Autor: Rodrigo Contreras Vergara
De identidad y de la histórica atracción que ejerce el Maule
De identidad y de la histórica atracción que ejerce el Maule TALCA EN EL TIEMPO, ESPACIOS con historia 24 agosto 2025 16 DIARIO TALCA A rturo Vidal construyó el haras Il Campeone en San Clemente. Fue noticia a nivel nacional el 2021. Visitó la zona, salió a correr por los alrededores del campo de 50 hectáreas, se reunió con la alcaldesa de San Clemente, se sacó fotos que subió a sus redes. Hasta que los números comenzaron a no cuadrarle y decidió ponerlo a la venta. Fin. Hay un montón de ejemplos. Alexis Sánchez compró un terreno en Boyeruca, en Vichuquen, para levantar una viña y un hotel. Ese proyecto no ha fracasado. Está partiendo. Quizás podamos ver a Alexis, ya retirado, pasear por la viña y el lago junto a sus retoños y su mujer. Quizás.
Sumemos a todos los capitalinos y nortinos que, sin la fortuna de los "cabeza de pelota", se han comprado una parcelita en la ruta Pehuenche, en el valle o en la costa, para alcanzar el sueño de vivir en la naturaleza. El asunto es que el Maule siempre ha atraído miradas. Aquí está el corazón de Chile, dice una frase publicitaria, haciendo referencia a la tradición campesina de un territorio histórico. Es en esa idea de casonas de corredores y techos de tejas, extensos campos, cosechas, patrones e inquilinos, donde, en pleno siglo XXI, se gesta el escurridizo concepto de identidad maulina. Y la migración, interna y externa, ha sido siempre parte de esa identidad. El Maule como la tierra prometida. ¿Qué tiene que ver esto con la villa Huilquilemu? La historia dice que el terreno se le otorgó al capitán Diego de León en 1630. Y luego, siglos después, es comprado por Bruno González, un acaudalado minero nacido en Vallenar.
Un afuerino de mucha plata. ¿ No le parece historia conocida? Cuenta el profe Valderrama en la columna adjunta, que González compró Huilquilemu como un lugar de descanso, a medio camino de su hacienda en Mariposas, en San Clemente. Y fue este personaje, un ejemplo de la época del boom minero en el norte, a mediados del siglo XIX, el que construyó la clásica casona que se levantó en ese terreno.
Luego la historia se mueve y remueve hasta llegar a la propiedad de la Universidad Católica del Maule, a cargo de un proyecto que busca "restaurar y poner en valor un espacio de encuentro con la historia, las tradiciones, las artes y la naturaleza". Un esfuerzo encomiable que habla de todo eso y de más. Huilquilemu es parte de la identidad maulina y un recordatorio de la atracción que ejerce esta tierra sobre el afuerino, sobre los González, los Vidal y los Sánchez.
Larga vida a Huilquilemu.. A nueve kilómetros de Talca por el camino que va a San Clemente se encuentra la Villa Cultural Huilquilemu (bosque de zorzales en lengua mapuche) "Hernán Correa de la Cerda", cual remanso de paz que parece surgir del pasado. Para conocer parte de su historia, se debe recordar que la primera merced de Huilquilemu fue otorgada al capitán Diego de León en 1630.
Tras una sucesión de propietarios, la merced fue adquirida por el acaudalado minero Bruno González Julio (oriundo de Vallenar). Personaje notable en la sociedad del siglo XIX, poseedor de minas de oro y plata en el norte, adquirió esas tierras como lugar de solaz y descanso, para "parar" cuando se dirigía a la hacienda de Mariposas. Y en 1870 erigió la hermosa casona que constituye una generosa muestra de la clásica casa chilena de campo del siglo XIX.
Construida en adobe tendido, tejas, gruesas maderas y rodeada de amplios corredores y de un parque dotado de exóticos vegetales, sus enormes ventanales proporcionan iluminación y ventilación a sus extensas piezas, en tanto su parque contiguo está dotado de gigantescas y longevas secoyas, típicas araucarias, frondosos cedros del Líbano, aromáticos magnolios y espigadas palmeras, creando un entorno espléndido, frondoso e inspirador. La casa permaneció en el olvido durante mucho tiempo, hasta que en 1967 fue expropiada por la Corporación de Reforma Agraria. Entonces, don Hernán Correa de la Cerda (director de la sede Maule de la Pontificia Universidad Católica), visionariamente oteo la posibilidad de hacer de ella un museo y tener, en forma aledaña, un exótico parque.
En 1975 se iniciaron las gestiones para comprar la casa, que en aquel entonces albergaba a un colegio, lográndose tal objetivo, en cuya remodelación y acicalamiento restaurador participaron personas, instituciones y el Gobierno a través de la Intendencia y Gobernación, proyecto que integró armónicamente las tradiciones y la naturaleza.
Además de tinajas y murales, posee una valiosa galería de poetas maulinos, entre los que destacan: Januario Espinoza, Jorge González Bastías, Pablo de Rokha, Mariano Latorre, Pablo Neruda, Lautaro Yankas, Eduardo Anguita, Carlos Acuña, Raimundo Echevarría y Larrazábal, Manuel Francisco Mesa Seco, Augusto Santelices, Jerónimo Lagos Lisboa, Stella Corvalán, Max Jara y varios otros. También destaca una interesante colección de libros históricos y religiosos, la mayoría donados gracias a las gestiones del historiador y arzobispo de Talca, Ernesto Rivera Reyes.
Al traspasar el portón de fierro de la villa se abandona un mundo y se penetra en otro, bullicioso y acelerado, que contrasta con la apacibilidad y silencio de ese "Bosque de zorzales", Con una antigüedad que supera los 150 años, en la actualidad pertenece a la Universidad Católica del Maule. Jorge Valderrama Gutiérrez Villa Cultural Huilquilemu.
Huilquilemu es parte de la identidad maulina y un recordatorio de la atracción que ejerce esta tierra sobre el afuerino, sobre los González, los Vidal y los Sánchez Villa Cultural Huilquilemu Hernán Correa de la Cerda, director de la sede Maule de la Pontificia Universidad Católica, alentó la idea de hacer de Huilquilemu un museo.