Autor: Andrés Longton Diputado (RN)
Construir futuro en dos años
Construir futuro en dos años E n la Región de Valparaíso tenemos proyectos estratégicos que llevan años atrapados en un laberinto de permisos y observaciones. Obras que podrían estar generando miles de empleos y reactivando la economia local siguen en "calificación" y sin un horizonte claro.
Algunos ejemplos son la expansión del Puerto de Valparaiso (más de US$ 600 millones), el Puerto Exterior de San Antonio (US$ 4.000 millones) y la extensión del Metro hasta La Calera (US$ 680 millones), por mencionar sólo algunos. El diagnóstico es evidente. La permisología se ha transformado en un freno para el desarrollo. Lo que en 2006 demoraba poco más de un año en evaluarse, hoy puede superar los mil dias. Y después, aun con la Resolución de Calificación Ambiental aprobada, los proyectos enfrentan juicios que pueden extenderse por 3 o4años adicionales. El resultado es que menos del 20% de la inversión logra materializarse en plazos razonables. Frente a este escenario, existe una propuesta de Pivotes que cobra mucho sentido. Se trata de rediseñar el SEIA con una etapa temprana que permita definir, desde el inicio, la compatibilidad territorial, los principales impactos a evaluar y los organismos que deben pronunciarse. Asi se filtran las observaciones irrelevantes, se acota la discrecionalidad y se reduce la judicialización posterior. En simple, que un proyecto clave pueda pasar de la aprobación a la construcción en menos de dos años, entregando certezas a Inversionistas y comunidades, y resguardando al mismo tiempo el medioambiente. El Gobierno presentó una reforma al SEIA que no aborda la raíz del problema porque genera más trámites en proyectos pequeños, mayor burocracia y la misma incertidumbre de siempre. Esa mirada centralista e insuficiente ignora que regiones como la nuestra están perdiendo competitividad y empleos porque los proyectos estratégicos no avanzan. Frente a esa falta de visión, lo que necesitamos es aplicar soluciones reales en los territorios. Para Valparaíso, justamente, esta es la diferencia entre tener puertos de clase mundial que devuelvan la competitividad a Chile o seguir esperando indefinidamente. Avanzar en esta linea es lo que permitirá que nuestra región deje de ser un museo de proyectos inconclusosy se convierta en motor de crecimiento, empleo y oportunidades. Si queremos un futuro de desarrollo sostenible, con reglas claras y certezas, esto debe ser prioridad. No para flexibilizar a cualquier costo, sino para modernizar un sistema que hoy está fallando. El país necesita que la Región de Valparaiso sea ejemplo de cómo se pueden destrabar proyectos estratégicos sin sacrificar estândares ambientales.. C Columna