Autor: JEAN PALOU EGOAGUIRRE
“Honestamente, no sabemos”: las dudas de los encuestadores ante la cerrada elección en EE.UU.
es total a solo días de las elecciones.
En la foto, un cartel destaca: “5 de noviembre: el día más importante en la historia de nuestro país”. Comicios presidenciales del 5 de noviembre “Honestamente, no sabemos”: las dudas de los encuestadores ante la cerrada elección en EE.UU. Más cautos que nunca, los centros demoscópicos y de modelos predictivos reconocen sus limitaciones para pronosticar un ganador claro entre Kamala Harris y Donald Trump. Pese a que el republicano tuvo un sutil avance, todo está dentro del margen de error.
Los modelos estadísticos son cada vez más sofisticados, los algoritmos han sido actualizados con nuevos factores demográficos y se han rediseñado las metodologías para reducir los márgenes de error, pero las encuestadoras estadounidenses no han logrado resolver la incertidumbre de cara a las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre.
Para algunos se trata de una lección aprendida: la experiencia de los comicios de 2016, cuando los sondeos y sistemas predictivos le daban una amplia ventaja a Hillary Clinton pero perdió ante Donald Trump, y de 2020, cuando el triunfo de Joe Biden sobre el republicano resultó ser mucho mas ajustado de lo que se había proyectado, ha provocado que en la actual y estrechísima contienda entre Kamala Harris y Trump los expertos hayan optado por una asombrosa cautela nunca antes vista.
El estadístico Nate Silver, una celebridad de pronósticos de béisbol y elecciones que fundó el sitio FiveThirtyEight, uno de los “oráculos” más consultados, lo puso en estos términos en su boletín: “Vayamos al grano: ¿ Quién va a ganar la elección? Bueno, honestamente, no lo sabemos, pero podemos darte nuestra mejor estimación probabilística”, señaló. Ante la insistencia por una respuesta, Silver escribió una columna en The New York Times en la que se refirió a un concepto muy poco científico: su instinto. “En una elección donde los siete estados en disputa están todos con encuestas que varían por uno o dos puntos porcentuales, un pronóstico 50-50 es el único responsable”, zanjó esta semana. “Sin embargo, cuando doy esta noticia poco satisfactoria, inevitablemente recibo una pregunta: Vamos, Nate, ¿qué te dice tu instinto? Bueno, está bien, te lo diré. Mi instinto dice Donald Trump. Y supongo que lo mismo es cierto para muchos demócratas ansiosos. Pero no creo que debas darle ningún valor a lo que diga el instinto de alguien, incluido el mío. En cambio, deberías resignarte al hecho de queS S E R P D E T A I C O S S ALA INCERTIDUMBRE es total a solo días de las elecciones. En la foto, un cartel destaca: “5 de noviembre: el día más importante en la historia de nuestro país”. un pronóstico 50-50 realmente significa 50-50”, añadió. Un empate casi-casi perfectoLas encuestas muestran un empate casi perfecto.
Según el promedio de Real Clear Politics, Harris y Trump están igualados con 48,5% de intención de voto a nivel nacional, aunque en los estados clave o “bisagra” aquellos que cambian de color político y definen la elección el republicano tiene una ventaja de 0,9%, dentro del margen de error.
Si se proyectan estos resultados al Colegio Electoral, Trump ya tendría asegurados 219 votos electorales, Harris 215 y quedan por definir 104; para llegar a la Casa Blanca, los candidatos deben llegar al “número mágico” de 270. “Las encuestas en realidad reflejan con precisión lo que está ocurriendo: esta es una contienda muy reñida. A nivel nacional, los promedios de ventaja no han superado los 2 puntos.
Y los siete estados endisputa están aún más ajustados”, dijo a “El Mercurio” el experimentado encuestador John Zogby, quien remarcó que las diferencias de los sondeos se deben a cómo se evalúan los modelos de participación electoral y a que, aun cuando se utilizan herramientas estadísticas, “en parte se trata de un arte” donde también influye el juicio del encuestador. “¿La pregunta del millón? No, simplemente no es posible y sería una negligencia hacer cualquier predicción. Podemos captar una tendencia, pero hasta ahora esta contienda apenas se está moviendo.
Tal vez veamos algún cambio más adelante, pero aún no”. Más allá de las encuestas, la igualdad también ha marcado las proyecciones de los distintos modelos predictivos, basados principalmente en sondeos pero que también incorporan complejas correcciones estadísticas, simulaciones computacionales y factores que influencian a los votantes, como el crecimiento económico, el empleo, la inflación y el historial político y lacomposición demográfica de cada estado, entre otros.
Según el modelo de FiveThirtyEight, que ahora realiza ABC News, con los datos disponibles ahora Trump gana en 51 de 100 escenarios, mientras Harris se impone en 49 de 100; si se realizan 1.000 simulaciones, el republicano gana en 506, la demócrata en 491 y hay tres opciones de un empate.
La balanza también se ha inclinado levemente hacia Trump en la proyección de The Economist: según el modelo del semanario, diseñado por científicos de datos de la Universidad de Columbia, el expresidente gana en 53 de 100 simulaciones, mientras la actual vicepresidenta triunfa en 47 de cada 100. “No hay oráculos. Un pronóstico utilizará algunas fuentes de información.
En The Economist estamos usando un modelo de pronóstico similar al de 2016, con algunos ajustes en la estructura de las correlaciones de cambios de opinión y errores en las encuestas a nivel estatal”, explicó a este diario Andrew Gelman, profesor de Estadística y Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia, quien lidera el proyecto. “Las encuestas pueden estar equivocadas. Existe un error no muestral, y no tendremos una idea clara de esto hasta después de que ocurra la elección. Además, la opinión pública puede cambiar durante las próximas dos semanas. También se desconoce exactamente quiénes acudirán a votar”, añadió.
“¿Alguien ha visto la bola de cristal?”Otros predictores que en anteriores elecciones han realizado sus apuestas han evitado en esta ocasión realizar proyecciones tan concluyentes, como The Cook Political Report, Politico, Niskanen Center o Princeton Election Consortium, que más que proyectar las probabilidades de un resultado, se limitan a mostrar día a día cómo se han ido moviendo las encuestas. Es el caso también de Sabatos Crystal Ball, un conocido predictorde la Universidad de Virginia.
“¿Alguien ha visto en algún lado nuestra bola de cristal?”, ironizó su editor, Kyle Kondik, quien apuntó que si bien en los últimos días las “vibras” o “sensaciones” de las elecciones han mejorado las perspectivas de los republicanos, “la carrera sigue completamente abierta” y “los siete estados en disputa siguen clasificados de esa manera”. “Por supuesto, es posible hacer un pronóstico, pero simplemente no lo haría con mucha confianza en este momento. Ha habido un movimiento muy sutil hacia Trump en las últimas semanas, pero no lo suficiente como para considerarlo favorito. Quizás los indicadores apunten a un resultado más claro a medida que nos acerquemos a la elección. Pero supongo que todavía habrá mucha incertidumbre”, dijo Kondik a este diario. Factores de distorsiónEn el fondo de esta incertidumbre están los factores que podrían distorsionar o afectar la precisión de las encuestas. Ha sido motivo de debate el presunto “votante culposo” de Trump, aquel que si le preguntan en un sondeo no reconoce su apoyo al republicano. O el fenómeno de que los votantes menos politizados sean más favorables al expresidente.
Por el hecho de que Harris está compitiendo por ser la primera mujer en la Casa Blanca, también se ha analizado el “efecto Hillary Clinton”, y como ella es apenas la segunda persona afroamericana en ser candidata después de Barack Obama, también se habla del “efecto Bradley”, llamado así después del exalcalde de Los Angeles Tom Bradley, quien en 1982 tuvo un desempeño peor que el esperado en la carrera por la gobernación de California porque muchos decían que estaban “indecisos” en vez de reconocer que no votarían por un candidato negro. “En 40 años de encuestas, siempre he encontrado que los votantes republicanos están ligeramente menos inclinados a responder encuestas, por lo que he hecho ajustes aplicando ponderaciones para aumentar los números de los republicanos. Aparte de eso, dado que muchos sondeos hoy se realizan en línea, el antiguo temor de decirle a un extraño su voto por teléfono se reduce”, comentó Zogby. Kondik sale en defensa de los centros demoscópicos: “Dados todos los desafíos logísticos, es asombroso que las encuestas funcionen tan bien como lo hacen. No podemos ni debemos esperar que predigan perfectamente lo que sucederá exactamente en la elección. El error de las encuestas también puede variar de una elección a otra. Las encuestas subestimaron a Trump en 2016 y 2020, pero también subestimaron a Obama en 2012. Es difícil obtener una muestra verdaderamente representativa”, dijo. “Juzgaría las encuestas de esta manera: si la elección está efectivamente reñida, las encuestas habrán sugerido que ese sería el caso”..