"Para mí un momento constitucional dura una década o dos"
BRUCE ACKERMAN " Creo que Chile ha llevado a cabo su esfuerzo de reconstrucción constitucional de una manera especialmente reflexiva", dice Bruce Ackerman, Profesor Sterling --el mayor grado académico-de Derecho y Ciencia Política en la Universidad de Yale, tras dedicar los últimos días a revisar las 134 páginas, 14 capítulos y 211 artículos que componen el anteproyecto de nueva Constitución, presentado por la Comisión Experta al Consejo Constitucional el mes pasado.
Pese a remarcar que es "una respuesta razonada a muchas de las insuficiencias del sistema existente", el borrador, asegura, "sigue siendo ambiguo e incompleto en aspectos significativos". Ackerman es autor de diecinueve libros sobre filosofía política, derecho constitucional y derecho público, y es miembro del Instituto Americano de Derecho. La Sociedad Americana de Filosofía le otorgó el premio Henry Phillips por «We the People», su serie de volúmenes sobre el desarrollo constitucional estadounidense. Por su parte la Asociación de Abogados de los Estados Unidos, le dio el Premio Gavel a la Justicia Social en el Estado Liberal. Su trabajo ha tenido un impacto global.
Su libro, «Before the Next Attack» (en español, «Antes del próximo ataque»), sirvió de base para la reforma de la constitución francesa que se ocupa de los poderes de emergencia, mientras que su publicación más reciente, «Revolutionary Constitutions» («Constituciones Revolucionarias»), pone la experiencia americana en una perspectiva mundial, comparando sus similitudes y diferencias con países como Francia, India, Irán y Sudáfrica. Este trabajo lo llevó a ser elegido por la revista británica Progressive Magazine como uno de los cincuenta pensadores globales del 2022.
Entre expertos constitucionales, Ackerman se ha vuelto un nombre recurrente por acuñar el concepto "momento constituyente", el que, según explica, se caracteriza por ser un "movimiento autoconsciente por un cambio fundamental en el sistema político en nombre de la justicia social". Por Zoom, Ackerman revisa exhaustivamente el primer documento preliminar propuesto por la Comisión Experta, y dice que es imperativo que los consejeros constitucionales se detengan en dos de sus artículos: "Espero que (estos artículos) atraigan mucha atención durante los próximos meses, porque si permanecen intactos, preveo un desastre para la democracia chilena de los próximos treinta años". En primer lugar se detiene en el artículo 31 que señala que "el estado de emergencia no podrá extenderse por más de quince días, sin perjuicio de que el Presidente pueda prorrogarlo por igual período.
Sin embargo, para sucesivas prórrogas, el Presidente requerirá siempre el acuerdo del Congreso Nacional". Sobre él, Ackerman dice: "No hay ninguna disposición en la Constitución, tal como la veo en este momento, que diga que todas las emergencias terminarán alguna vez". Luego continúa con el artículo 48, en el que se lee: "un grupo de personas habilitadas para sufragar, equivalente al tres por ciento del último padrón electoral, podrá presentar ante el Servicio Electoral, una iniciativa de derogación total o parcial de ley, para que sea votada en un referendo, dentro de los sesenta días siguientes de su publicación". Ackerman entonces agrega: "En una democracia estándar le damos a los ganadores cuatro años para tratar de crear una respuesta sensata y luego, si no convencen al pueblo chileno, los oponentes ganarán.
Ahora vas a tener un sistema en el que cada 60 días, los ciudadanos de Chile van a ser llamados a las urnas sobre uno u otro tema diferente al que, por supuesto, no han prestado atención hasta hace poco". "Un éxito democrático a largo plazo" Ackerman es dueño de un español que aprendió en la escuela pública de Nueva York.
Hijo de un sastre y una dueña de casa, sin educación formal, ambos judíos que huyeron de la Primera Guerra Mundial --aunque él se define ateo--, dice que su dominio de este y otros idiomas, como el alemán, el francés y el italiano, han definido su expertise. "Es una de las razones por las que soy bastante bueno en derecho comparado", asegura. Luego dice que una de las grandes desventajas de la erudición legal estadounidense es que todos solo hablan inglés.
Sobre el caso chileno, un punto central en el que Ackerman se detiene es en la revolución educativa de las últimas décadas en América Latina, pero especialmente en Chile. "No solo los chilenos de las grandes ciudades sino del campo también: son los más educados y también ilustrados", dice. "Lo impresionante de Chile es que tanto en el primer (como en el segundo proceso constituyente) ha habido una genuina y amplia discusión.
Hoy es fácil darla por sentado, pero ¿ era posible esa discusión hace 75 años?". --En su opinión, ¿por qué fue rechazada la primera propuesta constitucional? --Desde afuera, el asunto que mató la primera propuesta fue la noción de que todos los residentes de Chile no eran chilenos primero. La identidad nacional estaba en el centro de quiénes fueron sus oponentes.
Ellos decían: "esta Constitución no reconoce que todos somos chilenos primero y luego, por supuesto, que tenemos múltiples identidades, pero somos chilenos primero". Esta vez fue muy sabio que (el nuevo anteproyecto propuesto) no hablara de este Bruce Ackerman, académico estadounidense: "Para mí un momento constitucional dura una década o dos" Profesor de la U. de Yale no cree que haya desinterés por parte de los chilenos ante el proceso constituyente. En cambio, dice que "la gente está mejor educada, está menos subordinada que antes, es más libre". Por Muriel Alarcón "Para mí un momento constitucional dura una década o dos". tema. También fue muy sabio no traer a la discusión la cuestión del aborto y los derechos de género, no porque no sean importantes, sino porque no quieres (debatir) sobre estos temas de urgencia inmediata. Eso es lo que abruma a las cuestiones fundacionales.
La Constitución (brinda) una ocasión cada 30 o 50 años para mirar hacia adelante y analizar los problemas fundamentales del diseño y la legitimidad institucional, que generalmente damos por sentado cuando observamos una crisis tras otra. Ackerman, entonces, dice que al seguir la cobertura del caso chileno, le impresionó la respuesta del Presidente Gabriel Boric. "Puedes decir cualquier cosa de Boric, pero él reaccionó a esta derrota y no como Trump. Dijo: `Está bien, intentémoslo de nuevo.
Aunque sea un repudio hacia mí'. Porque lo fue... (Imita a Boric) `Y aunque lo soy, ya sabes, un recién llegado a la política y he derrocado a las dos coaliciones establecidas que habían gobernado... y lo primero que hago, que es distintivo e importante, ¡bum! ¡No! ¡Y hasta pierdo en las grandes ciudades!'. Así que me sorprendió mucho". --De hecho, la mayoría del nuevo Consejo Constitucional hoy está compuesta por republicanos. --Boric no lo ignoró. Tampoco dijo: "está bien, dejaré que el próximo Presidente lo haga de nuevo si quiere. Seguiremos viviendo con la Constitución de Pinochet con las adaptaciones adecuadas. Después de todo, lo hemos hecho durante 40 años. Podemos hacerlo por otro período". Él no hizo eso. Lo que es una habilidad política notable. Y no es solo él, es todo el movimiento democrático. Entonces es realmente una forma admirable de reconstrucción ilustrada para el siglo XXI. La idea, esta vez, de tener a los expertos diseñando algo y luego a los políticos serios respondiendo, es una idea innovadora. No hay demasiados ejemplos de esto que yo sepa en otros lugares.
Así que es creativo, reflexivo, en un mundo de desastres y crisis. --¿ Qué tan común es que un proceso constituyente no sea exitoso? ¿ Compartiría un ejemplo? -Como explico en mi libro «Constituciones revolucionarias», a Nelson Mandela y al Congreso Nacional Africano le tomó cinco años de amarga lucha establecer una "Constitución provisional" que suplantara la Constitución heredada del régimen del Apartheid, y tres años más para establecer una Constitución permanente, que ha logrado sostener un sistema democrático en condiciones difíciles.
Hay muchos otros casos en los que dos o más años de dificultad producen un éxito democrático a largo plazo. "Los chilenos no están cansados" --Ud. acuñó el concepto "momento constitucional". ¿Se puede aplicar a Chile? --Está pasando. Se ha (malentendido) el momento constitucional como un minuto mágico; como un momento en el tiempo. Pero para mí dura una década o dos.
Durante un tiempo, como en el caso de Chile, lo que tenemos es resistencia movilizada y oposición al binominalismo, que cada vez más y más pierde contacto con la población que se pregunta, "¿por qué siguen haciendo esto cuando hay tantos problemas más importantes?". Ese es el momento uno. El momento de la resistencia.
Muchas veces la transición de la resistencia a la transformación revolucionaria está acompañada de mucha más violencia (... ) pero con Chile, tuvimos un movimiento pacífico de oposición que dijo: "ajá, tengamos una Constitución que demuestre que el pueblo chileno ya no está bajo la sombra de la opresión militar". Y luego falla y la vuelven a hacer.
Y si tiene éxito esta segunda vez, será un modelo de esperanza para la gente... en Francia... Mira lo que está pasando en Francia ahora mismo. --¿ Qué contexto es mejor para trabajar un texto clave como la Constitución? --Si esta Constitución es aceptada por el 60% de los chilenos en el plebiscito, entonces el momento constitucional pasará a la siguiente fase y durante los próximos 10 años las diferentes partes componentes, los ciudadanos e instituciones como las FF.AA., el Congreso, etc., realmente tomarán la Constitución en serio. Si es así, el momento constitucional ha sido un éxito. Son varias fases. Me he referido a dos. La fase de resistencia, luego la fase de construcción constitucional. Luego la tercera fase es cuando Boric tenga más de 80 años.
Lo ha conseguido, está tan orgulloso de sí mismo, pero sus hijos le dicen: "esta Constitución no está funcionando". Simplemente no está satisfaciendo las necesidades y demandas del 2080. ¿Cómo mantener la tradición constitucional ahora de una manera que permita a sus hijos reevaluar y cambiar? El éxito de una generación al lograr una reorganización fundamental de una Constitución genera otro dilema. ¿Cómo sostenerlo? ¿ Cómo revisarlo sin repudiarlo? Y así sucesivamente. --Existe la idea de que los chilenos están cansados y agotados del "momento constitucional". --Esto es simplemente falso. Los ciudadanos no están cansados. --¿ No? --Los ciudadanos están mejor educados. Su ingreso promedio es mucho mayor que hace 50 años. Con educación, su posición es mucho más móvil y pueden disfrutar de diferentes dimensiones de la vida. La gente no está cansada: está menos subordinada que antes. Es más libre. Mira cómo se viste. Por ejemplo, yo soy uno de los últimos defensores de la corbata. Los alumnos de una de mis clases, me regalaron esta corbata --la muestra por la pantalla-porque sabían que yo la usaría.
Mis alumnos de la Facultad de Derecho de Yale, llevan jeans, pantalones cortos y poleras que dicen: "enemigo público número uno". No están cansados, son geniales. --CADEM sugirió que el 51% de los ciudadanos votaría contra el texto que no se ha presentado. Solo el 26% lo aprobaría. --Sí. Pero sin conocer el texto, esto es básicamente una reacción a la última votación.
Lo que usted necesita y lo que obtendrá en 60 o 90 días (antes del plebiscito), será que eventualmente Boric y todo el movimiento popular demócrata, dirá: "esto es diferente de la última vez". Y luego otros políticos dirán: "bueno, esto es mucho mejor que la otra". Entonces uno no debe subestimar el poder del debate comprometido. --¿ No cree que los ciudadanos necesitan ser reencantados? --No, yo creo que este Chile es el Chile más ilustrado y educado de su historia. Si le hubiera dicho que Boric sería su próximo Presidente (años atrás), me habría dicho: "Ackerman, usted no sabe. ¿De qué me está hablando?" Por supuesto, nunca habría sido capaz de predecir esto. Expertos de universidades líderes de toda Latinoamérica se sorprendieron cuando ganó Boric. ¿Cómo ganó? (Ganó) por este movimiento por la democracia que no se ha extinguido. Está durmiendo un poco. Podría morir. Eso sería una tragedia. Si la Constitución es derrotada nuevamente y luego un miembro de uno de las dos coaliciones tradicionales es elegido para la Presidencia, se extinguirá. Este es un escenario plausible, pero hay otros escenarios. Y no se debe perder la esperanza. Sobre todo porque tantos otros ciudadanos de tantos otros países tienen mejores razones para perderla. --¿ Qué consejo le daría hoy a los redactores de la Constitución? --Les diría: "Lo están haciendo bien. Sigan insistiendo, creo que lo que estamos viendo en Chile es un modelo para otros países". La gente cometerá errores.
La gente, los participantes, a veces se enojan unos con otros y pasan cosas de este tipo, pero en comparación con las formas de confrontación sobre el futuro constitucional en Brasil, o lo que está pasando en el resto del mundo, Chile es un modelo.
Pero incluso no comparado con lo que está pasando en el resto del mundo, Chile es realmente un esfuerzo bastante notable y reflexivo en el ejercicio deliberativo de la creación constitucional. --¿ Hay alguna razón por la que el proceso chileno esté en el mapa mundial hoy? --El éxito destacable del movimiento democrático en Chile. Y el destacable hecho de que este se ha instalado en el país pacíficamente por medios democráticos.
En comparación con las formas de confrontación sobre el futuro constitucional en Brasil, o lo que está pasando en el resto del mundo, Chile es un modelo". Creo que Chile ha llevado a cabo su esfuerzo de reconstrucción constitucional de una manera especialmente reflexiva". "Para mí un momento constitucional dura una década o dos".