El nuevo reino de MARIO DESBORDES
El nuevo reino de MARIO DESBORDES --Yo lo único que pretendo es recuperar la calidad de vida de los vecinos. No pretendo construir grandes edificios, no pretendo dejar eso, pero sí que la gente de la comuna tenga una mejor vida.
Mario Desbordes, 56 años, abogado, excarabinero, expresidente de Renovación Nacional, exministro de Defensa, actual alcalde de Santiago, sentado en su oficina, un lugar amplio, con un escritorio de madera inmenso, explica así algunas de las últimas cosas que ha hecho en la comuna y que lo han tenido enfrentado a los alumnos del Instituto Nacional, el INBA, a los profesores y especialmente a los vendedores ambulantes del barrio Meiggs, y a sus respectivas mafias, por el desalojo de más de 5 mil "toldos azules". --Me importa que la gente pueda salir a las siete de la tarde a caminar tranquilo, a las ocho si quiere. Que pueda ir a la plaza, que tenga un barrio que esté limpio, que esté ordenado, del que se sienta orgulloso, por muy humilde que sea.
Pero si bien eso es en lo que está trabajando para ellos, más adelante en la entrevista dirá que la situación para él mismo es distinta. --Nunca he aceptado andar con escolta, ni en el estallido, que fue un momento durísimo y en donde tenía vigente doscientas y tantas amenazas de muerte, pero ahora la fiscalía me lo está proponiendo insistentemente. --¿ Por qué? --Desde que soy alcalde me ha llegado un montón de amenazas y tras lo del barrio Meiggs, muchas más --dice. --¿ Usted cree que son los narcotraficantes de Meiggs? --Tengo amenazas de dos tipos, las que vienen de los grupos violentos de los establecimientos educacionales, de los emblemáticos, que han sido más abiertas, en redes sociales, en panfletos, en lienzos, etc.
Y en paralelo, las amenazas, pero ocultas, que escuchas en Meiggs. --Esas son más peligrosas. --El otro día me decían "alcalde cuídese" o "alcalde, están ofreciendo tanto". Tres personas distintas me dijeron que estaban ofreciendo 10 millones por mí. Se empiezan a correr rumores, uno nunca sabe si es cierto o no es cierto. Mario Guillermo Desbordes Jiménez, el tercer Mario de su familia, una tradición que él decidió interrumpir con su único hijo, nació en Los Andes, pero vivió la mayor parte de su vida en La Cisterna. Es el mayor de cuatro hermanos, uno de ellos, Pablo, un activo y antiguo militante UDI, murió en un accidente aéreo en 2010. Sus padres aún están vivos y viven en Maipú. --El momento más duro, más difícil, triste, grave de mi vida, fue cuando se murió mi hermano. Lejos. Dice que todos sus hermanos salieron bien portados, que ninguno fue complicado. --Los referentes quizá eran los abuelos. Los maternos y los paternos, ambos muy distintos entre sí, pero que tenían una serie de virtudes. Mi abuelo paterno era muy estricto, vivimos con ellos de allegados en la crisis del 82 y era bueno para retarnos. Su casa era un regimiento. Yo veía a mis compañeros, a mis vecinos, jugar en la calle. Y nosotros a las 8 de la noche encerrados, porque él cerraba la casa. Punto. Para él, eso no era un problema. --Yo lo entendía, es que siempre fui un viejo chico. Aunque hoy dice que tiene buen carácter y que la gente en general le dice que es una persona que no pierde nunca la compostura, cuenta que de chico "era bueno para los combos. Me agarré a puñetes muchas veces defendiendo a compañeros. No es que yo buscara pelea, pero si me buscaban me encontraban. No llegaba moreteado a la casa, porque yo era bueno para los combos. Al final, fue tanto que mis papás me metieron a estudiar taekwondo en la Unión Española, para que no peleara. Se ríe y dice que tampoco es que hoy sea tan pacífico. --Si me disparas una pistolita, yo te devuelvo un cañonazo. Para mí es un básico. Si te pegan le devolvís con tutti, para que no te hueveen de nuevo. De su época en la casa de sus papás tiene muy buenos recuerdos, aunque hubo períodos en que lo pasaba muy mal. Su papá estuvo cesante varios años, "se cambió de trabajo cien veces, porque renunciaba, porque se enojaba. Ese fue un período de inestabilidad, vivimos en diez casas distintas. Cambiábamos constantemente, arrendábamos. Nunca tuvimos casa, hasta el día de hoy mi mamá no tiene casa. En Maipú arrienda casa en Pajaritos", dice. --Fue un período duro.
Por ejemplo, mi abuelo paterno una vez me regaló toda la colección de las Selecciones del Reader's Digest, había desde el año veintitantos y de repente no teníamos plata para nada, entonces había que ir a la feria y vendíamos no sé, siete, ocho, diez, y eso se usaba para la feria.
También hubo momentos en que le tocó asumir responsabilidades que no eran para su edad. --Yo tenía que ir a negociar las deudas de mi padre a las financieras, tendría, no sé, 14 o 15 años. Sus abuelos por parte de madre "eran pinochetistas acérrimos". Los abuelos paternos eran de izquierda, con primos exiliados. Él fue toda la vida de derecha, dice. --Estaba de acuerdo con el régimen militar, entonces. --Sí. Yo voté que sí. Y eso es público. De hecho, a los 13 años ya era fanático de Reagan. Veía las noticias. Me encantaba José María Navasal. A mi madre le interesaba mucho todo eso también. Con ella veía todo eso. En esa época estábamos preocupados por lo que pasaba con la Guerra Fría. Me cargaba Carter, lo encontraba blando. Estaba Kruschev en esa época. Al salir del colegio decidió ser carabinero. Dice que estar en la Escuela de Carabineros fue duro. --Lo pasé re mal en la escuela. Me costó acostumbrarme al régimen, porque yo era bueno para discutir. Me gustaba la cuestión policial, pero Carabineros tiene una institucionalidad muy jerárquica, muy militar, adentro éramos todos iguales y no había espacio para discutir, para el análisis. Yo además había sido dirigente estudiantil, entonces me encantaban los debates, había hecho pequeños cursos de temas políticos, discutía de política nacional y mundial. Entonces entrar a la escuela, y entrar al regimiento, no es fácil, cuesta. Yo era un espíritu más libre, pero aquí se levantaban a las 6:00 todos juntos y se acostaban todos juntos, a las 8:00. Pensé en retirarme varias veces, pero al final seguí. Como carabinero, le tocó trabajar como edecán del intendente de la Región del Maule, Gabriel Jiménez.
Ahí conoció al presidente Patricio Aylwin. --Una vez en un almuerzo estaban hablando de la Primera Guerra Mundial el intendente, el ministro de Obras Públicas, Carlos Hurtado, y don Patricio; yo mudo, porque obvio que los carabineros tenían que estar mudos, cuando Carlos Hurtado se equivocó en un detalle sobre la Batalla del Marne. Una lesera chica. Y yo puse cara extraña. Entonces, el presidente me dice: "Teniente, cuéntenos, ¿qué opina usted?". Le dije que el ministro se había equivocado. Casi se atragantó el comandante. Y empezamos a hablar de la Primera Guerra, de lo que había pasado, por qué se produjo, etc.
Y el presidente me dice, ¿qué le recomendaría para que aprenda de la Primera Guerra? "El ocaso o El otoño, depende de la traducción, de los cañones", dije. "Ya, yo se lo voy a regalar al ministro", dijo. Y después de eso, cada vez que el presidente iba, nos invitaba a la mesa y hablábamos de historia de Chile, de historia universal. Y me agarró cariño el caballero. Dice que siempre sintió admiración por él. --Don Patricio era una persona extraordinaria. Mario Desbordes dejó Carabineros; la razón fue que no le permitieron casarse con su pareja, porque ya tenían una hija. --La habíamos tenido un año antes de que pidiera el permiso. Cuando me rechazaron renuncié y me dijeron que lo reconsiderara. No quise. Al salir, me casé. Luego tuvimos otra guagua y me separé a los cuatro años, así que duré nada casado. --Bien drástica su decisión. --Sí, pues. Yo sopeso la situación, tomo una decisión y le echo para adelante. Al salir entró a estudiar derecho, en paralelo trabajaba en Gendarmería, luego estuvo en Lotería. Finalmente, decidió independizarse e instalarse con unos locales de fotografía.
A pesar de que había entrado a militar en Renovación Nacional en el 2000 y de que durante varios años había tenido una participación discreta, en esa época se había hecho más activo políticamente hablando: era presidente comunal y quería ser candidato a concejal. En esa etapa conoció a Lily Pérez y Carlos Larraín, y participaba en la medida en que su negocio se lo permitía.
Pero en 2008 tuvo que cerrar su negocio: la gente ya no usaba máquinas de fotos, sino su celular, por lo que nadie revelaba. --El negocio se fue a las pailas, perdimos todo, a mi señora la echaron del banco porque yo tenía Dicom. La casa quedó en manos del banco, fueron unos sinvergüenzas, yo la compré en x, la habían tasado ellos mismos y me la recibieron a menos de la mitad. Todavía estoy pagando el crédito. No tenían nada, así es que decidieron irse a Ecuador.
Una tía le consiguió a él trabajo en una cadena de supermercados y a su señora, en un banco. --Me fui a despedir de Carlos Larraín y Lily Pérez, y ahí ellos me dijeron "por qué no te vienes a trabajar aquí al partido con nosotros". Ellos eran una dupla muy unida en ese momento. También me pidieron que fuera candidato a diputado, no a concejal, y comenzó mi carrera política. Entró a un partido donde la mayoría de las personas venían de los mismos colegios y universidades. --Hubo gente que abiertamente decía que yo era rasca, que no tenía el pedigrí, eso era evidente.
Al poco tiempo fue elegido secretario general y en 2018, presidente de RN. -La élite del partido, la presidencia, nunca la había tenido alguien de escuelita con números, pero tampoco lo vi como un tema de lucha de clases, para nada.
Y los que me encontraban picante, rasca, se tuvieron que comer las palabras, porque terminé de presidente, secretario general, presidente de RN, diputado. --¿ Se sentía como el negrito de Harvard? --Fui el negrito de Harvard. Salvo mi caso, no sé si haya otro similar en RN. Pero Carlos Larraín jamás tuvo una actitud de mirarme en menos, todo lo contrario. Me apoyó muchísimo. Hasta que dejó de hacerlo. --En 2019 tuvimos diferencias importantes en el proceso constitucional, y ahí se quebró la relación.
Carlos Larraín lo calificó de "populista" en una entrevista. --Varios empresarios, políticos, que en esa época sí estuvieron de acuerdo con hacer cambios, luego cambiaron de posición. ¿Cómo vivió eso? --Tengo WhatsApp de gente que meses después me trataba de traidor en los medios de comunicación y que decían que, poco menos, yo había vendido a Chile, pero que en la época del estallido me pedían que llegáramos a un acuerdo.
Claro, cuando se les pasó el susto empezaron a decir, "oye debieron haber sido más duros". ¿Duros en qué? ¿ Había que salir a matar gente, a disparar? Los militares no estaban dispuestos a semejante tontera, Carabineros tampoco. ¿Quién iba a disparar? Re fácil decirlo con un whisky en la mano, en el living de tu casa. Es la papa. Yo andaba en la noche recorriendo, sin conductor, las calles de Santiago para ir a reuniones en la casa de Elizalde, Insulza, al departamento de Heraldo Muñoz y de Escalona.
Estaba todo paralizado, yo pasaba entre medio de la barricada, los neumáticos prendidos, para volver a mi casa a la una de la mañana. --¿ Qué reflexión le queda de esa época? --En mi vida política, corta pero súper prolífica, lo que más me enorgullece por lejos fue el 15 de noviembre de 2019. Este país, Carabineros no daba más, estuvimos al borde de que la democracia se cayera completa y logramos un acuerdo impensado. Dice que tiene pendiente escribir un libro sobre el estallido. --Pero no aún, porque creo que todavía no se puede contar todo. Cuenta que tiene el WhatsApp del 2019 intacto. En julio del 2020, el presidente Piñera lo nombró ministro de Defensa. "Yo le tenía mucho respeto, y él a mí. Y cariño". En 2009, Desbordes formó parte del comando de Sebastián Piñera. Fue su jefe de avanzada, y entre agosto y diciembre de ese año estuvo todos los días junto al entonces candidato presidencial. Hoy, en su gabinete de alcalde, trabaja con la histórica asistente de Piñera, Sarita Larraguibel. --¿ Usted cree que se podría dar un nuevo estallido? --No. El 2019, las encuestas nos mostraban un porcentaje mayoritario de personas que estaban de acuerdo con que la violencia en ese minuto era la única manera de lograr cambios. Pero la gente se dio cuenta de que la violencia no sirvió de nada, que solo causó daño, que la situación fue peor y que la violencia, por lo tanto, no es el camino. La gente no está para eso. --¿ Ni siquiera en un gobierno de Kast? Hay gente que ha planteado eso. --No. Lo mismo dijeron de Milei.
Y está gobernando sin problemas, no se paralizó el país. --¿ Le gusta Milei? --No es santo de mi devoción, porque no me gusta la descalificación, la lógica del enemigo en política que tiene la izquierda extrema y la derecha extrema. No me gusta la forma de ensuciar la discusión, pero creo que su gobierno ha sido razonablemente bueno. Según versiones de prensa, la semana pasada, luego de la inscripción de los candidatos para las parlamentarias, Mario Desbordes, decidió renunciar a su militancia en RN tras 25 años en el partido. La razón es su molestia con la directiva que lidera el senador Rodrigo Galilea, porque en varios distritos llevaron candidatos a diputados que no tendrían ni una posibilidad pero son cercanos a la mesa. Esto ya habría sucedido en las municipales. Esto sucedería tras la elección presidencial a petición de Juan Sutil.
El alcalde responde a los rumores que dicen que renunciará a RN tras las elecciones, porque considera que la mesa directiva privilegió a candidatos al Congreso en desmedro de gente cercana a él. "Estoy evaluando, en estos momentos lo que quiero es tomar distancia", dice y critica esos "procesos medio tóxicos en donde hay grupos que le ponen la pata encima al otro". Pero agrega: "Mi candidata es Evelyn Matthei, eso no ha cambiado un milímetro". Aquí, además, el excarabinero habla de lo que le ha tocado vivir tras desalojar los "toldos azules" de Meiggs. "Tres personas distintas me dijeron que estaban ofreciendo 10 millones por mí. Se empiezan a correr rumores, uno nunca sabe si es cierto o no es cierto", relata. POR ESTELA CABEZAS El nuevo reino de MARIO DESBORDES "No hay descuelgues. Un alcalde y un senador de veintitantos senadores y de setenta, ochenta alcaldes.
El 99% de los alcaldes la apoyan (a Evelyn Matthei) de corazón, por convicción". SER GIO ALF O NSO LÓ PEZ "No he tomado ninguna decisión, es un tema que hay que ver después de la presidencial pero hoy día no tengo el ánimo de seguir con todas esas situaciones internas de partido político". Como carabinero, le tocó trabajar como edecán del intendente de la Región del Maule, Gabriel Jiménez. Ahí conoció al presidente Patricio Aylwin. En la foto, escoltando al mandatario. "Era un hombre extraordinario", dice de este. EL M ER CURIO. El nuevo reino de MARIO DESBORDES --¿ Es cierto que va a dejar el partido? --Estoy evaluando. En estos momentos lo que quiero es tomar distancia.
Los partidos tienen cosas muy buenas y cosas malas, y dentro de las cosas malas están estos procesos medio tóxicos en donde hay grupos que le ponen la pata encima al otro, eso me agotó la paciencia y estoy, por lo tanto, reflexionando.
No he tomado ninguna decisión, es un tema que hay que ver después de la presidencial pero hoy día no tengo el ánimo de seguir con todas esas situaciones internas de partido político. --¿ Cree que la actual directiva ha sido injusta? --Creo que nuevamente se equivocaron, al igual que en la municipal pasada, privilegiando un grupo por sobre otro. Eso no corresponde, tenemos que estar más unidos que nunca este año. Mario Desborde dice que su apoyo a Evelyn Matthei está intacto. --Mi candidata es Evelyn Matthei por convicción, eso no ha cambiado un milímetro. Mario Desbordes vive con su señora --Carolina Pereira, con quien se casó en 2001-y su hija en Chicureo. Dice que él hace de todo. --Limpio, cocino, plancho. Mi señora no me plancha ni a palos, porque recién casados planchó una camisa mía y me pilló replanchándola. Ahí me dijo "no te plancho nunca más una camisa", y así ha sido-dice y se ríe.
Le gusta leer, duerme poco y dice que le gusta llegar temprano a sus reuniones, sobre todo porque, a veces, se demora en estacionar. --No puedo estacionarme en números pares, solo impares y en los que, si los sumo, me da un número que me gusta. Si no hay, sigo buscando. Por eso siempre salgo con harta anticipación. Me gustan los números primos. --Está como el Presidente con sus TOC... --Soy evidentemente TOC.
Pero es de siempre, cuando chico sumaba los números del boleto de la micro y dependiendo del número que me daba, yo decía, "chuta, no pinta bien o sí, pinta bien". Es una mezcla de superstición y TOC, una tontera ridícula.
También dice que no soporta ver los zapatos que no están perfectamente ordenados uno al lado de otro, que los tiene que, inevitablemente, ordenar --"mi hija me molesta dejando las zapatillas chuecas por toda la casa"--, que no se puede sentar dándole la espalda a la puerta y que le cuestan los eventos donde hay mucha gente, los restaurantes llenos, con mucho ruido, que le duele la guata antes de llegar, pero que después se le pasa. El estrés, cuenta, es su máximo enemigo, porque "cuando estoy estresado, como". --Es pura ansiedad. Yo lucho con el sobrepeso constantemente.
De joven era muy flaco, pesaba 64 kilos en la escuela, hoy día peso 94. ¡Imagínate!. Además, esta pega es muy estresante. --A propósito de pegas estresantes, ¿ya se le pasaron las ganas de ser Presidente de la República? En 2021 fue a la primaria con Sichel y perdió. --No, hoy día estoy full en alcalde. La verdad es que el desgaste familiar es gigantesco y a ratos se pasa mal.
Yo le había jurado a mi señora que no iba a alcalde, que iba a volver al Congreso. --¿ Y por qué decidió hacerlo? --Porque de repente me llamó la Ximena Rincón, me mostró una encuesta y me dijo "ahí encuestamos 100 personas y gana Hassler. Solo Sichel y tú ganan. Necesitamos que seas candidato". Y después vino la Matthei, y varios otros más y me plantearon lo mismo. Conoces el dicho "díganle al tonto que es bueno para cortar leña". Bueno, ahí está. Mario Desbordes Jiménez es católico y masón. Está a favor de la adopción homoparental, de la legalización de la marihuana y de la ley de identidad de género, pero está en contra de todas las formas de aborto, incluidas las tres causales.
Dice que en lo que cree es en la democracia liberal y que la mejor representante de eso es Evelyn Matthei. --Las encuestas tienen a José Antonio Kast y Jeannette Jara muy cerca y a Evelyn Matthei bien abajo, sin repuntar. ¿Cuál es su explicación de eso? --Es la foto del momento, aunque parezca un cliché. En 2021 pasaba exactamente lo mismo con algunos candidatos que estaban súper arriba, otros no se movían. Al final, los que pasaron a segunda vuelta no fueron los que estaban en ese minuto marcando.
La elección boliviana nos dio un pencazo gigantesco también. --¿ Le da esperanza de que pueden pasar dos candidatos de derecha? --Yo estoy convencido de que queda mucho todavía, la campaña recién va a empezar, y Matthei tiene todas las posibilidades del mundo de pasar a segunda vuelta, no me cabe ninguna duda. --¿ No está preocupado por la posición en las encuestas de Evelyn Matthei? --Sí, me preocupa, pero creo que es absolutamente reversible. --¿ En qué se ha equivocado Matthei? --Los errores que se han cometido se los digo en privado.
Yo creo que lo peor que uno puede hacer en estos casos y sobre todo en una campaña que está pasándolo difícil, es decirle por la prensa en qué se está equivocando. --Entonces, ¿qué cree usted que tiene que hacer? --Los partidos tienen que desplegarse con ella. Ahora empieza la campaña con una tremenda lista parlamentaria.
Tiene cinco partidos apoyándola, que abarcan desde la centroderecha al centro. --¿ Ve como un peligro el descuelgue de Carlos Larraín y de otros parlamentarios? --Carlos Larraín ha tenido de candidato a Kast en las últimas tres elecciones presidenciales. Eso no es ninguna novedad. De corazón siente que es la mejor opción, es con el que tiene más afinidad en todo y, por lo tanto, para mí no hace ningún cambio. Y de los senadores, es uno de veintitantos.
Kuzanovic es un hombre del piño de Carlos Larraín, amigo del alma de él, y por eso no me hago mala sangre, tampoco soy partidario de sancionarlo. ¿Para qué? --¿ No cree que ese tipo de señales podría hacerle mella a su candidatura? --Es que no hay descuelgues. Un alcalde y un senador de veintitantos senadores y de setenta, ochenta alcaldes. Yo la lectura la hago al revés, el 99% de los alcaldes, pese a que Evelyn no está primera en las encuestas, la apoyan de corazón, por convicción. Luego, "es que no van a la reelección ahora", perfecto, de los diputados y diputadas de Amarillos, Demócratas, RN y Evópoli, el 99%, 100% apoya a Evelyn Matthei y van a la reelección ahora. Por lo tanto, la enorme mayoría está con Matthei.
Tiene todo el apoyo transversal. --En la última elección, usted fue de los primeros políticos de su sector en declararse por José Antonio Kast en segunda vuelta. ¿Ahora va a hacer lo mismo? --Tengo que trabajar para que no pase lo mismo. --¿ Y si pasa? --¿ Contra Jara? Tendría cero problema con apoyar a Kast. ¿Qué duda voy a tener? "Y los que me encontraban picante, rasca, se tuvieron que comer las palabras, porque terminé de presidente, secretario general, presidente del partido, diputado". En julio de 2020, el presidente Piñera lo nombró ministro de Defensa. "Yo le tenía mucho respeto, y él a mí", dice. En la foto, en mayo de 2018, cuando Desbordes era presidente de Renovación Nacional. ÁLEX M O RENO Carlos Larraín y Mario Desbordes, en una conferencia de prensa en RN en 2008. "En 2019 tuvimos diferencias importantes en el proceso constitucional, y ahí se quebró la relación. Yo le tenía estima en lo humano, él siempre respetó que yo no fuera conservador como él", dice el alcalde. H AR O LD C A S TILL O.