museo Taller a tomar clases clases de carpintería, estuvimos dos años, era como una terapia.
Cuando empezó la pandemia pandemia armé mi propio taller, invité a más amigos y desde ahí que nos juntamos todos los sábados sábados a jugar con palitos y cada uno trabaja en su proyecto” (@tallerbalsa). Es fascinante poder construir lo que diseño, diseño, es como lo que pasó en esta exposición, exposición, en la que hicimos todo con un maestro y mi hijo Simón.
Me permite tener un laboratorio laboratorio personal dice Hurtado a sus 60 años, recordando recordando la herencia familiar que se expresa en todo esto, “Mi papá, abuelos, todos eran muy artesanos, en la casa estaba la idea de hacer las cosas, había herramientas, y toda esa tradición la tuve como en barbecho hasta que empecé a trabajar en arquitectura”. (martinburtado. cl). vD.