Autor: IRENE RAMíREz MéRIDA, SEREMI DE AGRICULTURA
Columnas de Opinión: 20 Años del incendio en el PNT: Una tragedia que dejó huellas y oportunidades
Columnas de Opinión: 20 Años del incendio en el PNT: Una tragedia que dejó huellas y oportunidades El pasado 17 de febrero, se cumplieron 20 años desde que se inició el megaincendio que aconteció el año 2005 en el Parque Nacional Torres del Paine, producto de la acción de un turista checo a quién se le dio vuelta una cocinilla mientras pernoctaba en un lugar que no estaba habilitado para dicho fin.
El costo en recursos fue enorme, porque el incendio arrasó más de 11 mil hectáreas de ecosistemas con extensas áreas de estepa, matorrales pre andinos y bosques de lengas (Nothofagus pumilio) y ñirres (Nothofagus antarctica). El incendio tardó cerca de 2 semanas para poder mantenerse controlado con la ayuda de brigadistas del país y otras partes del mundo, recursos técnicos como aeronaves y una coordinación interinstitucional sin precedentes. El patrullaje posterior de nuestros guardaparques y brigadas fueron clave para detectar y apagar los focos activos y la espera del clima invernal para que contribuya finalmente para su extinción total.
Sin embargo, este desastre sobre la naturaleza ocasionado por la acción humana, se convirtió en una oportunidad, cuando el gobierno de la República Checa, sintiéndose responsable por la negligencia de uno de sus ciudadanos, se acercó al Gobierno de Chile y, por ende, a la Corporación Nacional Forestal para ofrecer apoyo financiero y técnico para mitigar los daños causados por el incendio y que se materializó el 2006 con la firma de un convenio de colaboración entre CONAF y la República Checa.
De este convenio surgió una inversión significativa tanto en infraestructura como en conocimiento técnico, donde figuran como logros la construcción de tres invernaderos de alta tecnología y una casa administrativa en el Vivero Forestal Dorotea ubicado al ingreso de Puerto Natales; una metodología innovadora de producción que permitió producir más de 120.000 plantas de lenga al año; además de estudios de geomorfología, análisis de suelos y clima, y la elaboración de un detallado plan técnico de reforestación.
En la actualidad, el legado de dicho convenio perdura en el tiempo y CONAF hasta el año 2024 ha logrado reforestar un total de 418,26 hectáreas en el Parque Nacional Torres del Paine, superando a estas alturas, más del millón de lengas plantadas, lo que si bien demuestra que serán décadas de trabajo llegar a restaurar toda la vegetación dañada, existe la satisfacción de un trabajo “de hormiga” que será traspasado como deber a las siguientes generaciones. Es increíble como ya han pasado dos décadas de aquel acontecimiento que marcó a CONAF y al mundo del agro. Y si hoy lo recordamos, no solo es por su tragedia, sino por la oportunidad que significó para levantarse y construir, como se suele decir, sobre el árbol ya caído..