Cristianismo e ideología "woke": una confrontación inevitable
Cristianismo e ideología "woke": una confrontación inevitable En las últimas semanas, el término wokismo ha ganado protagonismo en el debate público.
La ideología woke surgió como una lucha por la equidad y los derechos civiles, pero con el tiempo evolucionó hasta convertirse en una postura política y cultural con influencia en la educación, los medios y la vida cotidiana. Sin embargo, más que una corriente progresista, el wokismo ha desarrollado una visión del mundo que rechaza valores tradicionales, fomenta la polarización y busca imponer su marco ideológico en la cultura y la política. Por ello, más que una oposición entre wokismo y derecha política, la confrontación real se da entre wokismo y cristianismo, pues el primero aspira a reemplazar los principios y estructuras cristianas en la sociedad occidental.
El wokismo sostiene que la sociedad está estructurada en torno a relaciones de poder donde ciertos grupos (hombres, blancos, heterosexuales, etc. ) oprimen a otros (minorías raciales, mujeres, comunidad LGBTQ+). Desde esta perspectiva, es esencial reconocer el privilegio de ciertos sectores y desmantelar los sistemas de opresión que perpetúan desigualdades.
La historia y la cultura de la sociedad cristiana occidental suelen ser vistas como narrativas de dominio que deben ser cuestionadas, pues el wokismo considera que instituciones como la familia, la religión, el capitalismo y el Estado han sido instrumentos de opresión y deben ser transformadas o deconstruidas. Pero su objetivo no se limita a cambios legislativos, sino a una transformación cultural radical, donde individuos e instituciones adopten sus principios y se ajusten a nuevas normas de comportamiento, lenguaje y pensamiento. El conflicto entre cristianismo y wokismo es inevitable, ya que ambas visiones sostienen posturas opuestas sobre identidad, justicia y moral. Aunque tanto el cristianismo como el wokismo enfatizan la dignidad humana, sus fundamentos son irreconciliables. Jesús predicó el amor al prójimo, la compasión y la ayuda a los marginados, principios que, en apariencia, podrían coincidir con ciertos postulados woke. Sin embargo, las diferencias esenciales entre ambas visiones generan una confrontación inevitable. Mientras el cristianismo sostiene que la naturaleza humana es caída pero redimible, el wokismo divide a las personas en opresores y oprimidos, determinando su moralidad según su identidad racial, de género o sexual. Además, el concepto de justicia en el cristianismo se fundamenta en la verdad y la misericordia, mientras que el wokismo lo concibe como una redistribución de poder y privilegio, favoreciendo la revancha sobre el perdón. Mientras que el cristianismo afirma que la verdad es objetiva, el wokismo la considera una construcción social sujeta a tendencias culturales. Asimismo, el cristianismo ofrece redención, mientras que el wokismo atribuye culpa inherente a ciertas identidades (como la blancura o el patriarcado), sin posibilidad de redención. En el ámbito de la familia y la sexualidad, el cristianismo defiende la complementariedad de los sexos, mientras que el wokismo promueve la fluidez de género y cuestiona las estructuras familiares tradicionales. Estas diferencias muestran cómo ambas visiones del mundo no solo contrastan, sino que para el wokismo se trata de marcos ideológicos incompatibles. Por ello, más que una ideología política, el wokismo se ha convertido en una cosmovisión que pretende reemplazar el cristianismo como base moral y cultural de Occidente. Para los cristianos, esta confrontación no es menor: lo que está en juego no es solo un debate de ideas, sino la preservación de los valores fundamentales que han sostenido la civilización occidental por siglos.
Cristianismo e ideología "woke": una confrontación inevitable "Lo que está en juego no es solo un debate de ideas, sino la preservación de los valores fundamentales que han sostenido la civilización occidental por siglos". PATRICIO DUSSAILLANT B. Director Departamento de Comunicación Aplicada Publicidad Facultad de Comunicaciones UC.