Alzar la voz: Un acto de autocuidado para las mujeres
Alzar la voz: Un acto de autocuidado para las mujeres Por Agnieszka B i Académica investigadora Psicología de la U.
Andrés Bello, sede Viña del MaQ Columnaada 8 de marzo, el mundo conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha para sobre los reflexionar avances conquistados y los obstáculos que aún persisten en la lucha por la igualdad de género. En este camino, un aspecto fundamental suele quedar en segundo plano: la salud mental de las mujeres.
Alzar la voz no solo es un acto de resistencia, sino también una herramienta esencial para el bienestar emocional y psicológico. las mujeres se nos ha enseñado Históricamente, a a callar, a soportar injusticias y a minimizar nuestras propias vivencias. El miedo, la culpa y la presión social han sido mecanismos de silenciamiento, perpetuando ciclos de violencia, desigualdad y discriminación. Sin embargo, el costo del silencio es alto: ansiedad, depresión, estrés postraumático y otros trastornos que deterioran nuestra calidad de vida. De acuerdo con el Termómetro de la Salud Mental, en abril de 2023 el 34,6% de las mujeres presentaba síntomas de ansie-dad, en contraste con el 14% de los hombres. Hablar no solo alivia la carga emocional, sino que también visibiliza problemáticas estructurales como la violencia de género, el acoso laboral y la desigualdaden el acceso a oportunidades. Romper el silencio es un paso necesario para sanar y construir sociedades más justas. La saludmental no es un tema exclu-sivamente individual; está estrechamente vinculada con nuestras condiciones de vida y nuestros derechos. La falta de acceso a educación, trabajos dignos, servicios de salud de calidad y entornos seguros afecta directamente el bienestar psicológico de las mujeres. Por ello, la lucha por la equidad de género también es una lucha por nuestra salud mental. Alzar la voz para exigir justicia, pedir ayuda o compartir nuestras experiencias es un acto de sanación personal y colectiva. Nos fortalece y envía un mensaje claro: merecemos vivir sin miedo, con dignidad y con la certeza de que nuestras voces importan. No es-tamos solas. Construir unasalud mental sólida requie-re del apoyo de otras mujeres y de la comunidad. Contar con espacios seguros donde podamos expresarnos sin temor al juicio o la revictimización nos permite procesar nuestras vivencias y encontrar soluciones colectivas. Las redes de apoyo no solo brindan contención emocional, sino que también nos entregan herramientas para enfrentarsituaciones adversas. La sororidad, entendida como el apoyo mutuo entre mujeres, es una estrategia poderosa para resistir y sanar. Hablar es un derecho y también una necesidad. No debemos sentir culpa por exigir respeto, justicia y bienestar. En este Día dela Mujer, recordemos que la salud mental es un pilar fundamental en la lucha por la equidad. Alzar la voz es un acto de amor propio, de resistencia y de transformación. Que nunca más las mujeres sientan que tienen que callar. Conversar sobre salud mental puede salvar vidas. Este 8M, alcemos la voz por nuestro bienestar. ¡Y recuerden, *Conver-sarDeSaludMental puede salvar vidas!. Q Columna sicóloga de Grupo Cetep.