Metas diluidas y presiones políticas sumen a la agenda verde europea en la incertidumbre
Metas diluidas y presiones políticas sumen a la agenda verde europea en la incertidumbre P unta de lanza de la pasada Comisión Europea, la agenda verde para la transición energética del bloque se enfrenta a un camino cada vez más lleno de obstáculos, entre objetivos rebajados, leyes suspendidas y presiones políticas provenientes incluso del mismo sector que la impulsó en primer lugar.
La atención de Bruselas puesta hoy en temas como el rearme europeo, la guerra en Ucrania y el retorno de Donald Trump en EE.UU., provoca que las políticas medioambientales estén actualmente en un segundo plano, mientras sus detractores buscan diluir su impacto por diversos medios. La Unión Europea (UE) dio muestras de esas dificultades al promover una enmienda en julio a sus objetivos de descarbonización, uno de los puntos más importantes de su agenda verde.
Bruselas mantuvo su objetivo de reducir en un 90% sus emisiones de CO2 para 2040, pero el bloque se abrió a que los Estados contabilicen como propia la rebaja de emisiones que potencien en terceros países mediante inversiones y compras de derechos de emisiones. En la práctica, con ese mecanismo un país podría contaminar lo mismo o incluso más que ahora, pero demostrar una baja de emisiones gracias a acciones fuera de su territorio.
La decisión de la UE fue vista por medios y especialistas como una acción para suavizar las críticas de la derecha populista y nacionalista --que en 2024 logró sus mejores números en las parlamentarias europeas--, y garantizar el éxito de los planes de descarbonización.
Pero el bloque de los Patriotas por Europa, que agrupa a partidos como al francés Reagrupación Nacional, de Marine Le Pen; Vox, de España; y Fidesz, del Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, ganó en julio pasado una puja en el Europarlamento que le permitirá dictar el ritmo de las negociaciones y debates en la cámara. El líder de Patriotas por Europa, el francés Jordan Bardella, aseguró que utilizarán ese poder para representar sus intereses.
Proyectos retrasados y suspendidos Aun cuando el continente enfrenta grandes retos debido al cambio climático, como las recientes olas de calor con niveles récord en el continente, o los incendios en el sur de Europa, las ambiciones climáticas de la UE suman retrasos.
En junio, la Comisión Europea causó sorpresa y el enojo de sus socios del bloque de los socialistas y los partidos ecologistas al retirar una directiva contra el greenwashing, como se conoce a la práctica que usan algunas empresas para maquillar sus acciones ecológicas por medio de información falsa o modificada.
La medida formaba parte de un paquete legislativo que sería votado solo días después en la Eurocámara, pero su retirada fue exigida por el centroderechista Partido de los Populares Europeos (PPE), el mismo del que forma parte la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, y que dio impulso a la agenda verde en su anterior período al mando de la UE.
El líder del PPE, el alemán Manfred Weber, considerado como un rival de Von der Leyen en la centroderecha, se ha erguido como otro de los grandes críticos de varias regulaciones medioambientales, al considerar que tienen un "alto costo" económico para Europa y que inhiben su crecimiento.
Weber incluso exigió que la UE revierta su prohibición a la comercialización de autos con motores a combustión a partir de 2035, mientras que sus detractores en la izquierda y ecologistas lo acusaron de acoplarse al discurso de sectores radicales para no perder pisada ante el avance de esa tendencia en los últimos años. "Las críticas de Weber y de parte del PPE al Pacto Verde de la UE ya existían en la pasada Comisión, pero se potenciaron al ver que en 2024 la extrema derecha aumentó su influencia en el Europarlamento, mientras que los partidos ecologistas perdieron bastante terreno (... ) Aquellos críticos con el Pacto Verde ven que ahora es su momento de golpearlo", advierte Martin Peeters, especialista en política medioambiental de la Universidad de Hamburgo.
Este escenario explica, según el especialista, otros retrocesos, como la decisión de Von der Leyen en 2024 de aplazar un año la ley contra la deforestación en Europa, cuya entrada en vigor estaba prevista para 2025.
Se suma el "paquete ómnibus" presentado en febrero por Bruselas, y que aún queda por votarse en el Parlamento, en el que la UE propone reducir de 50.000 a 10.000 (un 80%) la cantidad de empresas que por ley están obligadas a entregar informes de sostenibilidad para medir su impacto ambiental.
Críticas y temores por el alcance de las medidas Activistas y ONGs critican estos retrocesos, además de políticos como el considerado arquitecto del Pacto Verde, el exvicepresidente de la Comisión Europ e a ( 2 0 1 4 2 0 2 3 ) F r a n s Timmermans, quien acusó que se está "descafeinando" el alcance de las políticas medioambientales. "El Pacto Verde fue varias veces aclamado por el PPE como su proyecto", afirmó Timmermans al apuntar al partido de Von der Leyen por los retrocesos en sus metas climáticas.
A su vez, la primera comisionada de Acción Climática de la historia de la UE, la danesa Connie Hedegaard, dijo la semana pasada a Politico que la falta de acción en la agenda verde puede golpear a los propios ecologistas. "Cuando la gente pierde sus casas y su familia por el clima extremo, no solo sufren pérdidas, sino que también pierden confianza en quienes toman las decisiones (... ) Si los políticos no actúan, corren el riesgo de alimentar el mismo populismo que dicen temer", afirmó.
Para Jacob Lundborg, especialista en economía y política del clima de la Universidad de Copenhague, la "amenaza no está en que el Pacto Verde vaya a desaparecer, porque eso no va a ocurrir, sino en que sus objetivos vayan viéndose minados poco a poco, a tal punto que sus logros sean mucho más reducidos que las metas fijadas actualmente.
Tratándose de un tema (el calentamiento global) que necesita una acción urgente, sería una oportunidad perdida para Europa si eso ocurre". Tras haber sido su gran proyecto en años anteriores: Metas diluidas y presiones políticas sumen a la agenda verde europea en la incertidumbre JOSÉ TOMÁS TENORIO LABRA Corresponsal en España La UE ha retrasado o rebajado objetivos climáticos, mientras crece la presión de sectores que se oponen a las políticas medioambientales del bloque. EL HUMO de un incendio envuelve a una turbina eólica en Grecia. Las recientes olas de calor y de incendios en Europa han vuelto a mostrar los efectos del cambio climático en el continente, algo que la agenda verde de la UE busca frenar.
EFE La reciente ola de calor de los últimos días en España fue la más intensa vivida en el país desde que hay registros, informó ayer la Agencia Meteorológica Nacional (Aemet). Según datos provisionales, superó a la de julio de 2022, con unas temperaturas 4,6 C superiores a las máximas normales de una ola de calor. En la anterior peor ola de calor, la de 2022, esa desviación de temperaturas fue de 4,5 ºC, explicó Aemet. Según la agencia, desde 1975 se han registrado 77 olas de calor en España, de las que seis tuvieron una anomalía de 4 C o más.
Sin embargo, cinco de ellas se produjeron desde 2019, un indicio del agravamiento de estos fenómenos producto de los efectos del cambio climático, que también ha provocado otros casos recientes de temperaturas récord en el resto de Europa. n La ola de calor en España fue la peor desde que hay registros.