Ética como marco vital ante límites inimaginables
Ética como marco vital ante límites inimaginables Aunque parecen estarse dando expectativas imprecisas al comunicar el resultado científico en torno al extinto lobo terrible, no puede desconocerse que existe un logro grandioso en la biotecnología e ingeniería genética y que se vislumbran nuevos anuncios similares a futuro, que puede ser cercano o lejano.
La “des-extinción” del lobo terrible no es el primer ni último intento de la empresa biotecnológica en este campo: ha difundido el trabajo en experimentos que buscan recuperar otros animales extintos como el mamut lanudo y el tigre de Tasmania mediante el uso de técnicas genéticas de vanguardia. Y otras empresas e investigaciones podrían apuntar al mismo horizonte.
La doctora Paula Aravena afirma que si estos trabajos son o no éticos lo definirá el marco regulatorio existente y bajo el que se deben evaluar las propuestas en cada país, pero el hito reciente y su influencia abre inquietudes que también son éticas y más temprano que tarde requerirán un abordaje.
“¿No sería más idóneo redirigir estos recursos y esfuerzos en evitar la extinción de las especies que hoy se encuentran en riesgo?; ¿ cómo transmitir el valor a la conservación de la especies actuales si la consciencia global estará influenciada por la posibilidad de traerlas a la vida más adelante?; ¿ cómo estas investigaciones influyen en el pensamiento colectivo de la vida después de la muerte y las posibilidades de la propia inmortalidad humana?; ¿ demostrar que como especie podemos realizar cosas grandiosas justifica alterar los pilares de evolución de la historia de nuestro planeta?”, plantea como preguntas críticas.
Justamente, el doctor René Ortega considera que este avance científico muestra la capacidad de enmendar el efecto de los humanos sobre las especies y proyecta un próximo dilema en si estas tecnologías deberían usarse en la especie humana. Y así la preocupación está en “el uso que se le dará a la tecnología, prácticas monopólicas e intereses monetarios pueden desvirtuar el compromiso altruista del uso de esta nueva herramienta”, dice.
Crucial regulación Ante ello la clave y desafío de la ciencia y tecnología global es la preparación, definiendo parámetros para un uso responsable y el bien común del conocimiento y herramientas, no a privilegiar caprichosamente a una especie sobre otra o ser de empleo y/o beneficio sólo de ciertos grupos o países, por ejemplo.
Porque el avance, aunque como concepto tiene cariz positivo, puede traer ciertos riesgos, como acrecentar brechas y generar daños colaterales, cuando su uso es muy limitado y exclusivo o las capacidades se usan en otros y hasta maliciosos fines. Ahí lo vital de las regulaciones y ética en la sociedad, ciencia y tecnología. “La base para que la ciencia no transgreda derechos fundamentales es el establecimiento de un marco regulatorio ético/bioético del quehacer científico. En el caso de tecnologías nuevas, como lo fueron en su momento la clonación y la edición genética, es esencial establecer un límite entre lo que se puede y debe hacer. Lo mismo debe suceder con la des-extinción”, manifiesta Ortega.
La trascendencia es aún más si se trata de seres vivos y sintientes: “en los animales la responsabilidad es mayor, ya que el hombre tiene el deber moral de protegerlos”. Y afirma que las regulaciones deben ser tan globales como locales, con lineamientos internacionales y decisiones gubernamentales o estatales.
OPINIONES Twitter @DiarioConce contacto@diarioconcepcion.cl El Cicua-UdeC se creó en 2024 con la “misión de cuidar los aspectos éticos, bioéticos y de bioseguridad en el uso de animales en las actividades de investigación, así también el uso de sus respectivas muestras biológicas”, destaca su director, el doctor René Ortega, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria.. FOTO: /CC.