En el cerro y sobre el mar
En el cerro y sobre el mar 12 En el cerro y sobre el mar Una casa semimodular, de pino, armada con muebles que se han juntado con el tiempo y con un gran sentido estético, es el lugar donde pasan sus días de relajo el cineasta y paisajista Claudio Marcone y su marido, el productor Sigor Uzcanga. Con una vista increíble hacia Papudo, está llena de rincones y recorridos exteriores que el propio Claudio ha armado con flora nativa e introducida de bajo requerimiento hídrico. Texto, Soledad Salgado S. Producción, Paula Fernández T. Fotografías, José Luis Rissetti Z. El hall es vidriado. Una puerta azul habla de la personalidad de sus dueños. DECORACIÓN.
En el cerro y sobre el mar ue en pandemia cuando el cineasta Claudio Marcone deciLa casa, elefrdió frdió dar un paso más formal en su fascinación por la vegevada del tación y el agua, y estudiar paisajismo. Siempre en sus esterreno, se pacios estos elementos naturales tenían una fuerte prearma con dos sencia gracias a que, siguiendo su instinto, formaba variacuerpos de dos rincones con ellos. “Hice diplomados y cursos en la UC y afuera, y distinta altura. con esta casa partí de cero, conservando solo algunos árboles que existían en el sitio como molles, puyas, boldos.
Es como mi titulación”, En el comecomenta sobre la vivienda que tiene junto con su marido, el productor dor, sillas de Sigor Uzcanga, en Papudo. metal y mesa Antes tenían una en Marbella, sin embargo apareció la oportunidad de madera. de este sitio en el condominio Mirador Puntapite y que, como su nomAtrás, cuadros bre lo indica, tiene unas vistas alucinantes hacia la bahía de Papudo. de Alejandro “Me gusta mucho la tranquilidad y la vida de pueblo que tiene este Quiroga. lugar”, dice Claudio.
Sigor, por su parte, destaca lo agradable de salir a caminar por la playa y por el mismo condominio que tiene varios senderos senderos para recorrer, momentos ideales para pasear a Lulú, una pastor belga de solo seis meses. “También nos gusta ir a comprar mariscos a la caleta o juntarnos a comer con amigos en el Club de Yates o en el César”, agrega Sigor.
Ya llevan un año disfrutando plenamente del proyecto, pero Claudio Claudio recuerda que el proceso no estuvo exento de complejidades, ya que el terreno está en una quebrada y la arquitectura debía ser respetuosa respetuosa con el cerro. De hecho, tomaron la decisión de bajar un poco la. En el cerro y sobre el mar Vista hacia la cocina integrada. El interior es pino blanqueado. El paisajimo se mimetiza con el lugar. Claudio armó una pérgola en la parte alta.. En el cerro y sobre el mar La casa tiene 140 m y una vista maravillosa hacia la bahía de Papudo.
En el Iiving, un sofá de Milk. ubicación del inmueble para no sacrificar muchos árboles; además, la casa se gira hacia el norte, y hacia el poniente, desde el área pública, solo se abre al exterior con una ventana alta que permite el ingreso de la luz y esos lindos tonos rojizos de las tardes. Así se aseguraron de hacer mínimos movimientos de tierra y gozar del paisaje. El diseño es del arquitecto Carlos Mardones, de la empresa constructora constructora Mod Journey que desarrolla construcciones semimodulares.
Hecha con pino cepillado, se arma con dos cuerpos muy simples y de líneas puras, que dan origen a la zona pública y la privada, separados por un hall de recepción vidriado que permite atravesar con la vista hacia la parte trasera, donde destaca una de las piletas que armó Claudio, Claudio, siguiendo su interés en el agua y su sonido. Existe otra justo antes de subir y una más, arriba del cerro, junto a una pérgola que diseñó como zona de descanso.
Quería que quien llegara tuviera la sensación sensación de agua bajando por la quebrada”, cuenta Claudio (@paisajedeagua), (@paisajedeagua), quien también canalizó las aguas lluvias para dar origen a un pequeño pequeño riachuelo que pasa junto a una banca. Por el exterior, está llena de recorridos; al interior, sin embargo, la circulación es más clara y sencilla. En el área pública, donde pasan la mayor parte del tiempo, está el living y el comedor con cocina integrada, integrada, que goza de doble altura. “Armamos este espacio con muebles y objetos que teníamos, cosas que hemos juntado de muchos lugares. Es un resumen de nuestra historia juntos”, dice Claudio. Destacan un sofá en L del que cuesta levantarse advierte Claudio, ya que es lo más cómodo que hay; sillas de comedor de Metrocuadrado y una lámpara lámpara de Dinamarca. Hacia la zona privada se distribuyen en dos pisos pisos tres dormitorios y tres baños. “Todo es más bien simple, queríamos queríamos una casa cálida, práctica, no replicar una de Santiago. Las de playa deben tener un aire distinto”, explica. VD Ía1 r.