Autor: JOSÉ TOMÁS TENORIO LABRA
Entre crisis económica y política, el modelo alemán se deteriora y se rodea de dudas
Entre crisis económica y política, el modelo alemán se deteriora y se rodea de dudas El colapso de la coalición de gobierno fue una muestra más de su mal momento:El Canciller alemán, Olaf Scholz, reafirmó ayer su intención de repetir como candidato por el Partido Socialdemócrata (SPD) a la Cancillería en los comicios anticipados del 23 de febrero, a pesar de los sondeos y comentarios, también dentro del propio partido, que ven más idóneo al ministro de Defensa, Boris Pistorius. “El SPD y yo estamos dispuestos a entrar en esta pugna, por cierto, con el objetivo de ganar”, afirmó al referirse a la carrera por la Cancillería.
Señaló que cesó el pasado 6 de noviembre a su ya exministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, “por una buena razón”, lo cual llevó a la ruptura de la coalición y a dejar a Scholz al frente de un gobierno de minoría entre socialdemócratas y verdes.
Después de que ya lo hicieran varios políticos a nivel local y federal, algunos diputados del SPD se pronunciaron por primera vez en una reunión interna a favor de entrar en campaña electoral con Pistorius, mucho más popular que Scholz, según Spiegel. superávit comercial con EE.UU., el cual en 2023 llegó a los 63.300 millones de euros, con casi un 10% de las exportaciones alemanas dirigidas hacia EE.UU.
Búsqueda de nuevos liderazgosLas dudas por el modelo de desarrollo del país no se quedan solo en lo económico, y en el último año el giro de la ciudadanía hacia opciones populistas o en los extremos muestra, según los expertos, que en el país hay una creciente sensación de que Alemania también debe ajustarse políticamente a la nueva realidad global.
“Muchos alemanes sienten que el país tiene un liderazgo débil en un mundo donde los líderes duros y bullies ganan más terreno, y sienten que si Alemania no va por ese camino, quedará relegada en los años que vienen”, dice Constantin Wurtmann, politólogo de la Universidad de Erlangen-Nuremberg.
Es así como en el último año el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) no solo se consolidó en segundo lugar de las encuestas a nivel nacional, por detrás de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), sino que logró el primer triunfo en elecciones regionales para la extrema derecha desde la Segunda Guerra Mundial, al ser la fuerza más votada en las elecciones de Turingia, en septiembre.
En los comicios de Sajonia y Brandenburgo, el mismo mes, quedó a solo un porcentaje de votos del primer lugar, mientras que la formación de izquierda radical Alianza Sarah Wagenknecht, fundada en enero pasado, logró el tercer logar en todas esas votaciones, y marcha quinta a nivel nacional en intención de voto.
La prueba más importante de su poder, asegura sin embargo Wurtmann, será en las elecciones que se llevarán a cabo el próximo año, luego de que en diciembre Scholz presente una moción de confianza al Parlamento que con toda seguridad perderá y marcará la caída oficial de su gobierno. “Los partidos radicales tendrán bastante que decir, quizás no para la conformación de un gobierno, pero sí para señalar un cambio brusco que muchos alemanes quieren”, dice el académico.
EFECONTRACCIÓN El gobierno pronostica otro mal año para Alemania con previsiones de una nueva contracción económica, esta vez del 0,2% al cierre de 2024.0 ,2% al cierre de 2024, lo que aumenta los temores de que el país se pueda enfrentar a una de las peores recesiones de sus últimos 20 años, mientras que la industria alemana, pilar de su modelo de desarrollo actual y por años considerada como un motivo de orgullo nacional, muestra fisuras cada vez más grandes.
Prueba de ello son los índices de producción industrial que enlos últimos meses arrojaron solo números rojos, mientras que en el sector automotriz, clave para Alemania, el gigante Volkswagen hizo sonar las alarmas al anunciar en octubre que cerrará tres fábricas en el país, una medida inédita en su historia, junto con realizar despidos masivos y rebajas de hasta en un 10% el sueldo de sus empleados para enfrentar la crisis que golpea al sector en general.
“Los mayores sectores industriales de Alemania están en crisis, y eso tiene como gran factor el modelo de desarrollo que se sigue desde hace décadas, pero que no se ha adecuado a los tiempos actuales”, explica a “El Mercurio” Marcel Schweitzer, profesor de economía y gestión industrial de la Universidad de Hamburgo, quien señala la falta de inversión en nueva infraestructura clave y en digitalización, y la “gran burocracia” quepersiste en el país como los causantes de la crisis de su industria.
Un plan no adecuado al contexto globalLa crisis en Alemania se explica también por un contexto internacional de creciente competencia entre potencias que no ayuda en nada a un modelo de desarrollo anclado durante años en la dependencia de la nación del gas barato proveniente de Rusia cuyo flujo directo se cortó tras el inicio de la guerra en Ucrania y las sanciones europeas al gas ruso, de las importaciones baratas de bienes de China, y de exportaciones de alto valor de productos locales.
“Alemania tiene una economía fuertemente orientada a la exportación, y la competencia de potencias, las medidas proteccionistas y las guerras arancelarias le vienen muy mal () Ne-cesita un contexto de comercio global fluido y sin grandes obstáculos, que es lo contrario a lo q u e v e m o s h o y ”, a s e g u r a Schweitzer.
El país ya sufrió un duro golpe luego de que en junio la Unión Europea anunciara aranceles de hasta un 38% a los vehículos eléctricos chinos por supuesta competencia desleal, algo que tiene muy expuesto al sector automotriz alemán a sufrir medidas de represalia de China, un mercado de gran importancia para las grandes compañías alemanas de automóviles. A eso se suma la preocupación que genera el retorno a partir de 2025 de Donald Trump a la Presidencia estadounidense, con la promesa de imponer aranceles de hasta un 20% a todas las importaciones.
De concretarse, la medida tendría un severo impacto para una economía alemana que mantiene un importantePor décadas considerado como el gran “motor de Europa”, la Alemania actual parece más una nación que no logra arrancar para superar los grandes problemas que arrastra, con una economía que lleva los últimos años en crisis y se aleja de la robustez y estabilidad que la caracterizó hasta hace no mucho tiempo atrás, y un giro político hacia los populismos que da señales no solo de descontento con la clase gobernante, sino que también del deterioro de un modelo de desarrollo que se sume en la incertidumbre.
El colapso a inicios de mes de la coalición de gobierno alemana entre socialdemócratas, el Partido Demócrata Libre (FDP) y Los Verdes, luego de que el Canciller Olaf Scholz despidiera a su ministro de Finanzas y líder del FDP Christian Lindner, fue la más reciente señal del complejo momento que atraviesa el país, tanto a nivel político como económico.
Si bien desde hace meses se sabía de los constantes roces entre los líderes de los tres partidos de la “coalición semáforo” (por los colores de sus partidos, rojo, verde y amarillo), al centro de la decisión del líder socialdemócrata de sacar a Lindner del gobierno, y de paso a todo el FDP de la coalición, estaban una serie de diferencias presupuestarias y de medidas para reactivar una economía local que, desde la pandemia y el inicio de la guerra de Ucrania, se ha visto en serios aprietos. Es que tras cerrar la economía local el 2023 con una contracción del -0,3%, el gobierno pronostica otro mal año para Alemania con previsiones de una nueva contracción, esta vez delN Scholz reafirma su candidatura. El país atraviesa grandes crisis de las que no logra salir en los últimos años, en un contexto global que, según los expertos, no le favorece. El colapso de la coalición de gobierno fue una muestra más de su mal momento: Z, Volkswagen hizo sonar las alarmas al anunciar que cerrará tres fábricas en el país.