COLUMNAS DE OPINIÓN: Política, demasiado política
COLUMNAS DE OPINIÓN: Política, demasiado política Mauro Basaure Académico de Sociología UNAB e investigador Núcleo Milenio En En época de campaña asistimos a la quintaesencia de la política: una lucha lucha darwiniana de posiciones, en la que varios actores juegan su supervivencia. supervivencia. ¿Es un momento extraordinario, anómalo, anómalo, crítico? No. Se trata más bien de aquellos instantes en que se corren las bambalinas y se puede apreciar cómo es en realidad la política, sin velos ni maquillajes. maquillajes. Una operación para conservar o mejorar posiciones de poder; todo lo demás demás es transable. La política se vuelve transparente, demasiado política. Setenta y siete alcaldes de oposición exigieron “lista única” para “evitar que la izquierda capture el Congreso”: la carta no nombró ideas, solo cupos y correlaciones. Chile Vamos abrió pactos por omisión con Republicanos en regiones clave y RN amarró amarró un pacto con Demócratas.
En el oficialismo, FRVS y Acción Humanista Humanista rompieron la lista única y levantaron levantaron una nómina paralela; la DC amagó sumarse, pero retrocedió, y siguió regateando regateando dentro del bloque, siempre en modo modo de supervivencia. El PS se hace parte de una alianza sin haber conocido el programa. El PC se resiste, pero todo indica indica que negociará sus banderas por la aritmética del umbral: contenidos supeditados supeditados al cálculo electoral. Todo se negocia: negocia: nombres por distritos, omisiones por escaños.
No hace falta invocar invocar a Max Weber para recordar recordar que la política exige “pactar con el demonio”, demonio”, ni a Pierre Bourdieu Bourdieu para hablar del “campo” político en que tiene lugar una lucha por posiciones y capital; ni a Niklas Luhmann Luhmann para describir un sistema que se autoproduce, se cierra sobre sí mismo, y se torna ajeno al medio. Frente a hechos evidentes se hacen innecesarias teorías, como la de Joignant en El Juego Político. Es precisamente este espectáculo el que quiebra el vínculo representativo: el ciudadano asiste a un reality de listas, vetos y omisiones donde su vida concreni ta es ruido de fondo.
El debate público se vacía: pensiones, seguridad o crecimiento crecimiento entran como postdata (“después vemos”). Este escenario fortalece las figuras de políticos que dicen no serlo y que ofrecen terminar con la casta de los políticos. Son productos del propio sistema, sistema, nada ajeno a él. La paradoja es feroz: todo ocurre porque la política funciona funciona tal como debe, porque es demasiado política. Al exhibirse así, se vuelve enemiga de la democracia: sobrevive, pero sin pueblo; resiste, pero sin legitimidad, se reproduce sin generar los bienes colectivos que se siguen esperando esperando de ella. Su verdadero programa es su reproducción como individuos y sistema. sistema. La democracia, cada vez más silenciosa, silenciosa, termina siendo apenas la sala donde la política ensaya su propia supervivencia. supervivencia. Brecht pedía encender las luces del escenario para ver la tramoya y romper la ilusión del espectáculo. Hoy están encendidas. Política, demasiado política “El ciudadano asiste a un reality de listas, vetos y omisiones donde su vida concreta es ruido de fondo”..