Autor: José Antonio González Pizarro Académico de la Universidad Católica del Norte
COLUMNAS DE OPINIÓN: El patrimonio de la ciudad II la visión de conjunto
COLUMNAS DE OPINIÓN: El patrimonio de la ciudad II la visión de conjunto 1 fotógrafo Robert B. E Haas, se hizo famoso porsus impresionantes fotografías aéreas de nuestro continente. Nos mostró la ciudad Fortaleza, en Brasil, donde laslápidas tapan su enorme cementerio, y en la Ciudad de México, una impresionante lámina de cientos de chatarras de automóviles en los techos de edificios abandonados. Una mezcla de incredulidad, admiración por la ingeniosidad humana, pero, a la vez, que desnuda nuestra pobreza y precariedad. Haas, tituló su obra, A través de los ojos del cóndor. En mayo, pudimos escuchar y conversar con el arquitecto chileno Fernando Montes, está radicado hace décadas en París, donde es profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Recorrió la ciudad y se mostró conmovido por la invertebración de la ciudad y su cuestionamiento a los planos reguladores. Le hicimos notar queaquello tenía una interpretación.
Nuestro primer plano regulador, aprobado por el municipio, el 29 de abril de 1958 fue modificado más tarde, en sesión del 7 deabril de 1959, que dio origenal decreto 129-4 del 23 de abril de 1959. Aun así, se verificó el plano regulador en 1965, con una visión de planificación en torno de la unidad vecinal, y una perspectiva de la zonificación. Así se dibujóla expansión de la Población Gran Vía, en el sur, como de la Corvallis, en el norte. A partir del golpe militar, este plano se modificó en 1979 entrando a regirotro Plano Regulador has1a1989, explica la Memoria Explicada. Plan Regulador de la ciudad de Antofagasta, editada porla Ilustre Municipalidad de Antofagasta, en 2001. 'Con el nuevo Plan Regulador se introdujo una inflexión en el rumbo de la ciudad. Se progresó rápidamente en las nuevas edificaciones, desde fines de la década de 1980. Sedisolvióla planificación y la zonificación. Llegó un nuevo protagonista, que reemplazó al ministerio de Vivienda y Urbanismo en el diseño de las viviendas sociales o en la planificación racional de nuevas pobla: ciones. Las empresas inmobiliarias y el mercado dela vivienda, condujo hacia la formación de condominios y el mejoramiento de los entornos de antiguos conjuntos habitacionales.
Incluso, seincorporó, la mirada dela gentrificación, que el Diccionario dela Real Academia Española define como "Proceso de renovación de una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, queimplica el des"Abolir la historia, rechazar el pasado, y establecer un acto fundacional: el presente es lo que vale, la historia comienza con nosotros.
Tal futilidad también nosjuega malas pasadas". O Columna JoséAntonio González Pizarro Académico de la Universidad Católica del Norte del Norte del Norte El patrimonio de la ciudad II la visión de conjunto plazamiento de su población original por parte de otra deun mayor poder adquisitivo". Este Plano Regulador vigente no ha podido solucionar los asentamientos de decenas de campamentos en los faldeos de la cordillera de la costa. Siempre ha existido tomas deterrenos, pero la solución era visualizar la disponibilidad desuelos fiscales y llevar a cabo una inclusión espacial y social, como se resolvió en el pasado. Estamos discutiendo desdeel año 2017 un nuevo plano regulador. Nadie conoce su diseño. No hay transparencia en una cuestión que nos afecta a todos y todas. En la Edad Media ya se empleaba la fórmula quelo queafectaa todos, todos deben participar. En Europa, tuvimosla experiencia deinformarnos y participar en la propuesta dedos planosreguladoresseccionales, en Españay en Suecia. Todavía se evoca la información sobre la remodelación del sector de La Chimba, en el plano seccional incluido enel núcleo urbano en el año 2000. Se trató de una acción combinada entre Bienes Nacionales, Minvu, Serviu, Gobierno Regional y la IMA, sobre un área de 417 hectáreas. El plan de mejoramiento de La Chimba fueconocido porlos antofagastinos, pues el entonces alcalde Pedro Araya, dispuso en el paseo Arturo Prat, una detallada exposición de lo que se iba a ejecutar. Entre los años 2004 y 2005 lalicitación de lotes implicó un desarrollo inmobiliario.
Simiramos nuestra ciudad, encontramos una expansión inorgánica, inconexa que, comienza furiosamentea fines de la década de los70", que, a pesar del embellecimiento de ambosextremos por laedificación de grandes conglomerados deedificios y conjuntos habitacionales, nos falta reordenareldiseño dela urbe. Floreal Recabarren gustaba reconocerle asuantiguo camarada, el alcalde Santiago Gajardo, el haberabierto y conectado laantigua avenida Miramar y Cautín.
Antofagasta tiene pocas arterias que comunican el norte y el sur, no contamos más de cuatro, siendo fundamental la avenida Pedro Aguirre Cerda, que nos posibilita la bifurcación hacia calle Iquique, o la costanera Pérez Zujovic, o hacia la avenida Antonio Rendic. Hacostado embellecer talesarterias.
Hace unos 30 años publicamos en la revista de la Escuela de Arquitectura de la UCN, Habitarel desierto, un fi sodela urbe en el periodo salitrero, determinando tres visiones: la mirada ideal, con el brillante arquitecto e ingeniero ítalo argelino Luis Abd El Kader, que delineó lo que hoy es la avenida Brasil eincluso el boceto de la avenida Pedro Montt, que correspondería ala actual Avenida Grecia la Costanera entre el puerto y el balneario municipal que prosiguieron en cierta forma Jorge "Tarbuskovic, Ricargo Pulgar; la mirada simbólica, que reparó en el simbolismo de la urbe enlavisiónde AndrésSabella y Salvador Reyes o de Mario Bonat, y la mirada real, la que observaban cotidianamente los habitantes, cuestionando los basurales, la falta de urbanización, etc. Es la que predomina enla actualidad. La literatura y la historia que hansurgido en estos lares, nos han enseñado el relato del devenir dela ciudad. Olvidar aquellas enseñanzas, nos recuerda el relato de Borges "La muralla y los libros", de su libro Otras Inquisiciones.
Elemperador Shih Huang Ti, que erigió la gran muralla china, que admiramos, también, ordenó "que se quemaran todos loslibros anterioresa él". Abolirla historia, rechazar el pasado, y establecer unacto fundacional: el presenteeslo que vale, la historia comienza con nosotros. Tal futilidad también nos juega malas pasadas. El tiempo que exigióla actual avenida Aguirre Cerda, consusestelas de áreas verdes, sus lumiarias con cables bajo tierra, no hasido replicado con la entrada meridional de nuestra ciudad. La tarjeta postal para un visitante, sonlas puertas de acceso a la ciudad. Ingresar desde el norte, conlleva a la apreciación de un paisaje hermoso, pujante enlas instalaciones industriales, conglomerados de unidades autosuficientes, con viviendas, escuelas, almacenes, malls, centros sanitarios; llegar desde el sur, el panoramacambia. Se ha despojado de las pocas áreas verdes queacompañabanal paseante, próximo a la costa. Hay elementos inquietantes para elsomentos inquietantes para elsolaz del habitante del sur dela urbe. Una muralla que esconde ciertos amontonamientos detierras que, de manera mal pensada, pudieran transformarse en solanera con finalidad para el estacionamiento de autos o eventuales instalaciones comerciales provisorias esla costanera no deseada. Además, se suma, la poca visión-a quien correspondano me interesa-de clausurar la posibilidad que la avenida Ejército tenga alumbrado sin cables superficiales.
Los postes pugnan por mantenerse en cercos decemento, totalmente improvisados, puesno hay geometría en su diseño. ¿Cuánto costaba dejar esta entrada-que aguarda el desmantelamiento de los regimientos para su licitación inmobiliaria para brindar unaes1ética similar al ingreso norte? Acaso noson valores delasconvibuciones e impuestos de los antofagastinos que, autoridadessin visión de porvenir y menos con sentido estético, deciden no acrecentar el presupuesto, de estas obras que ya entrarán en el lustro detiempo desde que comenzaron. No hemos escuchado nuevas ideas progresistas que permitan una mejor conectividad denuestros extremos, del sur y del norte. Ya se nos olvidó el tren urbano que acariciamos hace unos años. Se están haciendo esfuerzos porextender el paseo del mar, másallá de la población de los Pinares.
José Papic, exigía en la década de 1930, que la acción edilicia sobre la ciudad, además de cubre la ciudad, además de cubrir sus fines básicos del aseo, ornato, nunca perdiera de vista embellecerla, puessus habitantes se verían recompensados detransformar un trozo de suelo en algo que levantara su espíritu. Una mirada de vuelo de cóndor-o una vista desde drones-sobre la urbe abriría muchas interrogantes y desafíos paralos habitantes y las instituciones que gobiernan su perímetro como el territorioregional. La ciudad, declarabala Comisión de Defensa de la Ciudad, en la década de 1930, constituye también una emoción querecogeel palpitar y los sueños de los que la poblaron, viven en ella, y los que vendrán.
Nuestros faldeos cordilleranos están poblados de campamentos que, no están contemplados en plano regulador alguno, pues pugnan entre la legitimidad social y el reconocimiento legal, aunando los sueños de extranjeros varios conel peligro delos riesgos naturales, al lado de quebradas, por donde discurren las coladas de barros y aluviones ante lluvias torrenciales, al lado de múltiples vulnerabilidades sociales. ¿Quién se hará cargo de las eventuales desgracias que puedan ocurrir en estos asentamientos precarios? Siel dron gira hacia nuestras playas, veremos un montón de rucos, también diseminados en parques y avenidas. Estas realidades no conformaban parte de nuestro ayer, aun cuando, los campamentos guardan cierta conexióncon parte dela historia social de Antofagasta. Pero no se dejaban acrecentar de modo improvisado y menos que sirviesen de núcleos que desafían al Estado.
Frentealacrisis, no solo de seguridad y de aseo, sino de ideas sobre la urbe, que recoja nuestra tradición dinámica-no estática y la renovación necesaria para su progreso, hagamos un esfuerzo y tendamos la mirada sobre lo que anhelamos de nuestra querida ciudad.
Perderla ciudad, por conformarnos con el estado en queseencuentra, esarriesgarnos ano recuperarla para los vecinos honestos y menos de apropiarnos de su suelo, costumbres, modos de convivir y elsentido de querencia por esterincón inserto en el desierto de Atacama. Es necesario debatir ideas no estupideces ni demagogia populista para retomar nuestra historia urbana. Ental propósito, todas las propuestas, de donde vengan, que persigan el bienestar común, sean bienvenidas. es.