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CL SANTIAGO DE CHILE JUEVES 29 DE MAYO DE 2025 EXCELENCIA ACADÉMICA EDUCACIÓN SUPERIOR DE EXCELENCIA LOS DESAFÍOS QUE ENFRENTA CHILE PARA MANTENERSE A LA VANGUARDIA Las universidades chilenas destacan en rankings internacionales y calidad acreditada, pero el camino hacia una educación superior de excelencia exige responder a nuevas demandas: masificación del acceso, transformación digital, financiamiento sostenible e investigación con impacto. La La educación superior chilena goza, en términos generales, de buena salud en materia de excelencia académica.
Así lo evidencian no solo las 17 universidades acreditadas con nivel de excelencia 6 y 7 años por la Comisión Nacional de Acreditación, sino también su aparición en destacadas mediciones internacionales, como el OS World University Rankings o el Times Higher Education World University Rankings, o bien el número de citas que sus investigaciones logran en revistas científicas de renombre mundial. Sin embargo, la excelencia académica no es un ítem estático.
Los constantes avances sociales, tecnológicos y del saber obligan a las instituciones de educación superior a implementar cursos de acciones que permitan perfeccionar sus sistemas de aseguramiento de calidad, con el objetivo de entregar no solo una sólida base de conocimientos a sus estudiantes, sino también aportar al desarrollo de su entorno yel país.
En este sentido, hoy las instituciones de educación superior se enfrentan a múltiples desafíos para fortalecer y/o alcanzar una calidad formativa destacada, tales como la masificación del acceso, la diversidad de los estudiantes, la transformación digital y la internacionalización, entre otras. DESAFÍOS Para el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, uno de los principales retos radica en la necesidad de adaptar la docencia a un alumnado cada vez más diverso. “La masificación de la formación terciaria ha ampliado los perfiles de los estudiantes y sus mundos de referencia culturales. La educación superior requiere innovar a través de una pedagogía habilitante y coherente con formas plurales de conocer y hacer”, sostiene.
A su juicio, una docencia equitativa y de calidad debe encontrarse en diálogo con las y los nuevos y diversos estudiantes que ingresan a la formación superior, “generando experiencias significativas de aprendizaje para estudiantes que muchas veces difieren de los perfiles tradicionales o académicos”. A esto se suman los cambios tecnológicos que abren nuevas posibilidades de aprendizaje, pero también plantean dilemas sobre cómo utilizar herramientas como la inteligencia artificial de manera reflexiva y ética en el aula. La internacionalización, la innovación pedagógica y la transformación digital también son vistas como dimensiones clave para enfrentar estos desafíos.
Tras destacar que “las universidades del país han avanzado significativamente en su calidad respecto de otros sistemas de educación superior a nivel latinoamericano y es importante no perder este impulso”, Marcela Momberg, presidenta de la Red G9 y rectora de la Universidad Católica de Temuco, comenta que “la internacionalización favorece el diálogo académico y la colaboración para enfrentar desafíos globales, al tiempo que permite a los estudiantes adquirir competencias interculturales necesarias para un mundo interconectado”. Para Momberg, la innovación pedagógica es fundamental para responder a las nuevas generaciones y mejorar su experiencia formativa, mientras que la transformación digital se vuelve un factor crítico de competitividad.
En la misma línea, Carlos Saavedra, vicepresidente ejecutivo alterno del CRUCH y rector de la Universidad de Concepción, advierte la necesidad de avanzar en “el nivel de internacionalización de las plantas académicas; la atracción y retención de nuevo personal académico; el incremento de los porcentajes de estudiantes internacionales en los programas de postgrado; y la flexibilización de las mallas curriculares”. POLÍTICAS PÚBLICAS Para avanzar en estos puntos, las políticas públicas juegan un rol central.
Víctor Orellana precisa que en el corto y mediano plazo se propuso una Agenda de Modernización que contempla iniciativas y reformas adaptativas asociadas a procesos académicos y formativos, de financiamiento y de gestión para robustecer la coordinación estratégica del sector y de sus instituciones.
Entre estas políticas se encuentran iniciativas como Innova IP, que busca conectar el sector técnico profesional y productivo regional, y el proyecto de ley de nuevo Sistema de Financiamiento para la Educación Superior (FES). Para el largo plazo, en tanto, se ha convocado a un Consejo Asesor compuesto por destacadas académicas y expertos del sector, con el objetivo de proponer una Estrategia de Desarrollo para la Educación Superior.
“Este consejo se encuentra elaborando las orientaciones para abordar, en un horizonte amplio, los desafíos en los ámbitos de arquitectura y gobernanza del sistema, trayectorias formativas, asociatividad para el desarrollo del conocimiento, la innovación y la internacionalización, y la articulación con entornos productivos y dinamización del desarrollo”, afirma. EL ETERNO PENDIENTE El fortalecimiento de la investigación y la innovación es otro pendiente.
Carlos Saavedra subraya que “cerca del 90% de la investigación en Chile es generada en universidades, y sin embargo, el país destina apenas un 0,34% del PIB a l+D+ie (Investigación, Desarrollo, Innovación y Emprendimiento), siete veces menos que el promedio de la OCDE”. “Son las universidades las que posicionan a nuestro país a nivel internacional en la generación de conocimiento, lo que les otorga visibilidad global y aporta, al mismo tiempo, a los niveles de excelencia del quehacer universitario”, acota.
No obstante, para Saavedra es fundamental aumentar los recursos que se destinan a I+D+i+e, a través de instrumentos como el Fondo de Investigación para Universidades (FIU), que permita fortalecer capacidades de generación de conocimiento en áreas estratégicas para el desarrollo. La inversión en I+D+i no solo tiene impacto en la generación de conocimiento, sino también en la empleabilidad de los egresados. “La sinergia entre investigación, desarrollo, innovación y docencia otorga nuevas herramientas que mejoran la empleabilidad futura de nuestros estudiantes y potencian la capacidad de innovar del país”, agrega Saavedra.
Desde el G9, Momberg complementa que las universidades de esta red “aportan cerca de la mitad de la producción nacional en investigación y formación de postgrado, además de ser parte del grupo de instituciones que más estudiantes con gratuidad acogen, lo que refuerza el compromiso con la equidad”. La rectora también alerta sobre la necesidad de fortalecer el financiamiento público, especialmente en regiones, y de evitar una estandarización excesiva en los criterios de calidad que no considere la diversidad de proyectos y contextos territoriales. El riesgo de tensar la autonomía universitaria es otro punto de alerta.
“La reforma del sistema de educación superior ha fortalecido la institucionalidad pública y aumentado significativamente los mecanismos de regulación, pero esto tensiona la autonomía de las universidades”, advierte Momberg, quien subraya la necesidad de encontrar un balance adecuado.
En definitiva, la excelencia académica en Chile es un objetivo alcanzable, pero que requiere decisiones estratégicas: políticas públicas sostenibles, inversión robusta en investigación e innovación, adaptabilidad frente a la transformación digital y una mirada sensible a la diversidad de estudiantes y proyectos educativos. “No podemos perder el impulso logrado en los últimos años; debemos consolidarlo con políticas que aseguren la equidad, la calidad y la pertinencia territorial de nuestras universidades”, concluye Momberg. El desafío es claro: avanzar hacia una educación superior de excelencia que no solo forme profesionales, sino que también sea un motor de desarrollo para el país y sus regiones. Carlos Saavedra, vicepresidente ejecutivo alterno del CRUCH y rector de la Universidad de Concepción. Víctor Orellana, subsecretario de Educación Superior.
Marcela Momberg, presidenta de la Red G9 y rectora de la Universidad Católica de Temuco.. Las universidades chilenas destacan en rankings internacionales y calidad acreditada, pero el camino hacia una educación superior de excelencia exige responder a nuevas demandas: masificación del acceso, transformación digital, financiamiento sostenible e investigación con impacto. EDUCACIÓN SUPERIOR DE EXCELENCIA: