Autor: Jessica Portilla Tabilo directora (s) del Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia de Atacama
Columnas de Opinión: Familias que acogen, una sociedad que protege
Columnas de Opinión: Familias que acogen, una sociedad que protege H "ace algún tiempo, una madre de acogida de la comuna de Caldera -dueña de un pequeño almacénrelataba una situación que se le repite con frecuencia.
Cada vez que atiende al público con un bebé en brazos, escucha una pregunta similar: "¿ Y en qué momento tuviste guagua? No me di cuenta de que estuviste embarazada". Entonces, con paciencia, debe explicar una vez más que ese bebé no es su hijo biológico, sino que forma parte de un proceso de acogimiento familiar La evidencia lo respalda: los niños y niñas que crecen en contextos familiares, incluso de manera temporal, presentan mejores indicadores de salud mental, menor probabilidad de deserción escolar, menor riesgo de explotación sexual y más posibilidades de desarrollar una vida autónoma y plena. No se trata de una opción entre otras, sino de una necesidad ética, respallada por datos y sustentada en humanidad. Por ello, quienes asumen esta tarea no pueden estar solos. Ser familia de acogida implica una entrega valiente y generosa que debe contar con respaldo institucional, apoyo comunitario y reconocimiento social. En una sociedad verdaderamente comprometida con su infancia, ninguna familia debería tener que explicar o justificar su rol en un consultorio, en una reunión escolar o en la plaza del barrio. Desde el Servicio de Protección Especializada, estamos comprometidos con fortalecer esta cultura del acogimiento. En el mes de julio lanzaremos una nueva campaña nacional que busca involucrar a todos los actores: instituciones públicas y privadas, medios de comunicación, organizaciones sociales y a la ciudadanía en su conjunto. Queremos que hablar de acogimiento familiar sea algo cotidiano, comprensible, inspirador. Que se sepa que detrás de cada familia de acogida hay una historia de amor, y detrás de cada niño acogido, una oportunidad real de transformación. Hoy, más de 700 niños y niñas menores de tres años viven en residencias. Son más de 700 pequeñas vidas que deberían estar creciendo en el seno de una familia, no porque sea una utopia, sino porque es su derecho, su necesidad y su merecimiento. La tarea es enorme, si. Pero profundamente humana. Asegurar que cada niño y niña crezca en una familia no es una obligación exclusiva del Estado, sino un compromiso colectivo. Porque criar mejor es construir una sociedad mejor. Y porque la infancia, simplemente, no puede esperar. C Columna Ser familia de acogida implica una entrega valiente temporal y generosa que debe contar con respaldo institucional, apoyo comunitario y reconocimiento social..