Autor: Renato Segura
Columnas de Opinión: Desarrollo Regional: ¡Viva la libertad, carajo!
Columnas de Opinión: Desarrollo Regional: ¡ Viva la libertad, carajo! OpiniónEl Premio Nobel de Economía 2024 fue otorgado a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson. Con la nominación, la Academia Real de Ciencias de Suecia quiso poner de relieve cómo las instituciones y las políticas económicas son determinantes para la prosperidad y el bienestar social.
En el libro “Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza. ¿Por qué fracasan los países?”, uno de sus coautores entrega algunas pistas del por qué la prosperidad afecta a unos y la pobreza condena a otros. Los países con modelos económicos inclusivos, presentan mejores rendimientos económicos y sociales. Las instituciones públicas tienen un rol insustituible para crear incentivos adecuados u oportunidades pertinentes a la realidad donde desarrollan su quehacer. La fortaleza de la institucionalidad política y la eficacia de un Estado centralizado, son dos de los mecanismos de mayor impacto al momento de obtener resultados favorables en el desarrollo de un territorio. La oligarquía territorial es uno de los factores que afecta negativamente el esfuerzo para el desarrollo. Las decisiones de pequeños grupos de poder(económico, político, social, religioso, cultural, ambiental y/o técnico), generan enormes perjuicios en el bienestar social de la población. La falta de incentivos, característica de la desigualdad social y económica, alimenta la pobreza y desesperanza a una población que asume ser incapaz de aprovechar las oportunidades que conlleva la modernidad. Las barreras que impone la política, a través de un marco regulatorio con mayores restricciones y a destiempo de los avances tecnológicos, frenan cualquier esfuerzo que apunte a disminuir la desigualdad y la injusticia social.
En este ámbito de cosas, ¿por qué la Región de Ñuble ha fracasado en su desarrollo? Primero, porque la disfuncionalidad de la nueva estructura de gobernador y delegado presidencial han debilitado a las instituciones públicas locales. El poder del Estado, representado por el Intendente, se debilita al tener una institucionalidad política y pública colisionando de manera permanente. Hoy día Ñuble no cuenta con un modelo que sostenga una política pública efectiva ni una institucionalidad política que le permita enfrentar a la oligarquía local. Segundo, se ha instalado en la Región el paradigma que el atraso es por razo-nes culturales y sociales, propio de una región rural. Es una lógica que tiene estancado el desarrollo del territorio.
Pequeños cambios en la institucionalidad política y la incorporación de mecanismos de incentivos para el desarrollo de la ruralidad, devolvería el optimismo a los agentes que realizan esfuerzos infructuosos por sacar a Ñuble de su estado de postergación.
Tercero, el centralismo de las instituciones públicas en Ñuble no es el problema, es parte de la solución; el Estado centralizado juega un rol sumamente importante en términos de proveer bienes públicos (embalses), infraestructura (conectividad), educación, orden, seguridad, justicia, fiscalización, definir las reglas del juego. La capacidad de generación de riqueza de los privados, no es el problema, es parte de la solución; los hogares rurales tienen la capacidad de preservar y desarrollar su entorno. Son ellos quienes, empoderados y en una ambiente de oportunidades, tiene las mejores posibilidades para lograr la prosperidad que tanto anhelan. Es decir, las instituciones políticas y el Estado de Chile son los responsables de estimular la actividad económica en Ñuble, pero con Libertad ¡ Carajo!. Opinión