Paula Marín, Directora regional de fundación Prodemu.
Paula Marín, Directora regional de fundación Prodemu. Es hora de dejar de ver la maternidad como un problema y comenzar a verla como una oportunidad para crear un mundo más justo e inclusivo para todas las personas. Sin embargo, asegura, los roles asignados histórica y culturalmente están arraigados incluso en ellas mismas.
“Muchas tienen la creencia de que su labor principal es cuidar, ya sea de sus hijos, de sus padres, de sus colegas, etc por lo que no es fácil acelerar una transformación transformación en este sentido.
En esta misma línea, la psicóloga de la Universidad Andrés Bello Claudia Riquelme, agrega que “mientras la crianza, las labores domésticas y de cuidados de los miembros vulnerables de la familia sigan siendo una labor principalmente femenina, y privada, mientras la sociedad no se oriente hacia una cultura de cuidado corresponsable, en que no solo la familia consanguínea tome una actitud activa en el resguardo de sus miembros, sino que la comunidad sea también co-garante de ello, las mujeres y especialmente las más vulnerables, vulnerables, seguirán sosteniendo fimciones imprescindibles imprescindibles a costa de su desarrollo personal y su salud mental, en una sociedad cada vez más individualista: Un fenómeno extendido Todo lo descrito anteriormente se traduce en una baja participación femenina en el mercado mercado laboral tras la maternidad. Y no solo en Chile. Estudios internacionales hablan de la “penalización por maternidad: para referirse a la disminución promedio en la probabilidad de que una mujer esté empleada durante los diez años posteriores al nacimiento de su primer primer hijo. La Escuela de Economía de Londres y la Universidad de Princeton, por ejemplo, analizaron analizaron el efecto de la maternidad en la participación participación laboral en 134 países, entre ellos el nuestro.
En promedio, el 24% de las mujeres abandonan el mercado laboral durante el primer primer año después del parto, y esta cifra sigue siendo significativa incluso después de cinco y diez años, con un 17% y un 15%, respectivamente. respectivamente.
En América Latina la cifra de quienes dejan su trabajo después de la maternidad es de 38%. En Chile, agrega Riquelme, las mujeres que tienen un empleo cumplen un doble turno, “trabajan friera de sus casas y al retornar a ellas, desempeñan labores domésticas, cuidado cuidado y apoyo escolar de sus hijos, restando tiempo para el descanso, el esparcimiento y el desarrollo de intereses personales.
A otras se les impide emprender económicamente, pues se les asignan responsabilidades de cuidado de familiares enfermos o adultos mayores, especialmente padres y madres, quedando destinadas a cumplir una labor altamente demandante y no remunerada, la que desempeñan desempeñan en la absoluta soledad y complicidad de la familia, no logrando ellas emanciparse de este sino, al estar plenamente convencidas que les corresponde: Estas tareas, asegura, se vuelven mucho más estresantes cuando además la mujer es jefa de hogar, recayendo sobre sí la función de satisfacer la totalidad de necesidades del grupo familiar, por lo que no es extraño que, dentro del universo femenino, tengan la peor salud mental, con trastornos como depresión y ansiedad, que se desprenden del cansancio, frustración y la culpa de no ver satisfechas las expectativas propias, familiares y sociales. Un cambio de paradigma La maternidad no debe ser un obstáculo para el desarrollo profesional de las mujeres. mujeres.
Al implementar políticas públicas y generar generar un cambio cultural que promueva la corresponsabilidad y la equidad de género, podemos construir una sociedad donde las mujeres tengan la libertad de elegir su camino camino profesional sin renunciar a su maternidad, asegura Paula Marín, directora regional de fundación Prodemu. La educación desde su etapa inicial y la formación en el hogar son, a su juicio, claves para derribar el actual paradigma paradigma de que solo ellas son responsables del cuidado. “Trabajamos con muchas mujeres, la mayoría mayoría son emprendedoras porque les permite flexibilizar el horario para el cuidado. Si los niños y niñas van al colegio por la mañana, ese horario es su período de trabajo. Luego, en la tarde, se encargan del cuidado.
La única forma de enfrentar como sociedad esta brecha brecha es haciéndonos cargo todas y todos de la corresponsabilidad Esta realidad, si bien se acentúa en segmentos segmentos más vulnerables, también está presente en cargos de alta dirección. Así lo menciona Liian San Martín, quien ha trabajado en la reducción de la brecha de género desde la academia, pero también desde la ciencia y la visibiización del trabajo femenino. “Existen diversos factores que inciden en esta realidad, entre ellos la carga del cuidado, las interrupciones en la carrera y la percepción percepción del compromiso de las mujeres: señala.
“La responsabilidad del cuidado de los hijos recae mayormente en las mujeres, lo cual puede limitar su capacidad para participar en reuniones o instancias de networking, lo que a su vez puede frenar su carrera profesional: Las mujeres, asegura la ingeniera, suelen concentrarse en cargos de mediana jerarquía, perdiendo oportunidades de asumir cargos de alta dirección. En Chile, el 38% de las empresas empresas no tienen ninguna gerenta mujer, y el 47% no tienen ninguna mujer en su directorio. A este ritmo, lograr la igualdad de género en los directorios de las empresas del IPSA tomaría 64 años.
Destaca cuatro elementos clave a tener en cuenta: la carga del cuidado de los niños, que puede interrumpir la carrera profesional; la percepción del compromiso, ya que las mujeres mujeres suelen asumir más trabajo adicional debido debido a su responsabilidad famili, la reducción de redes de contacto por actividades fuera del horario laboral; y la falta de políticas de trabajo trabajo flexible que permitan equilibrar las responsabilidades responsabilidades familiares y profesionales. “Es importante que las empresas y organizaciones implementen políticas de trabajo flexible y proporcionen espacios para guarderías en el trabajo, entre otras medidas concluye San Martín. Es hora de dejar de ver la maternidad como un problema y comenzar a verla como una oportunidad para crear un mundo más justo e inclusivo para todas las personas, coinciden las expertas.
Hoy día se llama a las mujeres a ser líderes en sus distintas actividades, actividades, a ser buenas madres, a “empoderarse pero tal como reflexiona una reciente columna columna publicada por el diario El País, a propósito del Día de la Madre: “una cosa es empoderar a la mujer en el mundo laboral, recordarle lo talentosa e inteligente que es, llenar las calles con publicidad llena de eslóganes inspiradores; inspiradores; pero si no se está trabajando a la par la corresponsabilidad dentro del hogar, entonces entonces no se le está empoderando, se le está explotando. explotando. ;1] Lilian San Martín, Académica Unab;1]. - -