TODAS LAS VIDAS DE VARINIA BRODSKY
TODAS LAS VIDAS DE VARINIA BRODSKY Varinia Brodsky, licenciada en Arte, 47 años, primera mujer desde el retorno a la democracia en dirigir el Museo Nacional de Bellas Artes, enfrentó su primera polémica hace unas semanas cuando, a partir de la exposición "Luchas por el arte", y sus obras sin marco, se criticó la mirada revisionista de la muestra.
También, porque este tipo de manifestaciones reemplacen lo que antes eran las salas de la colección permanente del MNBA. "El hecho que estos formatos curatoriales más conservadores sean reemplazados por modelos curatoriales revisionistas como el antes descrito me parece que no reconoce que muchas veces los visitantes tienen que poder hacerse una imagen de la historia sin la necesidad de pasar por esta iniciación conceptual ultra compleja y especializada", dijo Pablo Chiuminatto, profesor universitario, artista visual y editor. --Esa exposición es una muestra de colección que está hace dos años.
Y, claro, para nosotros fue una oportunidad de que se abriera este debate, porque el museo tiene que proponer nuevas lecturas también-dice ella. --¿ Y cuál era la lectura de las obras sin marco? --La lectura de esa exposición es generar un mapa de relaciones distinto del que hemos venido conociendo.
Por eso, aborda la historia del arte desde fines del siglo 19 en la colección del museo, poniendo en relación el sistema donde justamente están las hegemonías, mostrando cuál es la pugna de poderes desde el mundo de los artistas, historiadores, museos, etcétera. Cómo se construyen las colecciones, los premios, y qué es lo que no se ha visto, dónde están las ausencias, dónde está ese otro circuito que ha quedado fuera. Y, sobre el tema de sacar los marcos, lo primero es decir que en su gran mayoría los marcos no son originales. --Es decir que no están haciendo ninguna brutalidad patrimonial... --No. Y lo segundo es que los marcos están guardados, porque había el rumor de que se habían más o menos que botado. Eso es falso. Y, tercero, esta es una exposición que es de difícil primera lectura, pero que abre un campo de conocimiento y diálogo, y que esperamos que a las personas les genere interrogantes. Entonces, hay mucho trabajo de archivo, estudio, una investigación bien profunda de parte de las curadoras, que son dos personas del museo.
Esto no se trata sólo de la experiencia estética. --¿ Usted cree que se entendió? --Yo creo que hay gente que lo entiende muy bien, hemos recibido visitas, sobre todo gente del extranjero, que quedan muy impactados porque, justamente, se corre un riesgo de no ser complaciente. Entonces, hay todo tipo de lecturas.
Y creo que es una exposición que hay que venir a ver varias veces. --¿ Alguna de las críticas que se le hizo a la exposición le parece válida? --A lo mejor la lectura de que el recorrido, desde la experiencia habitual de visitar un museo, no es fácil. Probablemente muchas personas que no son especializadas no pueden hacer una lectura tan clara en la primera visita.
Pero a mí me parece que es un aporte que los museos instalen problemáticas y narrativas distintas. --Aunque la gente no las entienda. --Más que no las entiendan, tal vez no se sienten habituadas, si tampoco hay que subestimar a los públicos. Los públicos quieren saber de la historia del arte en nuestro país, quieren entender lo que el museo está haciendo. Acá no se trata solamente de montar exposiciones y dejarlas ahí, porque no son objetos.
Aquí hay un trabajo de contenidos profundo que hay que ir desarrollando en el tiempo. --¿ Y cuál es la diferencia de eso con, por ejemplo, las exposiciones del Louvre? ¿ Dónde queda aquí la simple, humana y básica apreciación por el arte o usted cree que el arte hoy debe siempre cuestionar la hegemonía, lo patriarcal, lo heteronormativo, por decir algo? --Uno de los problemas que tiene este museo es la falta de espacio.
Si nosotros tuviéramos un museo del tamaño del Louvre, o del Museo del Prado, podríamos poner la colección en su mayor expresión. --La pregunta es qué es lo que usted privilegia. --Para mí es importante tener una mirada más cercana al pensamiento crítico.
Me parece que aporta y que tenemos que pensar en las nuevas generaciones (... ) Una de las cosas que me han preguntado mucho es por qué ya no hacemos exposiciones internacionales de artistas de alto renombre mundial, como se hizo en algún minuto acá. Y fíjate lo que cuesta entender que este museo hoy día está focalizado en artistas chilenos. Si tú te das cuenta, la mayor cantidad de artistas que hemos expuesto, desde el año pasado o este, son chilenos. Al mismo tiempo, existe la crítica instalada de que Chile maltrata a sus artistas, de que no los reconoce, etcétera.
Entonces, ¿cuál es la labor de un museo nacional como este, en un país como Chile, si no es reconocer y darles visibilidad? --Y alguien podría pensar que no, que lo más importante es traer cultura de clase mundial y abrirle la cabeza a la gente con grandes artistas extranjeros. --Claro, por eso las direcciones tienen miradas. --¿ Y su mirada cuál es? --Mi mirada es fortalecer a las mujeres, fíjate que en la colección del museo, que tiene alrededor de 6000 obras, solamente el 12 por ciento es de mujeres; mi mirada es poder generar exposiciones que abran el pensamiento crítico, reflexivo, y, por supuesto, reconocer el trabajo de los artistas en Chile. Me parece fundamental que un museo como este haga ese trabajo. Los padres de Varinia Brodsky tenían 20 años cuando ella nació.
Ricardo Brodsky, ex director del Museo de la Memoria, Gabriela Mistral y Benjamín Vicuña Mackenna, actual secretario general del partido "Movimiento Amarillos por Chile" --fundado por Cristián Warnken-y Mónica Zimermann, profesora, se conocieron cuando ambos estudiaban Historia en la Universidad de Chile. --Obviamente no fui una guagua buscada... Digamos que estaban enamorados-dice, y se ríe. De hecho, cuenta, ellos aún están juntos. Tras la noticia, empezaron a convivir.
Su padre era dirigente estudiantil y, con una hija y los compromisos políticos, sus vidas no fueron fáciles. --Yo crecí en un contexto muy difícil, la mía fue una generación en la que estuvimos cruzados por el miedo, nos educamos sabiendo que estábamos, de alguna manera, en peligro. Además, mi abuelo era exiliado, un par de veces fuimos a Venezuela a verlo. Mis tíos también estuvieron exiliados, mi padre decidió quedarse en Chile por una cuestión política, como dirigente, pero este tema, claro, nos cruzaba en nuestra existencia. Y no era sólo una sensación. Cuenta que hubo momentos en donde realmente toda la familia estuvo en peligro. --En 1985 mi papá estuvo clandestino varios meses, porque lo andaban buscando.
Había sido el crimen de Guerrero, Nattino y Parada, yo tenía seis o siete años y estudiaba en el Latinoamericano y una vez un hombre me fue a buscar al colegio y me preguntó por él, me dijo que eran amigos. Yo sabía que no podía decir nada, me enseñaron a callar, si una persona desconocida me preguntaba algo yo no podía decir nada. Yo fui una niña muy tímida, muy callada, me costó mucho salir de esa inercia. También me acuerdo que la CNI alquiló un departamento al frente de nosotros y nos observaban. Describe una infancia sin fiestas ni muchas alegrías. --Yo no tuve una infancia, infancia. Entonces yo miro a mi hija ahora (de 10 años) y agradezco poder darle una. La historia con su hijo mayor, hoy de 27 años, fue particular.
Cuenta que fue madre a los 19 años y que evidentemente al principio fue un drama familiar. --Yo estaba en primer año de Arte, tenía mi pololo de aquella época, y quedé embarazada y decidí tenerlo. Pensé en abortar, pero decidí tenerlo. Un año antes había sufrido la pérdida de su abuela materna, quien falleció en el incendio de la Portada de Vitacura, en 1995.
Dice que está convencida de que su hijo trajo vida después de ese episodio tan doloroso. --Ella era como mi madre afectiva, porque además como tuve padres muy vinculados a lo político, también estudiantes, que tenían que trabajar en cualquier cosa, haciendo encuestas o no sé qué, mi abuela fue fundamental en mi vida. Ella era el lugar de la contención afectiva, era la persona que me permitía ser niña, me llevaba al parque, jugaba conmigo.
Tras estar unos meses con su pareja se separó y "me transformé en madre soltera". --Es de las mujeres que dicen "yo saqué a mis hijos sola". --Sí, pero no me gusta idealizar eso, romantizarlo, porque si bien con mi hijo fui madre soltera, viví situaciones muy difíciles. Yo me fui embarazada de la casa de mis padres, porque, de alguna manera, todos coincidíamos en que mi hijo no se podía convertir en el hermanito chico de la madre.
Entonces, fue difícil. --¿ Y usted se quería ir de su casa? --No, bueno, yo estaba un poco en shock (... ) Los padres se hacen expectativas de cosas y de pronto un bebé viene y, por supuesto que se desarma todo y además te obliga a convertirte en adulto de la noche a la mañana. Mientras estudiaba, Varinia Brodsky corría a dejar a su hijo a la casa de su mamá, al jardín infantil y no faltaron las veces que debió llevarlo a clases. Al terminar la universidad, se fue con su hijo a Bélgica, donde su padre había sido destinado como embajador. Ella rápidamente partió a España, donde comenzó a estudiar un magíster en Museografía. Había entrado a estudiar Licenciatura en Artes porque quería ser artista, vivir de eso. Pero, con el tiempo, esa realidad se fue alejando. --En ese minuto, dada mi situación de madre soltera, para mí era fundamental, vital, tener autonomía e independencia económica.
Y, claro, vivir siendo artista era muy difícil, así es que tomé la decisión de estudiar Museografía. --¿ Dolorosa decisión? --Fue una renuncia que hice por razones muy prácticas: tener un hijo tan joven y sin pareja fue determinante para tomar esa decisión y, claro, fue doloroso en su minuto porque después me vine a Chile a trabajar al MAC, donde estaba Franscisco Brugnoli de director.
Él había sido mi profesor y siempre me insistía en que tenía que volver a la creación, porque yo era muy buena y no sé qué, y me traía las fotografías de mis obras en la escuela y yo lloraba. Pero estar cerca del arte y trabajar con artistas y el mundo de la creación, igualmente me compensa. Hoy dice que ya está en paz con eso. --Si alguna vez vuelvo a crear, va a ser para mí, no con una ambición.
El 2015 entró a trabajar al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el organismo que precedió al Ministerio de las CulHace unas semanas enfrentó una polémica en su cargo: una de las muestras fue calificada, entre otras cosas, de elitista.
Primera mujer en dirigir el MNBA desde el retorno a la democracia, experta en museografía, de izquierda, pero no militante, en esta entrevista habla de su difícil infancia, de su maternidad precoz y de la relación con su padre, Ricardo Brodsky, actual presidente de Amarillos. "Fue inquietante. Y fue un aprendizaje para poder respetar las opiniones que son distintas", dice sobre el cambio que vio en él. POR ESTELA CABEZAS A. FOTOS SERGIO ALFONSO LÓPEZ TODAS LAS VIDAS DE VARINIA BRODSKY "No me gusta idealizar eso, romantizarlo, porque si bien con mi hijo fui madre soltera, viví situaciones muy difíciles.
Yo me fui embarazada de la casa de mis padres, porque, de alguna manera, todos coincidíamos en que mi hijo no se podía convertir en el hermanito chico de la madre". DIRECTORA DEL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES:. TODAS LAS VIDAS DE VARINIA BRODSKY turas. En la administración de Ernesto Ottone fue que se definió su creación. --El Consejo, que era muy nuevo, funcionaba en paralelo a la Dibam, que era una institución muy antigua.
Ambos funcionaban muy bien dentro de su naturaleza, porque eran completamente distintas las maneras de hacer, el nivel de instalación de políticas públicas, los presupuestos, la ejecución misma-explica. --¿ Qué opinión tiene hoy del Ministerio de la Cultura y que aunó estos mundos? --Lo que creo es que estamos todavía observando el crecimiento, la instalación ha sido lenta, compleja. Reunir tres instituciones, el Consejo, la DIBAM y el Consejo de Monumentos, ha sido complicado.
En Chile, la institucionalidad cultural se ha ido instalando fragmentadamente, no ha habido relaciones sinérgicas. --Y hay un problema de presupuesto. --Hemos vivido años muy difíciles y el mundo de la cultura ha sido muy afectado, sobre todo por la pandemia.
Si tú miras los gráficos de presupuesto, en los años de pandemia es cuando hemos tenido un presupuesto más bajo, y eso ha afectado la institucionalidad cultural. --¿ Y qué le parece el anuncio que hizo el Presidente de que se va a entregar el 1% del presupuesto anual a cultura? --Me parece fantástico que lleguemos a eso. Pero tiene que estar asociado al robustecimiento de la dotación de trabajadores.
De alguna manera lo que está en cuestión hoy es que la ejecución de ese presupuesto sea eficaz, para que este crecimiento sirva al sector de la cultura, las artes y el patrimonio, que es un todo finalmente.
Tengo mucha esperanza de que esos recursos puedan ser distribuidos de manera ecuánime en las distintas instituciones que aportamos al crecimiento y desarrollo del mundo del arte y de la cultura. --Han aparecido muchos actores culturales criticando lo que ha hecho este gobierno por la cultura. ¿Usted cree que el Presidente Boric le falló a ese mundo? --Es que le quedan dos años y creo que aún hay muchas cosas que se pueden hacer.
Esa es una evaluación que tendremos que hacer cuando acabe el gobierno. --Hace unas semanas la exposición "Una vida", de Arturo Duclos, generó polémica porque un diputado del Partido Republicano dijo que la exhibición "realiza una verdadera apología al octubrismo". ¿Qué opina al respecto? --El arte pone temas que a veces son críticos, y eso es muy importante para poder abrir debates, generar discusiones. El arte no puede ser censurable y creo que el mundo de las ideas y de la creación siempre tiene que estar ahí, abriendo la reflexión. Ese es el rol. --Si los republicanos o los libertarios decidieran hacer una exposición con imágenes y fotos de Pinochet, ¿opinaría lo mismo? --No, porque Pinochet primero es un violador de los derechos humanos. Hay discursos de odio que no se pueden promover. --Entonces, el arte tiene límites y en ciertos casos sí es censurable. --A mí me parece que promover discursos de odio no corresponde. Me parece que hay cuestiones que no son relativizables, como son regímenes que violan los derechos humanos. Es como si alguien hiciera una exposición de Hitler --Una exposición de Cuba, o de Venezuela, ¿tampoco le parecería bien entonces? --Todo tiene que ver con qué es lo que estás abordando como artista. Si el artista lo que hace es generar lecturas y hay miradas críticas, sí. Todo depende de la obra y el enfoque que se le dé.
El arte no puede vetar temas, lo que puede hacer es proponer lecturas y miradas críticas. --Hoy hay en ciertos sectores una mirada crítica respecto al arte y también de la gestión desde los museos públicos y las temáticas que se están abordando: mujeres, mundo no binarios, comunidades invisibilizadas, etc. ¿Acepta esa crítica? --Hoy hay un cambio de paradigma donde la sociedad, los acontecimientos, se hacen desde las mujeres, el mundo no binario, las comunidades, etcétera.
Antes de esto, las narrativas las establecían los hombres desde un lugar determinado, desde lo que era la construcción hegemónica de ciertas lecturas del arte, pero la pregunta es ¿ quién determina cuándo y cómo es la lectura correcta? --Desde la hegemonía, que es quién está arriba. Y ahora están ustedes. --Y ahora estamos intentando estar nosotros. Cuando tenemos que enfrentar décadas y siglos donde los poderes han estado en otro lugar... hoy día estamos enfocadas en una manera de hacer y de construir relatos desde esa otra perspectiva.
Varinia Brodsky no tiene militancia, pero dice que es una persona muy política. --Usted creció en dictadura, tuvo unos papás súper comprometidos políticamente y hoy es más cercana al Frente Amplio, un espacio que ha sido crítico de la política de los acuerdos: es la descripción de lo que se ha llamado "los hijos de la Concertación". --Absolutamente, soy de la generación de hijos de la Dictadura. --Una generación muy crítica del rol político de sus padres.
Su papá, tras el estallido social, se volvió Amarillo, literalmente. ¿Qué opina de la evolución política de Ricardo Brodsky y algunos de esa generación? --En muchas cosas no coincidimos, evidentemente. --¿ Fue difícil para usted, doloroso, presenciar ese proceso? --Fue inquietante. Y fue un aprendizaje para poder respetar las opiniones que son distintas. --O sea, fue un desafío. --Yo creo que fue un desafío por ser hija. Se dieron discusiones, pero hoy nos respetamos mutuamente, con las diferencias que en algunas cosas podemos tener. --¿ Lo entiende? --Me parece que el estallido social generó probablemente mucho miedo. Me parece que es importante que haya una generación completa que estuvo gobernando y que es relevante también la autocrítica en ese sentido. Si llegamos al estallido social, es porque hubo razones, no es una cosa que surgió de la nada. Y yo creo que esas son las cosas que como sociedad tenemos que intentar analizar, para poder mejorar, en términos de sistema político, de gestión de país, etcétera. Yo me quedo con eso. "Fue inquietante.
Y fue un aprendizaje para poder respetar las opiniones que son distintas (... ). Se dieron discusiones, pero hoy nos respetamos mutuamente, con las diferencias que en algunas cosas podemos tener", dice sobre la evolución política de su padre, Ricardo Brodsky, hoy presidente de "Amarillos". "Los públicos quieren saber de la historia del arte en nuestro país, quieren entender lo que el museo está haciendo. Acá no se trata solamente de montar exposiciones y dejarlas ahí, porque no son objetos"..