Por un pacto por el plástico
E Según datos de la Asociación Gremial de Industriales de Plástico, en 2024 se consumieron más de 1,2millonesdetoneladas de plástico en Chile, un 7% más que el año anterior. Su consumo no se ha frenado, y sin una regulación clara que promueva prácticas sostenibles como el uso de plástico reciclado, estaremos perdiendo la oportunidad de estimular la economía circular. Bajo este contexto, la Ley de Plásticos de Uso sigue generando debate y se presta para interpretaciones ambiguas, alno diferenciarcon claridad, por ejemplo, los plásticos reciclables y materialessustentables.
Además la ausencia de un reglamento sigue generando incertidumbre e impide entregar seguridad aquienes están apostando por so Mientras la controversia persiste, la discusión debería migrar desde la prohibición del material hacia una reflexión más profunda sobre cómo repensamos SUUuso. El plástico no es un enemigo. Sí loesla mala gestión del material que ha generado una crisis ambiental. El modelo económico de consumo es el que lo lleva a generar el impacto que conocemos. Más que prohibir, necesitamos educar, concientizar, y concretar más políticas públicas que impulsen su reutilización y transformación. Reducir residuos se trata de construir un nuevo pacto de consumo. Un pacto dondelo público, privado, y la ciudadaníaavancen juntos, con visión y responsabilidad.. Magdalena Cabo, directora ejecutiva de WarpEarth