Autor: ARIEL DIÉGUEZ
38 pinguinos han aparecido enfermos o heridos en las playas de Antofagasta este año
38 pinguinos han aparecido enfermos o heridos en las playas de Antofagasta este año ROBERTO MORALES MORALES ARIEL DIÉGUEZ ARIEL DIÉGUEZ pingúinos han varado este año, vivos y extremadamente débiles o muertos, en las costas de la Región de Antofagasta. "Eso escapa un poco de nuestras estadísticas, que llevamos desde hace bastante tiempo.
Está fuera de lo normal", dice Pilar Irribarren, directora regional de Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca). Lo normal es un varamiento por mes, explica, y sólo el fin de semana pasado hubo dos: "Un pinguino, acá en Juan López, que está cerca de Antofagasta, tenía un anzuelo en su ala. Fue trasladado al Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Antofagasta, le retiraron el anzuelo y está en recuperación. Otro fue encontrado en la Playa Trocadero. No tenía heridas visibles, pero sí una baja condición corporal", cuenta. La mayoría son pingúinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus), llamados también pinguinos patagónicos. Miden entre 60 y 70 centímetros y pesan entre cuatro y seis kilos. Su pico es aplanado verticalmente y tanto en su base como cerca de los ojos tienen tintes rosados. Habitan el extremo sur, entre Chile y Argentina.
Según la ficha técnica de Sernapesca, "en Chile la colonia reproductiva más importante está ubicada en el Monumento Natural Los Pingúinos en Isla Magdalena, Punta Arenas". Luego de un período de reproducción, de septiembre a marzo, emigran durante otoño e invierno hacia aguas del norte, 38 pinguinos enfermos o heridos en las playas de Antofagasta este año La explicación, dicen especialistas, podría estar en la falta de alimento en el mar. hasta Perú, por el Pacífico, y hasta Brasil, por el Atlántico. "Los pinguinos que han varado estaban principalmente bajo peso. Eso puede ser porque quizá no hay mucha disponibilidad de alimentos. Hay que recordar que venimos saliendo de un fenómeno de El Niño y eso afecta la distribución de las especies. Esto hace que justamente se acerquen a la costa, a buscar alimentos, a buscar refugio, y se está generando esta interacción negativa con la pesca recreativa", cuenta. Nueve necropsias o autopsias ha hecho el Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CRRFS). "Muchos de ellos tenían el estómago vacío. Es señal de que no se han alimentado bien o no de manera reciente. Además, en algunos se han retirado anzuelos desde el esófago o desde el estómago. No hay tanto alimento y eso sumado a que tienen un elemento extraño, punzante, dificulta aún más la alimentación", explica.
Defensas bajas Carlos Guerra, doctor en Biología de la Universidad North Texas, Estados Unidos, y director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental (CREA) de la Universidad de Antofagasta, del que depende el CRRFS, explica que el pingúino de Magallanes debiera viajar hacia el norte alejado de la costa, más allá de las 20 millas náuticas. "De vez en cuando, en cierta época del año, llegan uno que otro, juveniles o adultos, enfermos, que pertenecen a la población que anda allá afuera. Lo que tenemos ahora es un incremento de esa situación", explica. En el norte, estos pinguinos debieran alimentarse de peces pequeños, como la agujilla, la anchoveta y la sardina. Explica que aún no se sabe por qué mar afuera estaría bajando la cantidad de estos peces. Una explicación podría tos peces. Una explicación podría ser el reacomodo del mar entre El Niño y La Niña. La falta de alimento desencadena un proceso similar al que le ocurre al ser humano. Bajan las defensas. "Llegan famélicos, con muchas complicaciones en su estado físico, muy flacos. Eso significa baja inmunidad y entonces reaparecen enfermedades que son crónicas, pero que las tenían controladas. Enfermedades y parásitos", cuenta. Se acercan a las costas, para alimentarse, pero no tienen experiencia en estos lugares, a diferencia del pinguino del Humboldt, otra especie muy común en la zona. El de Magallanes se transforma así en presa fácil de los pescadores aficionados. "En la búsqueda frenética de alimento, se tiran contra un anzuelo que va con su carnada. Los anzuelos quedan atrapados dentro de su cuerpo. Los pescadores aficionados los tironean y los cortan, no más", explica. La pesca recreativa, dice Guerra, ha dejado de ser recreativa. Cada vez hay más gente que pesca para conseguir alimento. Otra amenaza en la costa son los perros vagos, que los atacan los perros vagos, que los atacan Este pingúino tiene en su pico una lienza de pescar. Eso puede significar que tragó un anzuelo. Sernapesca dice que lo normal es uno por mes han aparecido en jaurías. Seis pinguinos tiene en recuperación en este momento el centro de rehabilitación. Uno de ellos está muy débil y sigue en la enfermería. A todos se les toma una radiografía, que permite ver si hay un anzuelo dentro de su sistema digestivo. Si lo hay, se les opera, incluso con laparoscopía, es decir sin incisión: se les introduce una sonda por el pico para quitarles el "elemento extraño", generalmente alojado en el esófago y en el estómago. Para alimentarlos hay que filetear o cortar en pequeños trozos pescados grandes. "Al principio hay que alimentarlos forzados. Ellos no reconocen el alimento así en el aire. A los días aprenden a recibir de la mano. Así van incrementando el peso lentamente. Después hay que desenseñarles. Para que se salven, aprenden a comer de la mano del hombre. Después, cuando ya están sanos, hay que enseñarles que no es la mano del hombre la fuente de alimento. Ahí hay que meterlos a piletas y hacer todo un proceso de rehabilitación. Cuando vuelven a aprender a cazar peces en el agua, se liberan", cuenta..