El modus operandi de los populistas
El modus operandi de los populistas ¿ Cómo pensar en los efectos a largo p l a z o d e D o n a l d T r u m p e n EE.UU. ? Sus oponentes suelen compararlo con los autoritarios de la década de 1930, en parte porque ésa es la época que los occidentales conocen mejor. Pero una mejor comparación podría ser con otros líderes populistas, del pasado y del presente. Hacer esa comparación requiere comprender el núcleo populista que constituye Latinoamérica. También requiere una definición práctica de "populismo". La definición estándar en ciencia política fue desarrollada por el académico Cas Mudde.
Mudde afirma que el populismo presenta la sociedad como una lucha entre "el pueblo puro" y "la élite corrupta". En otras palabras, los populistas se definen principalmente por su retórica, más que por una ideología política común.
Trump, sin duda, encaja en esa tradición. ¿Adónde llevaron a sus países los populistas del pasado? Ésa es la pregunta del artículo "Populist Leaders and the Economy" (Los líderes populistas y la economía), publicado en la prestigiosa revista American Economic Review.
Sus autores -Manuel Funke, Moritz Schularick y Christoph Trebesch, del Instituto Kiel para la Economía Mundial en Alemania -estudiaron 60 países, que representan más del 95 por ciento del producto interior bruto (PIB) mundial, para crear una base de datos de 1,482 líderes entre 1900 y 2020. Digitalizaron 770 libros, capítulos y artículos sobre el populismo para evaluar qué líderes siguieron la estrategia populista. Cincuenta y un líderes clasificaron, empezando por Hipólito Yrigoyen, elegido presidente de Argentina en 1916. Los populistas latinoamericanos son mayoritariamente izquierdistas que atacan a las élites económicas, mientras que los populistas europeos son generalmente derechistas que atacan a extranjeros y minorías. Trump utiliza tácticas de ambas tradiciones. Tocó fondo pero se recuperó Los autores muestran que el populismo tocó fondo en la década de 1980 y luego se recuperó, especialmente en Europa. Los populistas suelen llegar al poder tras las crisis financieras y, en consecuencia, resurgieron tras el desplome de 2008. Para 2018, gobernaban más de una cuarta parte de los 60 países estudiados, la proporción más alta jamás registrada. Los populistas tienden a tener éxito electoral, gobernando durante un promedio de ocho años, frente a los cuatro años de los "no populistas". A menudo tienen múltiples periodos en el cargo, como Trump.
Sin embargo, pocos se convierten en "dictadores de pleno derecho", afirma el artículo. "El populismo y el autoritarismo son fenómenos distintos". Especialmente en las últimas décadas, casi todos los populistas siguieron celebrando elecciones, aunque en países como Turquía y Hungría éstas dejaron de ser completamente justas. Sospecho que éste es un escenario más probable para el movimiento trumpista que la suspensión directa de la democracia. Otro hallazgo: los gobernantes populistas engendran gobernantes populistas. Países como Argentina, Italia y Eslovaquia desarrollan tradiciones populistas. Un linaje "trumpista" podría sobrevivir a Trump en EEUU, tal como el peronismo argentino sobrevivió a Juan Perón. Efectos en la economía ¿ Qué efectos tienen los populistas sobre la economía? Los autores evaluaron esto utilizando una técnica estándar en economía. Compararon un país real donde un populista llegó al poder con un "doppelgänger" no populista construido basado en otros países que se habían comportado de forma casi idéntica hasta ese momento.
El artículo controla el hecho de que los populistas suelen heredar economías afectadas por la crisis. "El daño económico causado por un gobierno populista suele ser grave", concluyen. "A lo largo de 15 años, el PIB real per cápita es un 10 por ciento inferior al del contrafactual no populista". Piensa en el daño a largo plazo causado por Perón, Silvio Berlusconi y el Brexit a sus respectivas economías.
El daño El daño rara vez se hace notar en los primeros tres años de gobierno populista, que suelen ser bastante ortodoxos (considera los primeros mandatos económicamente poco excepcionales de Erdogan, Orbán y Trump). Pero con el tiempo, los líderes populistas tienden a imponer aranceles, retirar a sus países de la globalización financiera y aumentar la deuda pública. Lo peor podría ser su erosión de las instituciones. Observa el ataque de Trump al sistema judicial, su ofensiva contra la independencia de la Reserva Federal y su cuestionamiento de las elecciones. Ahora estamos viendo su despliegue de tropas en Los Ángeles, una medida que parece destinada a sumarse al esfuerzo por socavar y corroer la democracia.
El artículo alemán hace referencia al argumento por el que Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson ganaron el Nobel de Economía el año pasado: las instituciones democráticas sólidas son esenciales para el crecimiento económico a largo plazo.
Funke y sus colegas concluyen que, en promedio, el deterioro de las instituciones de un país a lo largo de una década populista "corresponde aproximadamente a la diferencia en calidad institucional entre Noruega y Colombia". Tras haber causado daño, los líderes populistas son difíciles de derrocar.
Los autores advierten que rara vez desaparecen después de perder elecciones; con mayor frecuencia, lo hacen en medio de "grandes escándalos que conducen a juicios políticos o renuncias, crisis constitucionales y negativas a dimitir, así como golpes de Estado, suicidios o accidentes mortales". Uno de los autores del artículo, Schularick, ha afirmado que es "totalmente ingenuo" imaginar que Trump simplemente se marchará en 2028. Para entonces, las instituciones estadounidenses podrían estar tan deterioradas que no tendrá que hacerlo. Estudio alemán El modus operandi de los populistas Un estudio de los movimientos políticos en todo el mundo evalúa el manual autoritario y cómo encaja Donald Trump en él. Simon Kuper/Financial Times.