Actos de violencia
Señora Directora: Los recientes actos de violencia en dos colegios particulares de Concepción, protagonizados por estudiantes de cuarto medio, demandan una reflexión que va más allá de simplemente etiquetarlos como vándalos o delincuentes. Es innegable que el destrozo de su propio establecimiento es una conducta grave, pero limitarse a condenar el acto sin profundizar en las causas no resolverá el problema de fondo. Estos jóvenes, que representan una élite socioeconómica de nuestra ciudad, pueden estar reflejando algo más profundo: tensiones, frustraciones o presiones acumuladas que encontraron salida en esta forma destructiva de expresión. En lugar de una reacción superficial, necesitamos un análisis exhaustivo que explore por qué este grupo, supuestamente educado para la responsabilidad y la convivencia, ha elegido la violencia como medio de desahogo. Es tarea de las autoridades educativas y de las familias entender estas motivaciones para abordar y corregirlas de raíz, promoviendo alternativas de expresión emocional y social que no impliquen la destrucción o el descontrol.
Imploro que estos jóvenes encuentren cobijo en su seno familiar y tengo la convicción de que las autoridades educacionales pertinentes sabrán realizar un análisis minucioso de los motivos de esta explosión, y no sólo tildar de “vándalos” a sus clientes. Nicolás Felipe Mitre Baeza Médico - Cirujano