Autor: DANIEL RODRÍGUEZ Director ejecutivo de Acción Educar
CARTAS: La frontera en educación
Señor Director: Celebro la invitación que hace Bernardo Larraín, de Pivotes (columna de ayer), a pensar más allá de las fronteras en educación. Efectivamente, formas innovadoras de asociación público-privada son una alternativa que puede generar un impacto significativo. Sin embargo, mover la frontera también puede ser volver a ver con otros ojos lo que ya tenemos. Chile tiene la fórmula más exitosa y masiva de colaboración público-privada en educación escolar en el mundo, que es lo que llamamos educación particular subvencionada. Proveedores privados, reflejos de la sociedad civil, entregan educación con diversidad de proyectos educativos, mientras que el Estado cumple con su deber de educar proveyendo la subvención por alumno. El 70% de los padres la prefieren. Las reformas estructurales de Bachelet II golpearon duramente este tipo de educación (sí, les "quitaron los patines”). La actual administración ha puesto sus esfuerzos en la educación pública, lo que es razonable. Pero la sociedad civil tiene el deber de volver a valorar, proteger y bregar por el sector particular subvencionado, cada vez más agobiado por la "permisología”, sobre fiscalización y leyes bien intencionadas, pero sin financiamiento.