Autor: DR. FABIÁN ANDRÉS PÉREZ Académico Departamento de Humanidades, Unab.
Columnas de Opinión: La segunda era de Trump: el voto de jóvenes y latinos
Columnas de Opinión: La segunda era de Trump: el voto de jóvenes y latinos OpiniónDonald Trump se ha convertido en el presidente número 47 de los Estados Unidos. ¿Qué podría pasar en América Latina con este triunfo? Nunca es bueno hacer historia contrafactual, pero sí deberíamos mirar ciertas cuestiones. Volvamos al voto joven y latino que se inclinó por Trump.
Según una encuesta realizada este año en España por el diario el País y la Ca denaSER, uno de cada 4 varones entre 18 y 26años consideran que el autoritarismo puede ser “preferible al sistema democrático”. El InstitutodePolíticas y Bienes Públicosdel Ministerio de Ciencia e Innovación ibérico, además, señala que los jóvenes de la generación *Z” tienen una fuerte tendencia a preferir el autorita rismo como forma de gobierno. En América Latina, según un infor me de Latinobarómetro en 2023, existiría una tendencia autoritaria entre los jóvenes latinoamericanos univer sitarios. Y en Chile, según un estudio dela Universidad Diego Portales y Feedback Research, loschilenos han per: dido lafeenla democracia para enfren: tar la delincuencia. En Estados Unidos, Donald Trump utilizó la imagen de un líder fuerte, autoritario y que podría solucionar problemas nacionales y globales de forma unilateral, sin los amarres, demoras y contrapesos dela democracia. “Arreglaré América”, repitió, como un mantra, en cada mitin en campaña.
Es altamente probable que este patrón serepita en una Latinoamérica tambaleante y algo desorientada frente al problema de seguridad, el aumento del crimen organizado y el evidente estado de descomposición de las instituciones democráti cas producto de la corrupción. He ahí un posible factor que agudizará la deriva autoritaria: el hombre fuerte que prometa sacarnos de la crisis.
Algo de eso estamos viviendo con el incipiente autoritarismo de Bukele, la irrupción de Milei y la cada vez mayor oferta de candidatos con perfiles autorita-rios y outsiders que critican, abierta y bulliciosamente, el sistema democrático.
Sobreel voto latino, los primerosanálisisseñalan que hay una cuestión más material y detectable: el inmigrante documentado y con residencia en Estados Unidos estaría de acuerdo con la deportación de losno regularizados. ¿Razones? Varias, pero dos se repiten y apelan a lo queel Partido Demócrata y los apoyos de Harris no parecieron entender: un gran sector de los inmigrantes latinos ven en peligro sus puestos de trabajo frente la mano e docena sb rata y móvil, por lo que estos supondrían un problema para las co munidades latinas que conviveny com: piten con ellos.
Comosegundo punto, Trump ha he. cho eco del problema de seguridad: los carteles de droga, las pandillas y la de lincuencia se esconden detrás delosin: migrantesno regulares, loqueincomoda, asusta y estigmatiza a lacomunidad latina en general.
De ahí, puede ser, que estos sectores apoyen la deportación masiva y el endurecimiento delas fron-teras que prometió Trump en campaña. ¿Qué podría implicaresto? Una serie de movimientos migratorios de retomo al sury el desplazamiento de poblacionesen búsqueda de espa: cios y mercadosdesubsistencia. ¿Lo quesucede en la vanguardia podría repetirse en la retaguardia? Hay varias razones que deberíamos revisar y que parecen apuntar aso. Porahora, la noticia está en desarrollo. Trump ha hecho eco del problema de seguridad: los narcos, las pandillas y la delincuencia se esconden detrás de los inmigrantes no regulares, lo que incomoda, asusta y estigmatiza. E:. Opinión