Carla Guelfenbein “La búsqueda de trascendencia es puro ego”
Carla Guelfenbein “La búsqueda de trascendencia es puro ego” "La búsqueda de trascendencia es puro ego" A PUNTO DE PUBLICAR SU DÉCIMA NOVELA, LA ESCRITORA NACIONAL HABLA DE SU VIAJE A NUEVA YORK PARA ENCONTRAR UNA HISTORIA Y CÓMO TERMINÓ ESCRIBIENDO, SIN PREJUICIOS NI APOLOGÍAS, SOBRE LAS MADRES QUE ABANDONAN A SUS HIJOS. CARLA GUELFENBEIN, DESDE SU EXPERIENCIA, ANALIZA LA LITERATURA FEMENINA. "LA LITERATURA ESCRITA POR MUJERES ADQUIRIÓ SU LUGAR EN ESA `L' MAYÚSCULA RESERVADA DURANTE SIGLOS PARA LOS HOMBRES" POR Juan Luis Salinas T. FOTOGRAFÍAS : Sergio Alfonso López.. Carla Guelfenbein “La búsqueda de trascendencia es puro ego” El El 23 de septiembre del 2019 Carla Guelfenbein viajó a Nueva York para iniciar un nuevo proyecto literario. Arrendó un pequeño departamento cerca de la Universidad Universidad de Columbia, llevó una cámara fotográfica y una libreta libreta de apuntes. Su plan era recorrer la ciudad en busca de algo que no tenía claro, pero que sabía que lo encontraría: una historia para escribir. escribir.
Me interesaba que tuviera un origen completamente diferente a todos mis otros libros dice Carla Guelfenbein mientras habla de la génesis de su nueva novela, “Mi vida robada”. A diferencia de las nueve que ha publicado desde que irrumpió inesperada y exitosamente en la escena literaria hace dos décadas, décadas, Guelfenbein esta vez, por decisión propia, quería “partir desde otro lugar”. Estamañana Estamañana de octubre, sentada en el comedor de su casa, la escritora repasa rápidamente el origen de algunas de las historias historias que ha escrito: “El resto silencio” llegó con la imagen ç0C mental de un niño escondido bajo una mesa entre las piernas de unos adultos que celebraban.
En “La naturaleza del deseo”, deseo”, la partida fue una pregunta: ¿ Qué mueve el deseo? ¿ Qué lo exacerba? “Nadar desnuda” la escribió, dice, para saldar una deuda personal: contar su experiencia familiar con el golpe de 1973 desde la ficción. Esta vez quería partir escribiendo sin nimbo. Me interej interej saba saber qué podría surgir si me alejaba de las rutinas y de las : ¡ zonas seguras explica Guelfenbein, quien durante un mes y me¡ me¡ ¡ dio recorrió Manhattan. Tomó fotografías en sus paseos por calles, fr / parques, cafés o en el metro. Por la noche llegaba a dormir en un departamento despojado de muebles. Escuchó conversaciones de estudiantes universitarios. Conoció personajes inesperados que allanaron allanaron su camino a la inspiración. Acumuló todos estos elementos, hasta que en una mañana leyó un artículo de una revista que definió todo. Eran fragmentos de una entrevista de Pia Lindstróm, la primera primera hija de Ingrid Bergman. La niña que nació del matrimonio de la actriz sueca con un neurocirujano, al que abandonó por el director italiano Roberto Rossellini, con quien tuvo tres hijos. Armó otra vida y su primera hija quedó atrás. En ese texto ella decía, sin rencor: “Mi madre salió de este núcleo núcleo familiar plano que teníamos y se fue. Llevó una vida glamorosa, llena de situaciones románticas, de belleza, de luces. Yo no viví eso, porque fui parte de lo que ella abandono”... Esa frase que usa: “Yo fui parte de lo que ella abandonó”, me impactó. Unos días antes, en el baño de un café, la escritora había encontrado encontrado otra señal que entonces le hizo sentido. Era un grafiti de letra rápida que decía: “She Went”. “Ella se fue” repite Carla Guelfenbein y de inmediato agrega: Me dije aquí hay una historia: Las madres abandonadoras. De regreso en Chile leyó su cuaderno, revisó las fotografías que capturó y empezó a escribir.
El resultado fue “Mi vida robada”, que narra el recorrido de una mujer que viaja a Nueva York en busca de su madre que la abandonó en su infancia y que se convirtió en una artista respetada y exitosa, pero que ahora está desaparecida.
En la novela, que llegará a las librerías la próxima semana, están personajes que conoció en Nueva York reconstruidos desde la ficción y al inicio de cada capítulo hay una fotografía de un grafiti con las frases que articularon su narración.
Yo diría que esta es mi novela más libre dice Guelfenbein y de inmediato adelanta una pregunta que asume necesaria. c,Por qué me interesé en la madre abandonadora? Por muchas razones, pero hay algo en mí que, en cierto sentido, se relaciona, porque mi madre se murió cuando yo tenía 17 años... No me dejó porque ella quisiera, pero de alguna manera no tuve la madre que quise tener.
En su adolescencia Carla Guelfenbein se fue a vivir a Londres para acompañar a su madre, la profesora de Filosofía de la Universidad de Chile Eliana Dobry, quien había emigrado luego de ser detenida después del golpe de Estado. Antes de dejar Chile le diagnosticaron cáncer, se sometió a mastectomía y en 1976 consiguió una beca para estudiar en la Universidad de Essex, Inglaterra. Su hija la siguió un año después. Su padre y sus hermanos chicos se quedaron en Chile para terminar el colegio. Pronto se reunirían todos. Pero la enfermedad enfermedad se adelantó a los planes y su padre llegó dos meses antes de la muerte de Eliana Entonces yo la acompañé en gran parte de su enfermedad. Ahí está la conexión entre algo autobiográfico y la sensación del abandono, abandono, que está en muchas de mis novelas, pero proviene de ese abandono abandono de mi madre. Es cierto que no fue voluntario, pero el resultado fue la ausencia, la no presencia. Es algo que me marcó mucho. Lafl, qura de la madre hoy es un tema recurrente en la literatura.. literatura.. En los últimos años nos hemos abierto a cuestionar los roles de la mujer. La maternidad se analiza desde todos los aspectos. Ya se ha aceptado a la mujer que no quiere tener hijos. No así la madre que abandona a los hijos, que aún es una figura tremendamente conflictiva. conflictiva. Pero hay que aclarar que existen distintos tipos de madres que dejan a sus hijos. La gran mayoría lo hace por necesidad, porque tienen que salir a buscar un sustento, incluso se tienen que ir a otro país y dejan a sus niños en manos de madres, de hermanas. Lo vemos hoy en Chile y en cierto sentido es comprensible. Sin embargo, hay un 2%, 3% de mujeres que abandonan a sus hijos por razones que tienen que ver con ellas mismas. Y eso es lo imperdonable. Además de Ingrid Bergman y su primera hija, Carla Guelfenbein menciona a Doris Lessing, la escritora británica que ganó el Nobel 1997 y que fue una luchadora en contra del Apartheid. Lessing, quien vivía en Rhodesia, se divorció de su primer marido y dejó a sus dos hijos. Se fue con un comunista alemán y tuvo otro hijo, pero también se separó para irse a Inglaterra. Pero esta vez se llevó a su hijo menor. menor. Ese acto, explica Guelfenbein, ensombreció su biografía. Todas estas madres fueron víctimas de ostracismo. Sin embargo, nadie cuestiona a los padres abandonadores.
Es algo que ocurre todo el tiempo y no se considera tan grave, porque el sustento emocional y contenedor del hogar, la responsable del bienestar de la familia, está en la mujer, no en el hombre. El hombre sigue siendo esa imagen del cazador que provee. Todos tenemos la idea de que una madre que _ w.
Carla Guelfenbein “La búsqueda de trascendencia es puro ego” abandona es un acto no natural, pero en la naturaleza hay animales que abandonan a sus hijos, como las focas y el cuco, un pájaro cuya hembra deja sus huevos en los nidos de otras especies para que los empollen y los críen. --A usted le costó ser madre. Sus dos hijos (Micaela y Sebastián) fueron in vitro. ¿Hace 20 años que opinión tenía de estas madres? --Por supuesto que no las entendía. Ahora he hecho todo un camino de reflexión para hacerlo... Para escribir esta novela tuve que tomar una decisión narrativa y opté por hablar desde el punto de vista de la hija.
Si yo tomaba el punto de vista de la madre, de alguna manera podría caer, como feminista, en una apología a las madres abandonadoras y podía llegar a transformarse en un panfleto. *** Hoy Carla Guelfenbein (65) se levantó temprano, dedicó dos horas a la lectura (está terminando "Los años urgentes" de Ana María del Río). Pero rompió su tradicional rutina de escribir, para hablar de su novela.
Aunque afuera está soleado, la luz llega tenue a su departamento en el noveno piso de un edificio en Providencia. --Siempre dice en las entrevistas que no le complica la soledad. --Lo que pasa es que un escritor necesita mucho espacio de silencio para que todas esas conexiones se hagan. He tenido pololos que me han dicho: "Tú pasas demasiado tiempo escribiendo". Y efectivamente paso mucho tiempo escribiendo, porque me gusta, muchísimo. Aunque también me encanta estar con otras personas, por supuesto. Si tengo muchas amigas y amigos. Podría todos los días tener una actividad social si quisiera, no es que esté aislada del mundo. Pero decido, muchas veces, estar sola y me voy fuera de Santiago, al sur, por ejemplo, y me encierro un mes, un mes y medio. También me gusta mucho viajar sola.
El nuevo libro está dedicado a la periodista Karen Poniachik --que fue ministra de Minería y Energía durante el primer gobierno de Michelle Bachelet--. Para la escritora, Poniachik, quien murió en octubre de 2022, fue una amiga "entrañable". --Estuve muy cerca de ella al final de sus días. Para mí era una mujer muy independiente, autónoma y capaz de abrirse espacio en un mundo de hombres. Ella fue la que me impulsó a viajar a Nueva York para buscar una historia que contar. Carla Guelfenbein estuvo casada con el sociólogo Juan Carlos Altamirano por casi tres décadas, tuvieron dos hijos y se separaron en 2011.
Hoy comparte su departamento con su hijo Sebastián, quien es ingeniero comercial y trabaja en el departamento de riesgo del Banco del Estado. --Está juntando plata, porque quiere pegarse un viaje después y yo feliz que viva conmigo. Micaela, mi hija mayor, es abogada y en este minuto está viajando con su novia. Vendieron todo y se fueron al sudeste asiático, han estado en Australia, en Japón, en India y vuelven ahora en diciembre. Son una pareja preciosa, preciosa. La escritora esboza una sonrisa y comenta: --Creo que también me adelanté un poco como madre. Para mí las decisiones que toman mis hijos son fantásticas, admiro su libertad. Micaela ha recibido todo el apoyo, ese apoyo germinal de su familia por completo. Las cosas han cambiado, son otros tiempos. Eso ha significado que ella ha vivido su sexualidad de una manera absolutamente natural, nunca ha recibido ninguna agresión. Imagínate que trabajó en la Cámara de Comercio, que es una institución tradicionalísima y desde el primer día llegó diciendo: "Bueno, yo vivo con una mujer" y la recepción fue maravillosa. Nunca ha recibido agresiones o cuestionamientos.
Creo que tiene que ver con la forma libre, segura, contenida y natural que tuvo desde el comienzo. --¿ A usted le hubiera gustado tener esa libertad en su juventud? --Mis padres eran muy avanzados para su época. Mi padre era arquitecto y mi madre era una académica con ideas muy feministas y me inculcó desde muy niña que tuviera autonomía y libertad. La recuerdo diciéndome: "Si tú quieres hacer tu vida y decidir tu destino, tienes que ser económicamente independiente". Antes de que cumpliera los 14 años ella me repetía eso.
Eso significó que creciera con muchas posibilidades de libertad, pero no las tomé, porque yo era bastante gansa. *** Antes de convertirse en escritora a tiempo completo y llegar a ser traducida a 17 idiomas, Carla Guelfenbein estudió Biología en la Universidad de Essex y luego diseño gráfico en la London Central Saint Martins. La escritura, dice, siempre estuvo presente. --Escribía desde niña. No es que un día para otro decidí: "¡ Ay, voy a ser escritora!". Estaba escribiendo siempre en cuadernos que se perdieron. Nosotros nos fuimos al exilio y quedaron en mi casa, pero la echaron abajo para construir un edificio y perdimos todo.
La escritura siempre fue un lugar para mí, un cobijo, un lugar, una habitación propia... entonces no había leído a Virginia Woolf, pero sentía como ese propio lugar frente a todas las adversidades, los exilios, las muer.
Carla Guelfenbein “La búsqueda de trascendencia es puro ego”. Carla Guelfenbein La naturaleza del deseo.. Carla Guelfenbein resto s jitencio 1. 1 1 1 Mi vida robada” es la nueva novela de Carla Guelfenbein y se une a éxitos como Contigo en la distancia” o “La naturaleza del deseo”. r Jtes, Jtes, etc, Durante diez años se dedicó dedicó al diseño y la publicidad (fue directora de arte y editora de moda de la revista Elle en Chile), pero en paralelo asistía a los talleres literarios de Pía Barros y Gonzalo Contreras. De pronto, la escritura empezó a ganar más espacio y decidió embarcarse en su primera novela. A mediados de 2003, publicó “El revés del alma”, una novela que se convirtió en best-seller y fue editada en España, pero que recibió duras críticas en la prensa nacional. Me acuerdo que la primera crítica se llamaba “Los ricos también lloran”, Era horrible. Nunca me habían atacado así y fue como que me hubieran agarrado a palos en la calle.
Eso me machucó el alma y el cuerpo... Ahora, en retrospectiva, me encanta haber pasado por esa experiencia, me siento casi heroica: no me mataron, seguí adelante y ahí quedó este señor crítico que no me acuerdo cómo se llama. Yo creo que de la generación mía no hay ninguna escritora que no haya tenido alguna experiencia similar, que las acusaran de burguesas, de plagio, de escritura insignificante, de comerciales. Eramos acusadas de todo, Ha dicho que dejó de leer las críticas La verdad es que sí. No me interesan mucho, pero hay veces que las leo, cuando es alguien que yo sé que es muy inteligente y me interesa.. , pero hace años que no me gugleo. Hace unos meses una amiga escritora le comentó que Juan E.
De Castro, un estudioso de la literatura latinoamericana en su libro “Writing Revolution in Latin America: From Martí to García Márquez Márquez to Bolaño”, escribió un capítulo que se llama “Bolaño y Carla Guelfenbehi y la visión de Chile”.. 7lrvo una relación cercana con Bolaño? No.
Pero al inicio de su carrera se comentaba que Bolaño le dijo que llamara a Jorge Herralde de parte suya... Efectivamente, yo en Barcelona lo conocí y él me sugirió que hablara con Herralde... Pero eso fue todo: tuve la oportunidad de conocerlo, fue inmensamente amable conmigo, pero nada más. Hoy día, después de muertos, cuando no pueden hablar, todo el mundo dice que era amigo de Bolafio, amigo de Donoso. Entonces, en ese contexto, yo no me adjudico en absoluto una amistad con Bolaño.
Yo no soy del grupo de los amigos de los escritores muertos.. Qué tan importante para usted es la trascendencia de su trabajo? ¿ Se imagina una cátedra con su nombre? Uno se muere y se muere, Yo no me voy a enterar de nada, ni de mi desaparición absoluta en medio de un millón de otros escritores latinoamericanos o chilenos.
Tengo clarísimo que la existencia está ocurriendo ahora, en este instante, con esta luz, con nosotros aquí conversando.. , quizás porque estoy más vieja y quizás porque ese fin está más cerca de lo que estaba antes. Pero hago todo con la misma pasión que tenía hace veinte años, pero he perdido la ambición, si es que la tuve. Entonces ¿ de qué trascendencia estamos hablando? La búsqueda de trascendencia es puro ego.
Además es innecesaria, porque no puedes corroborar qué pasará contigo después de muerta. eLLe acomoda el rótulo de escritora femenina o que se hable de la literatura femenina como un género? Las connotaciones que comúnmente se le adjudican a la literatura literatura femenina son características negativas.
Más allá de decir que es una literatura que está exclusivamente orientada a las mujeres, también también se insinúa que es fácil para que pueda ser entendida por esta raza inferior que son las mujeres, de cerebros mínimos. Además se la relaciona con lo comercial, pero también tiene que ser sentimental. Entonces, evidentemente, cuando hablamos de literatura femenina todos dicen: “Yo no” o “no existe la literatura femenina.
Hay solamente solamente literatura con L mayúscula”. Pero yo te diría que si le sacamos esos elementos negativos, que son totalmente ficticios, sí existe una literatura femenina y que no es patrimonio exclusivo de las mujeres.
Es una mirada pequeña, aguda, profunda de los movimientos internos internos de la naturaleza humana y que hoy la escriben tanto hombres como mujeres... más mujeres probablemente, porque siempre nos ha interesado ese mundo más pequeño, no las grandes guerras o los grandes movimientos contados por estos narradores omnipresentes... Yo siento que la literatura femenina es muy profunda. Entonces, estableciendo que la literatura femenina no implica todas esas cosas negativas, sí, yo soy una escritora feminista que escribe una literatura profimdamente femenina. Carla Guelfenbein hace una pausa y agrega: Yo estoy maravillada con lo que está pasando con las escritoras en el mundo. Estamos ganando, digo yo, porque soy parte de esta colectiva de mujeres, ganando premios nobeles como locas. Ahora fue Han Kang, pero antes estuvieron Annie Ernaux, Luisa Glück, Olga Tokarczuk, Svetlana Alexievich, Alice Munro, Herta Miller. Desde que lo ganó Doris Lessing, la literatura escrita por mujeres adquirió su lugar en esa “E” mayúscula reservada durante siglos para los hombres. hombres..