Autor: Patricio Segura Ortiz
El desarrollo no consuntivo
El desarrollo no consuntivo OpiniónPeriodista psegura@gmail.com Hace mucho tiempo, allá por los dos mil, un empresario regional lanzó la siguiente frase: “No sé por qué tenemos tantas áreas protegidas. Alfinal, los parques nacionales son sólo territoriodesaprovechado”. La idea, hermana de aquélla que nos susurra que el agua se pierde en el mar.
Y prima de la que aludea que el océano es una fuente infinita de recursos, como señalara hace una década un director de Obras Hidráulicas de Michelle Bachelet ante la Cámara de Diputados, al exponer sobre plantas desalinizadoras: “Considerando los cambios climáticos mundiales y el agua de mar como fuente inagotable del país, es posible replicar este tipo de solución en otras zonas del país, garantizando el suministro en calidad y oportunidad de agua para riego y agua potable”. Lo reconozco, soy de la generación convencida de que existían dos tipos de recursos naturales: los “agotables” y los “inagotables”. Sí, hace mucho tiempo eso se enseñaba en las escuelas. Categorización que, tras avances en ética ambiental y nuevos conocimientos, trastocó en “renovables” y “no renovables”. tiempo, y hoy Pasó el incluso el concepto de la naturaleza sólo como un recurso está encuestión.
Efectivamente nos presta tal beneficio:es materia prima para múltiples bienes que sirven Alimentación, materialmente al ser humano. construcción, productos transporte, tecnológicos son un muy limitado ejemplo de éstos. salud, Pero aquélla es sólo una de sus dimensiones. Actúa de forma a veces no reconocemos.
Son los servicios ambientales: los humedales aportan al control de inundaciones, los bosques a la retención del agua, los glaciares a regular del clima, la vegetación ribereña a prevenir la erosión, el viento a secar la ropa (aunque a veces nos robe las ciruelas). Junto a esto, están sus aportes espirituales, anímicos, sicológicos y todos aquellos dones que alimentan el alma y la mente.
Ya lo dijo Jesús en el libro de Mateo: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Alusión a propósito de las próximas festividades santas. Además, para que no se creaque esto es sólo un panfleto ecologista más. Y si nos elevamos un poco, es posible agregar que incluso la naturaleza aporta a otras interrelaciones, que van mucho más allá del uso que le pueda dar el ser humano. Son sus funciones ecosistémicas. Las otras vidas son legítimas más allá de nuestros intereses. Y tal es una discusión ética. Es prácticamente imposible que dejemos de acudir al medioambiente para obtener materialidad. Sin embargo, parte de la discusión sobre el desarrollo se relaciona con privilegiar modelos que no lo agoten o destruyan en el proceso. Siempre que estemos de acuerdo en que, en términos generales, estamos acabando con ecosistemas, especies y con el planeta como fuente de vida. Si no lo estamos, la ruta común se pone cuesta arriba. Existen múltiples opciones en esta especie de “desarrollo no consuntivo”. investigación, el La educación, la turismo de naturaleza, el foco en las actividades que se sustentan en la renovabilidad. Pero una renovabilidad real, no la que transforma los ecosistemas en simples máquinas de producir. No la que ordeña y ordeña día y noche, con la megalomaníaca y poco responsable idea de que podemos alimentar al mundo. O salvar al planeta del dilema energético. Porque allá afuera viven 8 mil millones de habitantes. Y eso es mucha gente. No, la naturaleza no está ahí sólo para hacer lo que nos plazca. Que es carísimo el costo de tan consuntiva forma de pensar..