Por una cultura de calidad en la educación superior
Por una cultura de calidad en la educación superior En Chile, la idea de una "cultura de calidad" en la educación superior ha cobrado relevancia desde la dictación de la Ley 21.091 y la aplicación de estándares de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). Sin embargo, hablar de calidad desde regiones extremas obliga a cuestionar la equidad del modelo: ¿ pueden aplicarse los mismos parámetros a instituciones con realidades tan distintas a las de Santiago? El centralismo en materia educativa alimenta un círculo vicioso que tensiona la noción de calidad, al condicionar el acceso a recursos, infraestructura y profesionales calificados, generando un escenario desigual. Esta tensión, por cierto, no comienza en la educación superior, sino que se arrastra desde los niveles educativos más básicos. Pese a estas dificultades, las instituciones del norte han demostrado que es posible construir una noción de calidad propia, basada en la pertinencia territorial.
Esto implica conectar la formación con los desafíos específicos de la región: desde la minería y la gestión hídrica, hasta la comprensión del sistema franco y su logística, la multiculturalidad, la vida en frontera y sus impactos jurídicos, entre otros.
La incorporación de la vinculación con el medio como dimensión obligatoria en los procesos de acreditación, será la via para que la pertinencia territorial adquiera valor medible en las instituciones, fortaleciendo la idea de que el conocimien to emanado de la educación superior debe generar un impacto directo en la vida de las personas. Ahora bien, el sistema de acreditación sigue mostrando rigidez.
Sus métricas parecen diseñadas con un molde único, centrado en indicadores que, si bien son de gran relevancia, no siempre capturan el verdadero aporte social, cultural y productivos que deben realizar las instituciones de educación superior en la región. En este sentido, la cultura de calidad no puede entenderse como una idea uniforme, sino como la expresión de la diversidad e identidad de cada institución en su territorio. En Iquique y el norte grande se está haciendo un buen trabajo para avanzar en esta dirección, pero el país necesita un modelo más justo y descentralizado. Sólo así la calidad dejará de ser un concepto abstracto para convertirse en una experiencia tangible que refleje la riqueza y diversidad de cada región.
Al final, la calidad debería medirse por su capacidad de transformar realidades desde el conocimiento, y. en eso, las zonas extremas tienen mucho que enseñar La calidad debería medirse por su capacidad de transformar realidades desde el conocimiento". Dr. Hans O. Guthrie Solis, académico Escuela de Derecho U. de Tarapaca Iquique. OPINIÓN La calidad debería medirse por su capacidad de transformar realidades desde el conocimiento". Dr. Hans O. Guthrie Solis, académico Escuela de Derecho U. de Tarapaca Iquique