Trump lo vuelve a hacer y retira a EE.UU. del Acuerdo de París
Trump lo vuelve a hacer y retira a EE.UU. del Acuerdo de París Renaud Foucart* (The Conversation) Renaud Foucart* (The Conversation) No fue una sorpresa para nadie que uno de los primeros actos de Donald Trump a su regreso a la Casa Blanca fuera firmar una orden ejecutiva que retiraba a Estados Unidos del acuerdo de París sobre el cambio climático.
Casi otros 200 países seguirán siendo parte del acuerdo diseñado para frenar el calentamiento global. ¿Cómo les irá sin la participación de uno de los mayores contaminadores del planeta? La salida de Estados Unidos encierra un problema delicado en lo que respecta a los esfuerzos internacionales para abordar el cambio climático. Cualquier esfuerzo por reducir el uso de combustibles fósiles es individual, mientras que los beneficios son universales.
Y desde 1997, el principal enfoque para abordar el cambio climático de manera multilateral ha sido a través de cumbres respaldadas por la ONU conocidas como "Cops" (Conferencia de las Partes), donde los países sereúnen y se prometen mutuamente reducir sus emisiones.
Los países más ricos, que contaminaron más en el pasado y crearon la mayor parte del CO2 acumulado en la atmósfera, también se han comprometido a ayudar a los países más pobres a desarrollarse económicamente emitiendo menos, por un monto de 300.000 millones de dólares (244.000 millones de libras esterlinas) al año para 2035. Pero, aunque se hace un gran esfuerzo para organizar la mayor coalición posible de países, al final todo se basa en la buena fe y en las promesas. No existe ningún mecanismo para castigar a los países que no cumplen los acuerdos. De modo que, cuando entran en juego la política nacional o las limitaciones presupuestarias, los compromisos climáticos pueden quedar en el olvido. Un proyecto para gravarla contaminación puede cancelarse o los activistas pueden lograr bloquear los planes. Sin embargo, se pueden obtener beneficios de predicar con el ejemplo y reducir las emisiones sin ninguna garantía de que los demás hagan lo mismo.
Esto se debe en parte a que los seres humanos tenemos una tendencia a loque se conoce como "cooperación condicional". Las personas que no cooperan Esto ocurrirá con el cambio climático rump lo vuelve a hacer y retira a EE.UU. del Acuerdo de París Tal como en su primer mandato, el nuevo presidente de EE.UU. sacó a su país del acuerdo medioambiental. Estas podrían ser las consecuencias. a su país del acuerdo medioambiental. Estas podrían ser las consecuencias. La salida de EE.UU. del acuerdo abre varias interrogantes. cuando tienen que hacerlo al mismo tiempo que otros tienen muchas más probabilidades de sumarse si observan una cooperación previa.
Por esta razón, una investigación que publiqué recientemente con colegas sobre la teoría dejuegos (el estudio matemático de las interacciones estratégicas) sugiere que lo mejor que pueden hacer las economías avanzadases seguir reduciendo sus propias emisiones. Porque si los países ricos no se esfuerzan por seguir un camino que permita mitigar el calentamiento global, no hay esperanza de que los demás sigan su ejemplo. En ese caso, incluso un país pequeño y rico (como el Reino Unido) es importante para demostrar un compromiso inequívoco con la lucha contra el cambio climático.
Cooperación en materia de carbono Además de fomentar una mayor cooperación, una política climática fuerte en forma de impuestos al carbono es también la forma más poderosa de castigar a quienes no participan en el esfuerzo global.
Tanto Estados Unidos (bajo el mando de Biden) como la UE han desarrollado sus propias versiones de una herramienta llamada "mecanismo de ajuste fronterizo del carbono", que significa que los exportadores de países que no gravan las emisiones (o las gravan con menor intensidad) deben pagar en su lugar el impuesto nacional al carbono. Por ejemplo, pensemos en una empresa china que exporta un contenedor al Reino Unido.
Si los fabricantes chinos ya han pagado un impuesto al carbono de 100 libras al gobierno chino porel producto que seencuentra en el contenedor, pero el impuesto al carbono del Reino Unido habría sido de 200 libras, el impuesto fronterizo es la diferencia entre los dos: 100 libras. Pero si el gobierno chino aumenta su impuesto interno al carbono al nivel del Reino Unido o por encima, el impuesto del mecanismo de ajuste fronterizo cae a cero. Este enfoque ha influido en muchos países para que pongan en marcha su propio impuesto al carbono, porque es mejor obtener los recibos fiscales en casa que enviarlos a otro lugar. Pero, una vez más, ayuda dar el ejemplo.
Para influir en otros con impuestos fronterizos, es necesario implementar primero un sistema propio. ¿Escaparse? A pesar de toda esta aparente cooperación y de la preocupación generalizada por el impacto del cambio climático, la última cumbre de la COP en Azerbaiyán, celebrada en noviembre de 2024, fue considerada por muchos como una decepción. Pero también hay buenas noticias queindican que los esfuerzos van en la dirección correcta. Los últimos datos, por ejemplo, muestran que la UE no está muy lejos de su objetivo para 2030. Lasemisiones de gases de efecto invernadero ya están un 37% por debajo de losniveles de1990. En el Reino Unido, la cifra es del 42%. En China, las emisiones podrían haber alcanzado ya su punto máximo, antes de lo previsto. Incluso en Estados Unidos, lasemisiones están disminuyendo. Si analizamos los escenarios que llevaron ala primera cumbre climática de la ONU en Kioto, no todo es prometedor. Es poco probable que el mundo evite que las temperaturas globales aumenten más de 1,5"C porencima de los niveles preindustriales. Así que tal vez no deberíamos depender demasiado de las futuras cumbres para lograr el próximo avance ambiental. El camino a seguir podría venir más probablemente de soluciones técnicas como impuestos al carbono y mecanismos de ajuste fronterizo. Y tal vez la mejor manera de convencer al resto del mundo de que reduzca sus emisiones no sea darles charlas y conferencias, sino predicar con el ejemplo. O *Renaud Foucart, profesor titular de Economía, Facultad de Administración de la Universidad de Lancaster.