Columnas de Opinión: Liderazgo y práctica docente
Columnas de Opinión: Liderazgo y práctica docente Los equipos directivos que tienen como objetivo realizar una transformación educativa en su escuela, es fundamental que acompañen a sus profesores para mejorar su práctica profesional y se enmarquen en los objetivos del proyecto educativo. Para ello deben consensuar una pauta de acompañamiento del profesor en el aula, aplicarla a los docentes y realizar una evaluación colectiva para mejorar aquellos indicadores más deficitarios.
Además del acompañamiento de los profesores citado, Pepe Menéndez (2024) da a conocer una propuesta llamada “proyecto de profesor”, la cual tiene como objetivo hacer un seguimiento de apoyo a los docentes para que trabajen su proyecto personal de mejora profesional.
Más allá de indicadores de evaluación de la función docente, que ya eran en si mismo una innovación en el sector educativo, el proyecto profesor se centra en concretar los objetivos de cada docente en función de su responsabilidad, y respondiendo al plan anual del proyecto educativo institucional, que ha sido elaborado por el equipo directivo y aprobado por el consejo de profesores. Cada propuesta de proyecto es, por definición, muy concreta y no incluye más de diez objetivos.
La propuesta se considera como un encargo que recibe el docente, resultado del trabajo de toda la institución sobre el proyecto educativo anual que la dirección de la escuela se compromete a seguir de manera personalizada con la voluntad de dar apoyo a todos los profesionales, a través, de tres entrevistas durante el año lectivo entre el docente y su responsable inmediato, para valorar la evolución de los logros de los objetivos y las tareas ordinarias.
Uno de los elementos más distorsionadores de la acción cotidiana de los directivos es la impredecible aparición de situaciones que alteran la previsión de la dedicación diaria a sus tareas, así como el alud de urgencias que pasan por encima de cuestiones más estratégicas, tales como respuestas que hay que dar frente a alteraciones de la disciplina de los alumnos, entrevistas con familias por una cuestión grave, repentinas convocatorias de las administraciones educativas o locales para asistir a sesiones informativas sobre alguna iniciativa. Es especialmente grave cuando la inercia de lo urgente acaba convirtiéndose en una justificación para aplazar lo importante. El liderazgo para el aprendizaje es un potente motor de cambio. Joaquín Aguirre López Doctor en Ciencias de la Educación OPINIÓN.