Autor: Marcelo Trivelli
El modelo educativo desconfía de sus profes
El modelo educativo desconfía de sus profes OpiniónFundación SemillaNuestro modelo educativo desconfía de sus profes. Realizan su labor docente centralizados, rígidos y cargados de tareas administrativas que no reconocen la experiencia en el aula y el territorio, ahogan la creatividad y limitan su autonomía.
Cada hora dedicada a una tarea administrativa es una hora que se resta a la preparación de clases innovadoras, a la atención personalizada de los estudiantes, o a la formación continua, aspectos cruciales para el éxito educativo. La centralización educativa es un fenómeno quese ha ido intensificando en los últimos años.
Desdepolíticas curriculares hasta la gestión de cada aspecto de la vida escolar, las decisiones se toman en el Ministerio de Educación, dejando profesoras y profesores como meros ejecutores de directrices ajenas a la realidad de cada territorio y aula. Hay muchos que equivocadamente sostienen que sólo mediante un sistema centralizado y minuciosamente regulado se pueden garantizar los contenidos y la calidad educativa. Este modelo no reconoce que los profesores son los actores mejorpreparados para identificar lo que necesitan susestudiantes, así como lo que funciona y lo que no en el aula.
En lugar de confiar en ellos como profesionales que conocen las necesidades específicas de susestudiantes, sus familias y su entorno, se les impone un marco que no permite espacio para adaptarse a las particularidades de cada comunidad educativa, limitando así su capacidad de innovacióny coartando el potencial creativo de la enseñanza.
La carga y las rigideces son abrumadoras, con el consecuente impacto en la salud mental; quizás por ello no se tienen estadísticas de ausentismo laboral y licencias médicas a pesar de tener la tecnología disponible para conocerlas. Aunque sigan asistiendo regularmente a sus establecimientos, muchos pierden la motivación yla pasión por enseñar, afectando negativamente lacalidad educativa, y se alejan tempranamente de la práctica docente. Nuestro currículo es demasiado rígido y se convierte en una actividad monótona y los desvinculada de intereses personales de estudiantes, impactando en una menor motivacióny participación en el aula. Deja poco margen parael desarrollo de habilidades socioemocionales o competencias esenciales, como la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la resolución de problemas, habilidades fundamentales para el siglo XXI.
Cuando las y los estudiantes perciben que loque aprenden es significativo y relevante para susvidas, los resultados son mejores en todos los ámbitos de la educación; disminuye el ausentismo y la convivencia, los abandonos, mejorará la comprensión de lectura y el desarrollo de habilidades de pensamiento matemático y demás materias del conocimiento. Flexibilizar el currículo y disminuir la cargaadministrativa no es lo único necesario para mejorarla calidad.
La clave está en desregular el sistema para desatar el potencial creativo de las unidades educativas y de cada uno de sus profesionales, liberándolos de la camisa de fuerza dentro de la cual realizan su labor docente, atreviéndonos avolver a confiar en los profes..