EDITORIAL: EL PIB REGIONAL, UN BUEN AVANCE
EDITORIAL: EL PIB REGIONAL, UN BUEN AVANCE El El reciente informe del Banco Central entrega una buena noticia para La Araucanía: su Producto Interno Bruto (PIB) creció un 2,9 % durante el primer trimestre de 2025, superando el promedio nacional de 2,3 % y posicionándose, por tercer trimestre consecutivo, como una región con un desempeño económico superior al promedio del país.
Este dato, que podría parecer técnico o distante para algunos, es en realidad una señal concreta de que la región avanza con paso firme, incluso en un contexto nacional marcado por incertidumbres estructurales y desafíos de productividad. El mérito de este crecimiento no es menor. La expansión de la economía regional se sustenta en sectores profundamente enraizados en la identidad productiva del territorio: el agropecuario-silvícola, el comercio local, los servicios personales y, en menor medida, la industria alimenticia.
Este dinamismo, que va más allá de una mera estadística, revela la importancia de mantener una mirada estratégica sobre los motores del desarrollo regional, muchos de los cuales dependen directamente del trabajo de emprendedores, pymes, agricultores y trabajadores que día a día sostienen la economía local. lino de los aspectos más alentadores es el repunte del consumo de los hogares en La Araucanía, con un aumento del 2,5 %, mayor al promedio nacional de 1,8 %. Este fenómeno, que se ha reflejado en un alza en la demanda por bienes durables especialmente tecnológicos y servicios como restaurantes y hoteles, es una muestra clara de la reactivación del poder adquisitivo de las familiasy del fortalecimiento del tejido económico más inmediato: aquel que circula en las calles de Temuco, Angol, Villarrica o cualquier comuna de la región. Sin embargo, no todo es celebración. La contracción en la fabricación de madera y muebles, históricamente uno de los pilares industriales de la región, representa una advertencia que no debe pasarse por alto. Este retroceso obliga a repensar estrategias de innovación, diversificación productiva y apoyo estatal parasectores que enfrentan dificultades estructurales o ciclos internacionales adversos.
El seremi de Hacienda, Ronald Kliebs, ha sido enfático en destacar la relevancia de este desempeño positivo, así como la necesidad de mantener activas las alianzas público-privadas para que el impulso económico se sostenga en el tiempo. Esta visión es correcta: la política pública no puede dormirse en los laureles del crecimiento coyuntural. Debe adelantarse a los desafíos venideros, fortalecer la inversión productiva, generar empleo formal y apostar decididamente por la descentralización real de las decisiones económicas.
A nivel nacional, si bien regiones como Aysén (8,5 %), Atacama (7,7 %) y Magallanes (6,1 %) lideran en crecimiento, La Araucanía marca diferencia por mantener una consistencia ascendente que da cuenta de un proceso económico que, aunque más modesto en cifras, es sostenido y resiliente. En tiempos donde la macroeconomía nacional aún busca recuperar ritmo con estabilidad, que La Araucanía se ubique por encima de la media nacional es una señal de esperanza. Pero también un llamado a profundizar un modelo de desarrollo territorial que respete su vocación productiva, que valore su capital humano y que priorice el bienestar de sus habitantes. Pese a ello, La Araucanía tiene mucho por avanzar. Pero este 2,9 % demuestra que también tiene mucho por enseñar.
T. A nivel nacional, si bien regiones como Aysén (8,5%), Atacama (7,7%) y Magallanes (6,1 %) lideran en crecimiento, La Araucanía marca diferencia por mantener una consistencia ascendente que da cuenta de un proceso económico que, aunque más modesto en cifras, es sostenido y resiliente..