Columnas de Opinión: Lecciones de la baja natalidad
Columnas de Opinión: Lecciones de la baja natalidad El 50% de los partos en Chile y el mundo tradicionalmente han sido producto de embarazos no planificados.
El acceso y eficacia de la anticoncepción moderna permite evitar embarazos no planificados de adolescentes, jóvenes y mujeres que no cuentan con los recursos educativos y económicos para criar. ¿Qué podemos hacer en Chile para que aumenten los hijos deseados?. En salud pública, apoyemos a las personas que sí quieren ser padres. Hoy hay 400.000 parejas buscando tener hijos y sólo 600 ciclos de fecundación in vitro al año. Establezcamos el derecho social de criopreservar ovocitos a mujeres que quieren postergar la maternidad para cuando estén mejor establecidas. Despenalicemos y regulemos la subrogación o vientre de alquiler permitiendo que gestantes altruistas y/o pagadas ayuden a formar familias con el mejor estándar de cuidados. Cuando ocurre un embarazo, paguemos entre todos el costo laboral de la maternidad que hoy lo pagan exclusivamente las mujeres. Medidas simples como que el 50% del postnatal sea obligatoriamente tomado por los papás y que la sala cuna sea responsabilidad de la empresa del padre que trabaja, ayudarían a emparejar la cancha.
Una vez que nacen los niños, como Estado, tenemos que darle certeza a sus padres que Chile tiene un entorno con buena salud y educación pública que les dará las mejores oportunidades posibles. ¿La baja de natalidad es un problema? Países desarrollados que llevan tiempo con la natalidad baja siguen siendo ricos, porque cada niño que nace ahí recibe una buena educación, que lo hace aportar proporcionalmente más al crecimiento de su país. Existen otras maneras de revertir el envejecimiento de la población que no pasan por aumentar la natalidad, cómo favorecer la migración selectiva de profesionales y técnicos jóvenes.
Irlanda ha aplicado este modelo los últimos 20 años y transitó de ser el país más pobre al más rico de la Unión Europea y el único que tiene un robusto porcentaje de población joven productiva capaz de sostener a sus mayores de edad.
El calentamiento global que golpea tan fuertemente a Chile, nos hace patente el daño que ya le hemos hecho al planeta todos quienes lo habitamos. ¿Será tiempo de buscar otras soluciones al desarrollo que no pasen por más nacimientos? Como ginecóloga, me enorgullece que hoy se puedan elegir cuándo y cómo tener hijos. Incorporemos en nuestro diseño país la demanda no satisfecha de personas que sí quieren ser padres y abramos nuestras mentes a soluciones innovadoras al eventual problema económico que podría traer la baja de natalidad. OPINIÓN. Dra. Andrea Huneeus Vergara Docente Facultad de Medicina Clínica Alemana Universidad del Desarrollo OPINIÓN