Los 15 años que han marcado la caída de los liceos emblemáticos, agudizada por la violencia y el fin de la selección
Los 15 años que han marcado la caída de los liceos emblemáticos, agudizada por la violencia y el fin de la selección Aunque la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) busca medir las competencias de los estudiantes para acceder a la universidad, tanto este modelo como las antiguas Pruebas de Selección Universitaria (PSU) y su formato de transición (PDT), también reflejan la situación que atraviesa cada colegio y liceo. Los establecimientos educativos suelen destacar a sus alumnos que estuvieron entre los mejores puntajes --ahora reconocidos con las Distinciones a las Trayectorias Educativas (DTE)--, junto con comparar su desempeño respecto de otros colegios.
En los últimos procesos, entre los resultados que han causado más impacto, está el fuerte deterioro que han sufrido los liceos históricos de la capital, denominados como "emblemáticos" y que solían tener un buen desempeño, los que han sido afectados por constantes suspensiones de clases por episodios de violencia, tomas estudiantiles y paralizaciones de profesores.
Oportunidades de movilidad social "que se han debilitado" Mediante los datos abiertos que publica el Demre sobre los resultados de la prueba, Libertad y Desarrollo (LyD) analizó el rendimiento de los principales emblemáticos de la Región Metropolitana, desde 2010 a 2025.
Para ello, se usó el listado de Liceos Emblemáticos que elaboró el Centro de Estudios del Ministerio de Educación en 2020, y se incluyó a los 10 que tenían mejores puntajes en 2010, según su ranking respecto del resto de los establecimientos del país, obtenido entre el promedio de las pruebas de lenguaje y matemática (actuales Competencia Lectora y Matemática 1). Esta evolución evidencia que todos estos establecimientos han tenido una caída en su desempeño: el mejor ranqueado es el Instituto Nacional, que cayó desde la posición 9 de 2010 y 13 de 2011, hasta el puesto 317 en 2025, mientras que el Liceo Carmela Carvajal cayó desde el lugar 64 al 423.
La caída más estrepitosa es la del Internado Nacional Barros Arana (INBA), que en los últimos meses ha hecho noticia por el accidente que sufrieron alumnos que manipulaban elementos incendiarios al interior del establecimiento, lo que dejó a 35 estudiantes hospitalizados con quemaduras de distinta gravedad. El INBA pasó del puesto 401 al 1.826, con un marcado descenso en las posiciones el último año.
También los liceos de Aplicación, Arturo Alessandri y Manuel Barros Borgoño figuran entre aquellos con las principales caídas (ver infografía). Según la coordinadora del Programa Social de LyD y autora del análisis, María Paz Arzola, los datos son "lamentables", pues los liceos emblemáticos "ofrecían oportunidades de movilidad social que hoy se han debilitado". Entre los motivos que identifican los académicos e investigadores para la baja en el desempeño académico, están el cuestionamiento que se hizo a los proyectos educativos cuando se discutió el fin de la selección mediante la Ley de Inclusión.
Se puso en duda la idea del mérito El fin de la selección comenzó gradualmente, desde 2019 en la capital, pero Arzola plantea que "incluso antes de que esta prohibición se materializara, el debate público en torno a esta ley llevó a que se pusiera en duda la idea del mérito y con ello se deslegitimaran los proyectos educativos de excelencia que orientaban a estos establecimientos". Por otro lado, señala que un segundo elemento que posiblemente afectó a los liceos históricos fueron las normas que introdujo esa misma ley sobre la exp u l s i ó n y s a n c i ó n a l o s estudiantes que incumplen el reglamento y cometen desmanes u otros actos de violencia, lo que según la investigadora "deterioró las atribuciones de los equipos escolares para manejar conflictos". En ese sentido, acota que con dicha ley "entramos en un período en que se acrecentaron y agravaron los hechos de violencia, sin que los directivos pudieran enfrentarlos y frenarlos", por lo que "es difícil pensar que ello no afectara su desempeño". De hecho, en 2019 aparecieron los primeros overoles blancos, los que a la fecha siguen causando desmanes en los colegios y calles cercanas.
Similar mirada tiene Santiago Montiel, investigador de Horizontal, quien plantea que "la caída de los emblemáticos ya venía ocurriendo antes de 2015, pero se observa una marcada aceleración tras la Ley de Inclusión (promulgada en 2015), junto con otros factores como la violencia". Montiel añade que, pese a que se argumentó que la normativa generaría un alza en el rendimiento del resto del sistema público al distribuir a los estudiantes destacados, los datos muestran una tendencia opuesta: "Controlando por matrícula, los liceos públicos tienen un 22% menos de participación de mejores puntajes en 2025 que en 2010". El director de Mi Derecho a Educar, Felipe Varela, también identifica a "la desvalorización del mérito y del esfuerzo personal que se fue instalando a partir de 2009" como causantes del deterioro de la educación pública, y que "lo que inicialmente fue un cambio cultural se institucionalizó con la Ley de Inclusión de 2015, que asestó un golpe a los liceos emblemáticos". Con todo, apunta a que estos liceos de excelencia "se fueron transformando en espacios marcados por una polarización extrema y una confrontación constante entre estudiantes y autoridades". Análisis de LyD a resultados de pruebas de admisión evidencia retroceso en rendimiento: Los 15 años que han marcado la caída de los liceos emblemáticos, agudizada por la violencia y el fin de la selección DIERK GOTSCHLICH Algunos de los establecimientos históricos, como el Internado Nacional Barros Arana (INBA), han bajado hasta 1.400 puestos en el ranking de colegios con mejores desempeños para ingresar a la educación superior. `` Muestra un deterioro evidente en el desempeño de los emblemáticos. En un contexto en que la educación pública no mejora, es aún más lamentable, pues estos ofrecían oportunidades de movilidad social que hoy se han debilitado".. ............................................................... MARÍA PAZ ARZOLA COORDINADORA PROGRAMA SOCIAL LYD.