La deuda con nuestros adultos mayores
La deuda con nuestros adultos mayores OPINIÓNChile enfrenta una deuda moral y social con sus adultos mayores y por eso es crucial avanzar en iniciativas que aborden la pobreza multidimensional, en especial la de este grupo. Urge alcanzar acuerdos en el corto plazo para evitar que esta situación sea aún más crítica. Además de la reforma de pensiones una discusión que se ha entrampado por dos décadas y que aún no llega a término, las autoridades deben profundizar en programas que atiendan necesidades esenciales, como la alimentación. La nutrición no es solo un problema de ingresos, sino también de educación y acceso.
Hace unas semanas, conocimos los resultados de la Encuesta de Salud, Seguridad Alimentaria y Calidad de Vida 2024 (Essalca VI), realizada por INTA, con apoyo de nuestro gremio (ABChile). Este proyecto inédito arrojó información crucial para comprender mejor la realidad de los adultos mayores. Entre otros datos, un 38% de los adultos mayores en Chile enfrenta inseguridad alimentaria moderada o severa, es decir, que luchan por el acceso regular a alimentos su-GONZALO URIARTEficientes y nutritivos. Más del 60% tiene condiciones crónicas no controladas, como hipertensión o diabetes, exacerbadas por las barreras al acceso a sistemas de salud integrales. Y un 42% tiene que decidir entre comprar alimentos básicos o medicamentos esenciales. Este estudio es un reflejo doloroso de nuestras desigualdades estructurales. Si no superamos las divisiones ideológicas y construimos alianzas, no podremos implementar políticas públicas responsables, con visión de largo plazo y un enfoque claro en mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
Se trata de un tema clave para un país como el nuestro, donde se calcula que al 2050 cerca de un tercio de la población tendrá 65 años o más, con un fuerte impacto en la economía, la productividad, el gasto fiscal y también el desarrollo futuro. Tenemos la responsabilidad de priorizar a nuestros adultos mayores. Ellos no solo necesitan mejores condiciones materiales, sino también sentir que son valorados, incluidos y apoyados. Este desafío representa una oportunidad para avanzar hacia una sociedad más justa, donde la dignidad de las personas mayores sea un pilar central del desarrollo. El tiempo de actuar es ahora. n“Tenemos la responsabilidad de priorizar a nuestros adultos mayores. Ellos no solo necesitan mejores condiciones materiales, sino también sentir que son valorados, incluidos y apoyados”..