Autor: Christian Slater Escanilla, coronel (R) del Ejército de Chile.
Senador Huenchumilla
8 Me dirijo a usted con el propósito de expresar mi preocupación sobre las recientes senador Francisco Huenchumilla respecto ala Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), a la cual describió como un grupo que ejer: ce “violencia política”, y no como una organización terrorista o de crimen organizado.
Si bien el senador Huenchumilla, en términos técnicos, tiene razón al diferenciar entre crimen organizado y violencia política, es esencial quese clarifique lo que esto implica, particularmente en una región que ha sufrido las consecuencias deesa violencia.
Enlos años 2004 y 2005, cuando tuve el honor de desempeñarme como comandante del Regimiento Tucapel en Temuco, Francisco Huerrchumilla, entonces alcalde de la ciudad, visiones muy similares respecto ala calidad humana y el amor por latierra y la patria de los miles de mapuches de la Región. Creí firmemente en la importancia dereconocerla dignidad y el compromiso de los mapuches con su cultura y suentorno.
Los propios soldados de ese regimiento, en su mayoría mapuches, eranun reflejo de esos valores, algo que está muy lejos de lo que hoy vemosen los grupos que, desarmasu espíritu, someten a su propio pueblo mediante el miedo y el terror, Esporeso queme causa profundo dolor y sorpresa lo que el senador ha manifestado recienternente. Este no es el Pancho Huenchumilla que yo conoci. Es innegable que la CAM, alo largo de suexistencia, harecurrido ala violencia de manera premeditada y cruel.
Un claro ejemplo de ello, entre muchos, es el planificado, cobarde, desproporcionado, cruel y sanguinario asesinato del matrimonio Luchsinger Mackay, dos ancianos indefensos, que fueron quemados vivos en su propia casa con el propósito de infundir terror, miedo y sometimiento en la población. Esto, más que “violencia política”, es terrorismo, y debeser nombrado como tal.
Las palabras del senador Huenchumilla, en su calidad de copresidente de la Comisión de Paz y Entendimiento, no sóloalectan la percepción delos hechos, sinoque también pueden socavar los esfuerzos por encontrar una solución justay duradera parala Región de La Araucanía. La paznose logrará sise minimizanactos tan brutales que han afectado a miles de personas en esa tierra queambos hemos compartido y defendido.
Por el biende La Araucanía y las victimas del terrorismo, espero que el senador corrija su comentario, ya que norefleja la gravedad delos actoscometidos por la CAM y el impacto devastador queestos han tenidoen la Región.