Autor: Editorial
La gran urgencia de Ñuble
La gran urgencia de Ñuble Aunque los números ya no sorprenden, es clave mantener en la agenda pública un tema tan sensible como éste, que actualmente afecta a más de 25 mil personas en la región, para que las autoridades recuerden la importancia de su función y el sentido de urgencia que este problema exige. Las estadísticas de desempleo demuestran, una vez más, que las medidas gubernamentales implementadas en la zona para dinamizar el mercado laboral han sido un fracaso en términos generales. Ñ uble vuelve a liderar el desempleo a nivel nacional.
Según el INE, la tasa de desocupación alcanzó un 10,5% en el trimestre abril-junio de 2025, y si bien esta cifra representa una disminución de 0,2 puntos respecto a igual periodo del año pasado, no se escuchó a ninguna autoridad celebrando.
Y es que no hay razón para hacerlo, considerando que la región ya suma tres mediciones consecutivas con tasas de dos dígitos y ésta es recién la primera entrega de este año que incorpora el invierno, un periodo en el que tradicionalmente la demanda laboral se contrae, por factores estacionales. Por ello, analistas locales prevén que el indicador continuará en esos altos niveles, por lo menos, hasta septiembre.
Aunque los números ya no sorprenden, es clave mantener en la agenda pública un tema tan sensible como éste, que actualmente afecta a más de 25 mil personas en la región, para que las autoridades recuerden la importancia de su función y el sentido de urgencia que este problema exige. Las estadísticas de desempleo demuestran, una vez más, que las medidas gubernamentales implementadas en la zona para dinamizar el mercado laboral han sido un fracaso en términos generales.
En el análisis en particular se identifican acciones positivas, como, por ejemplo, la implementación de instrumentos para atraer o destrabar inversiones, la focalización de programas para mejorar la empleabilidad de las mujeres, los esfuerzos en materia de capacitación, el apoyo brindado a las pymes y el aumento del presupuesto para obras públicas y viviendas; aunque los números dicen que los niveles de inversión son mediocres, que las mujeres exhiben bajas tasas de participación laboral y un mayor desempleo que los hombres, que el 79% de las vacantes que se generaron en 2024 solo exigían educación básica, que las pymes siguen recortando personal y que hay una lista de proyectos del MOP y del Ministerio de Vivienda que están retrasados. Ciertamente, se trata de un problema crónico que enfrenta la región, el que requiere un abordaje integral con una mirada estratégica, lo que hasta la fecha no se ha visto.
Es imperativo trabajar en el cierre de importantes brechas de capital humano y de infraestructura pública (conectividad, red eléctrica y obras hidráulicas), así como también combatir decididamente la permisología en todos los niveles; de manera que la región no solo acoja más inversiones, sino que éstas logren generar puestos de trabajo de calidad.
Dejando de lado la ideología y el populismo, hay que reconocer también que el escenario de incertidumbre (normativa, tributaria y política), el complejo escenario económico nacional y global y algunas políticas públicas han contribuido a agravar el problema del desempleo, no solo en Ñuble, sino que en todo el país.
Expertos apuntan al encarecimiento de la mano de obra, derivada del aumento del salario mínimo, la reducción de la jornada laboral y la reforma previsional, como un factor relevante que ha desincentivado la contratación, principalmente en las pymes.
Es probable que a partir de septiembre las tasas de desocupación vuelvan a un dígito, y que hacia fines de año comiencen a ejecutarse proyectos intensivos en uso de mano de obra, lo que dará un respiro al indicador en tiempos electorales. Por ello, será importante no dejarse engañar por un alivio transitorio y seguir presionando a las autoridades regionales y nacionales para que no pierdan de vista la gran urgencia de Ñuble.
Aunque los números ya no sorprenden, es clave mantener enla agenda pública un tema tan sensible como éste, que actualmente afecta a más de 25 mil personas en la región, para que las autoridades recuerden la importancia de su función y el sentido de urgencia que este problema exige.