¿Qué trajo a Donald Trump de regreso a la Casa Blanca?
¿ Qué trajo a Donald Trump de regreso a la Casa Blanca? Ganó en toda la línea.
Consiguió más electores, más votos y un Congreso más afín a sus ideas; todo esto, sin moderar sino al revés, radicalizando propuestas que van en la dirección opuesta a las del establishment económico, cultural y político. Un ejemplo es su programa económico. Veintinueve premios Nobel de Economía firmaron un manifiesto anunciando que sus medidas --entre ellas subir las tarifas para defender los empleos estadounidenses-llevarían al desastre. A nadie le importó.
Aún con menos recursos que su contrincante, subió su respaldo en todos los segmentos de votantes, incluyendo aquellos históricamente más identificados con los demócratas, como latinos, afroamericanos, jóvenes y mujeres. ¿Por qué?: porque entendió el estado de ánimo de los electores y ofreció respuesta a sus ansiedades. No estamos en los años noventa ni en los comienzos de este siglo, cuando el futuro sonreía. Había terminado la Guerra Fría y Estados Unidos, con su modelo de vida, economía y gobierno, dominaba el escenario y las fantasías del mundo entero. Eso murió. La hegemonía y la pax americanas están en entredicho.
Surgen nuevas potencias y amenazas: desde el "virus chino" a los migrantes, desde el crimen organizado al apocalipsis climático, desde el desempleo crónico a los súbitos estallidos de violencia, desde el feminismo al "wokismo", desde las farmacéuticas a la IA, desde la expansión de Rusia al reordenamiento del Medio Oriente en base al terrorismo, las bombas y los misiles. El pueblo estadounidense, como el de otras latitudes, se siente en una fortaleza acosada por la invasión de todo tipo de males reales e imaginados. Con esto en mente, lo que hizo Trump fue de manual. Construyó un chivo expiatorio cuyo sacrificio permite restablecer la paz y la unidad perdidas. Nada mejor, para ello, que un invasor extranjero. "Inmigrants are eating the dogs", advirtió. El mundo ilustrado se rio, pero a los electores les hizo sentido. Así se representan, como en las pesadillas, las amenazas que los acosan. Frente a ese peligro claro, concreto, palpable, Trump se presentó a sí mismo como un héroe a quien el destino le ha encargado socorrer a su pueblo. El milagro que salvó su vida del atentado de julio 2024 así lo convalidó. La foto oficial que ahora eligió como presidente lo representa a la perfección: la severidad de su rostro y la luz que irradia son más propias de un ser divino que de un humano. Se ha dicho que Kamala Harris hizo una pésima campaña. Esto es injusto. El problema fue que se orientó al mundo de antes, no al de ahora. Apeló a defender la democracia, respetar las instituciones, expandir derechos y libertades, promover la cooperación, poner en marcha nuevas políticas públicas y estímulos económicos.
Invocó la esperanza y la alegría, así como el mito del pueblo elegido cuya inquebrantable fe en el futuro es un ejemplo al mundo, creyendo que así recuperaba el viejo "espíritu americano". Valores, deseos, intenciones, abstracciones: nada material e inmediato; nada que modifique la vida cotidiana o la cuenta del supermercado; nada que apague el miedo de un pueblo que hoy no busca iluminar al mundo sino protegerse de él.
Lo que moviliza en los tiempos actuales no es la ilusión, sino el temor; no es la expectativa de ganar derechos comunes, sino la defensa con dientes y uñas de lo que cada uno ha conseguido por sus propios medios; no es la celebración de la diversidad, sino la expulsión del extranjero y el diferente. Trump supo leer y ofrecer una respuesta a estos nuevos tiempos.
Por esto ha regresado triunfante a la Casa Blanca. ¿Qué trajo a Donald Trump de regreso a la Casa Blanca? "Lo que moviliza en los tiempos actuales no es la ilusión, sino el temor; no es la expectativa de ganar derechos comunes, sino la defensa con dientes y uñas de lo que cada uno ha conseguido por sus propios medios". EUGENIO TIRONI.