Los megaproyectos y el desarrollo local
Los megaproyectos y el desarrollo local O Columna SórenScholvin y Marcelo Lufin Académicos Depto. de Economía UCN Los megaproyectos y el desarrollo local ra de grandes inversiones y megaproyectos bajo control nolocal. Aunque estos impulsos externos han contribuido poco al desarrollo sustentable de la región, los megaproyectos siguen teniendo un rol clave en las estrategias políticas.
El megaproyecto más ambicioso es el Corredor Biocéanico, cuyo objetivo es vincular nuestra región con el noroeste de Argentina, el Chaco paraguayo y Mato Grosso D:: hace unos 150 años, Antofagasta ha sido recepto"Esto es, en nuestra doSulen Brasil. Lamentaopinión, una tarea demente, la iniciativa ca. ER rece de participación del para coaliciones sector privado, siendo promovida por políticos y locales porel académicos.
Se ha centradesarrollo que do en el desarrollo de indeberían incluir al faestructura portuaria y vial, así como mejoras en sector privado los pasos fronterizos, sin como actor clave". contar con una clara estrategia para integrar las empresas dela región y atraer inversores. El hidrógeno verde también ha generado grandes expectativas, aunque su producción es intensiva en capital, crea poco empleo permanente, excepto durante el corto boom de construcción. Debido alosaltos requerimientos tecnológicos y la incertidumbre respecto a la futura demanda, las empresas antofagastinas aún no han demostrado mucho interés en esta industria. Al igual que el Corredor Bioceánico, el hidrógeno verde es una visión de futuro con incierta sustancia en términos de efectos locales. En nuestra investigación sobre los megaproyectos, hemos observado, además, que las empresas proveedoras de bienes genéricos y servicios de apoyo se concentran en las ciudades de Antofagasta y Calama. Para empresas de Taltal, Tocopilla y otras ciudades medianas, las barreras de entrada son casi insuperables. A estas empresas, les falta el capital para invertir en el equipamiento que necesitarían para cumplir con los altos estándares de las corporaciones no locales, y son, a menudo, demasiado pequeñas para servir como proveedores. A esto, se suman bajas habilidades para identificar oportunidades comerciales y la falta de redes a escala nacional. Considerando estos desafíos, las estrategias de desarrollo se deberían concentrarse más en los activos locales.
En lugar de pensar primero en los megaproyectos para luego intentar vincularlos con las empresas y el mercado laboral de la región, convendría plantear, desde el inicio, cómo las compas y los profesionales locales se pueden incorporar de una forma ventajosa a la economía global, incluyendo los megaproyectos pero no limitándose a ellos. Estos, en nuestra opinión, una tarea para coaliciones locales por el desarrollo, que deberían incluir el sector privado como actor clave, másallá delas autoridades políticas y la sociedadcivil. Estas coaliciones tendrían que plantear ideas realistas respecto a la participación en las cadenas productivas nacionales y globales, dejando atrás la queja y el reclamo que con demasiada frecuencia dominan los discursos económicos enla región..