La ceguera invisible en Magallanes
La ceguera invisible en Magallanes n una ciudad como Punta Arenas, donde las condi: ciones climáticas ya representan un desafío para la movilidad cotidiana, la vida de las personas ciegas se convierte an na verdadera odisea.
No se trata Únicamente de un problema de infraestructura, sino de una deuda social y política con la inclusión En esta edición, asta problemática se expone a través del testimonio de Diana Bórquez, integrante de la Agrupación de Amigos de los Ciegos.
Su caso es un llamado de atención sobre la falta de accesbildadreal en nuestra ciudad, A pesar de algunos avances en matería de infraestructura, las personas con discapacidad visual siguen anfrentando barreras que les impiden des La ceguera invisible en Magallanes "envolverse de manera independiente.
Rampas mal diseñadas, ausencia de guías podotáctles, paraderos inse¿ uros y la falta de señalización sonora en los cruces peatonales son sólo algunos de los obstáculos que hacen de Punta Arenas un entorno hostil para quienes no pueden ver. ¿Cómo puede hablarse de una ciudad moderna cuando parte de su pablación se ve forzada a depender cons tantemente de terceros para realizar actividades básicas? Más allá del desplazamiento, el acceso a trámites y servicios esenciales es otra problemática latente. La dispersión de oficinas municipales y la falta de mecanismos accesibles para personas ciegas imponen un desgaste adiciona, tanto físico como emocional.
A ello se suman las dificultades económicas, se suman las dificultades económicas, pues quienes no pueden depender del nsporte público por su inseguridad deben recuir a taxis, asumiendo un costo significativo solo por moverse entro de su propia ciudad. El problema no es únicamente de infraestructura, sino también de voluntad política. La tecnología puede ser una alada clave para la inclusión, pero en Chile, herramientas esenciales como los telélonos con software de accesibilidad siguen siendo inaccesibles para muchas personas debido a su alto costo. Diana lo dice claro: estos dispositivos no deberían ser un lujo, sino una necesidad cubierta por el Estado.
La autonomía de una persona ciega no debería depender de su capacidad económica Casos como el de Diana nos recuer an que la discapacidad no es el problema; lo es la indiferencia de una sociedad que sigue sin considerar las necesidades de tados sus ciudadanos. La inclusión no es una consigna, sino una responsabilidad colectiva que involucra al Estado, a los municipios y ala comunidad en su conjunto. Punta Arenas debe dejar de ser un entorno que excluye y convertirse en una ciudad que verdaderamente brinde oportunidades a todos, sin importar sus capacidades. Es momento de que las autoridades de Magallanes tomen en seno la accesiblidad universal y garanticen medidas concretas para mejorarla calidad de vida de las personas ciegas.
La inclusión no se mide por discursos bien intencionados, sino por acciones rales que permitan que nadie quede rezagado en la oscuridad del olvido. rezagado en la oscuridad del olvido. rezagado en la oscuridad del olvido..