Ramón Díaz Eterovic: “La historia delictiva es un pretexto en mis novelas”
Ramón Díaz Eterovic: “La historia delictiva es un pretexto en mis novelas” "C ada persona lo vivió de manera d i s t i n t a, p e r o quise hacer una novela donde se reflejara un poco lo que fue estar en esa pandemia, vivir incomunicados, amigos que desaparecían, la vida aislada", reflexiona Ramón Díaz Eterovic (Punta Arenas, 1956) sobre "Dejaré de pensar en el mañana" (Lom), la vigésima entrega de su serie protagonizada por el famoso detective Heredia. Durante la pandemia supo que era un tema que debía tocar, "en esta línea en que la serie sigue hitos que enfrenta la sociedad chilena en distintos órdenes", señala. La cuarentena, por ejemplo, dejó a una de sus hijas varada en España. "Al final no tuvo problemas, pero hubo unos meses de incertidumbre", comenta. Y lo más estremecedor, sin duda, fueron las muertes. Como la del escritor Luis Sepúlveda, su amigo. "Sí, sí. Él fue el primero. Claro, es uno de los casos en los que pensaba. Y el otro era un amigo fotógrafo que siempre iba a mis presentaciones", recuerda con emoción. En ese contexto se desarrolla esta historia que, como siempre, está atravesada por la relación con el poder. "Inventé una trama político-delictiva.
Hay crímenes que son más bien sentimentales y otros que tienen que ver con el tema de la droga, unos narcos que se quieren aprovechar del traslado de las vacunas". Díaz Eterovic dejó su trabajo en la administración pública hace siete años y hoy está dedicado por completo a la literatura, lo que va mucho más allá de sus propios libros.
Leal a sus autores de siempre, pero también lector atento de las nuevas voces, tiene a su haber varias compilaciones de cuentos (algunas en coautoría). La última de ellas, "Crímenes con M de mujer" (Lom, 2023), reúne a 13 autoras chilenas de narrativa policial. "Un hecho importante en la última década es la presencia femenina --afirma--. Julia Guzmán, Valeria Vargas, Paula Ilabaca s o n m u y b u e n a s. También Maivo Suárez". U n a r e a l i d a d muy distinta a la que había cuando él mismo se inició en el género.
Eran pocos, y todos hombres: Albert o E d w a r d s, Luis Enrique Délano, Camilo Pérez de Arce, René Vergara... "Cuando yo empecé a escribir, uno podía hacer un listado de cuatro o cinco, con suerte.
Y ahora, yo creo que puedo llegar tranquilamente a los 50 autores". La saga de Heredia no solo le ha traído múltiples reconocimientos a su autor: también se ha proyectado a otras formas, como la novela gráfica y una serie de televisión. "Son formatos para mí muy queridos --dice--. En mi infancia yo leía cómics, en ese tiempo los llamábamos revistas de monitos. Siempre tenía en la cabeza la idea de que Heredia podía darse en cómic, y salió.
Y lo de la tele, igual, para alguien que parte de su imaginario ha sido construido en el cine o la televisión, que de pronto un personaje que ha creado aparezca en la pantalla es muy potente". --¿ Ha sido este un tiempo de balance de la saga de Heredia? "Hace varias novelas que yo iba como cerrando el círculo de la vida de Heredia, lo cual no quiere decir que esta sea la última, pero la vida pasa y hay cosas que ya no se vuelven a hacer o se hacen de manera distinta. Hay amistades que ya no están.
De alguna forma era como volver a la soledad inicial del personaje, que luego se ensancha y tiene, por decirlo así, una familia, con sus amigos, sus pololas, con este hijo que aparece de pronto; pero luego, como es un poco la vida, esto se empieza a estrechar.
Nunca pensé en hacer un personaje estático, sino que se fuera moviendo, y moviendo también por la historia". La novela está dedicada a Sonia González, su señora y madre de sus tres hijos, dos mujeres y un hombre.
También escritora, acaba de presentar un nuevo libro. "La primera novela de Heredia, `La ciudad está triste', tiene casi la misma dedicatoria --comenta--. La idea mía era reconocer, agradecer, celebrar, que todo este ciclo de la vida de Heredia lo he hecho con ella. Nos conocimos cuando yo recién había escrito esa novela y la primera versión la hice en su máquina, porque yo tenía unas hojas sueltas. Toda nuestra vida gira en torno a nuestros hijos y a la literatura.
Han pasado 40 años y seguimos en lo mismo, leyéndonos, escribiendo, comentando libros". --Después de tantas novelas, ¿qué desafíos se planteó con esta? "Lo que más me preocupaba era cómo iba a funcionar la investigación de Heredia. Se supone que uno no podía desplazarse, pero al final casi todo el mundo se las ingeniaba para salir en otros horarios. Y, por otro lado, cómo plasmar la sensación, el momento de la pandemia. Hay una intención de dejar un registro de lo que era vivir ese momento. En realidad, la historia delictiva siempre es un pretexto en mis novelas. Me interesa más lo que pasa en la ciudad, con la gente.
Como que se dio vuelta la página y la pandemia se olvidó". --¿ Cómo es su relación con Heredia? ¿ Le pide más historias? "(Se ríe) Con Heredia, seguramente lo próximo va a ser un libro de cuentos. Siempre tengo la sensación de que el personaje se sienta al lado mío en el escritorio y me dice, bueno, aquí te tengo una buena idea. Es como entrar en un diálogo. Y de repente empiezan a aparecer los primeros capítulos". Lo que ocurre, reconoce, "es que no aguanto mucho tiempo sin escribir. Yo suelo estar imaginando cuentos o pedazos de novela; tengo 14 o 15, algunas están terminadas, no son policiales. Y en unos cuadernos tengo anotados inicios o esquemas de novelas de Heredia que seguramente no voy a escribir nunca". En 40 años de trayectoria, son innumerables los papeles y documentos acumulados. Parte de ese acervo lo donó este año a la Universidad Católica. "Entregué una serie de manuscritos, pero no van a entender nada, por mi letra", dice entre risas. Y sobre la decisión, aclara: "No lo pensé como el fin de algo, pero me pareció interesante porque había una posibilidad de sistematizar, de ordenar. Yo los recortes de prensa los metía en una caja y nunca más los veía; o los inéditos, los ocupaba y se iban también a una caja. Uno de los profesores me hizo ver que ese papel, al que uno a veces no le da mucha importancia, sí la tenía desde el punto de vista de los estudios literarios.
Por ahí me entusiasmé, junté cosas y las entregué". En esta novela y en las anteriores, el detective habla de libros y también de música. "Lo que yo le he pasado a Heredia son ciertos gustos musicales, de jazz, de tango, de clásica un poco también. Son cosas que a mí me han gustado y digo también le podrían gustar a Heredia. Lo mismo me pasa con las citas literarias; se supone que es Heredia el que junta citas". Solo en estos gustos reconoce una similitud con el detective. Y en su amor por los gatos, claro. "Tengo la impresión de que Heredia hace muchas cosas que yo jamás haría, por una cuestión de personalidad, de energía. De repente es violento, y yo no podría ser violento". --¿ Y solitario? "Solitario podría ser, eso sí. Yo convivo bien con la soledad. Pero si bebiera igual que Heredia, ya estaría muerto (se ríe). Esa osadía, llamémosla, que tiene para meterse y hacer sus preguntas yo no la tengo. A mí me cuesta preguntar un precio.
Alguna vez el crítico Mariano Aguirre me dijo `tú inventaste a Heredia para hacer las cosas que no puedes hacer'". Ramón Díaz Eterovic: "La historia delictiva es un pretexto en mis novelas" Con "Dejaré de pensar en el mañana" (Lom), la serie protagonizada por el detective Heredia completa veinte novelas. Su autor revisa aquí los hitos de su trayectoria literaria y vital. MARÍA TERESA CÁRDENAS MATURANA Ramón Díaz Eterovic reconoce una sensación de incredulidad ante las veinte novelas de Heredia publicadas. KARIN POZO / ATON CHILE.