RELIGIÓN Y MIGRACIÓN: La hospitalidad en sentido radical
RELIGIÓN Y MIGRACIÓN: La hospitalidad en sentido radical * El desafío que plantea hoy la migración a las cosmovisiones religiosas no es solo el de inspirar la caridad con el viajero de paso, sino el hacer que se vuelva posible y humanizadora esta nueva y, para algunos, incómoda convivencia cotidiana. Es la hospitalidad en sentido radical.
Pablo Walker S.J. c1iin ri Senvicio Jc i Más de un millón seiscientos mil inmigrantes en nuestro nuestro país, miles en la precariedad laboral y habitacional, empujados a la informalidad y a la pobreza al no poder regularizarse; dañados por un crimen organizado del que no son parte. Mas de dieciocho millones de chilenos en una ambivalencia entre el grave malestar ante la inseguridad yla valoración de la persona extranjera residente en Chile. Es en este contexto en que actúa Servicio Jesuita a Migrantes. Lo hace desde hace veinte años en territorio chileno, pero enfrenta hoy un país distinto.
En estas circunstancias complejas le mueve el mismo mandato de cuidar la dignidad de cada ser humano en situación de movilidad, no menos que el fortalecimiento del tejido socialy de las instituciones del Estado: ((Una sociedad más humana, acogedora e intercultural, en las que convivamos como iguales en dignidad y derechos». Es el propósito de todo lo que hace el SJM.
Así como ocurrió hace cincuenta años en la respuesta respuesta de las iglesias ente las violaciones a los Derechos Humanos en dictadura, hoy en un contexto diferente, la dignidad de las personas nos exige un diálogo que puede ayudar a movernos hacia una convivencia sustentable, pacífica y próspera. ¿Por qué existimos ¿ Por qué insistimos? El ServicioJesuita a Migrantes es una obra de la Compañía de Jesús. Forma parte de la Red Clamor Chile, un tejido de fundaciones católicas trabajando para acoger, proteger, promover e integrar a las personas refugiadas, solicitantes de asilo, desplazados y migrantes actualmente residentes en nuestro país.
Todas juntas, sin embargo, no somos ni una gota en el océano de 281 millones de personas desplazadas en el mundo entero. ¿Qué buscamos, si tenemos la opinión pública en contra? Y ¿ por qué existimos? ¿ Por qué insistimos en la dignidady en los derechos de cada persona, independientemente independientemente de su situación migratoria? ¿ Porqué porfiamos en que se les regularicey se les dé una oportunidad de ganar el pan honestamente? ¿ Por qué los representamos ante los tribunales cuando les llega una orden de expulsión e intercedemos para que se acoja la condición de refugiados? ¿ Por qué insistimos en la convivencia intercultural? ¿ Es buenismo, es arrogancia, es irresponsabilidad política, es algún tipo de fe? Convivencia humanizadora En mayo de este año, los obispos católicos nos regalaron el documento Fuiforastero y me recibieron, una mirada cristiana cristiana a Za migración. Es un texto que merece una atención detenida. Quisiera invitar a que su lectura resignifique los desafíos del diálogo cívico e interreligioso poniéndolos en relación con la tragedia de las familias desplazadas y con los conflictos internos que en todos nosotros se desencade. RELIGIÓN Y MIGRACIÓN: La hospitalidad en sentido radical nan cuando nos preguntamos qué nos corresponde hacer ante una crisis humanitaria desbordada, manipulada e incómoda... Un diálogo que inspire cambios actitudinales en los territorios y ambientes.
El desafío que plantea hoy la migración a las cosmovisiones cosmovisiones religiosas no es sólo el de inspirar la caridad con el viajero de paso, sino el hacer que se vuelva posible y humanizadora esta nueva e incómoda convivencia cotidiana. Es la hospitalidad en sentido radical.
Poder convivir (y no solo coexistir) quienes somos tan distintos requeriría buscar, por caminos diversos y convergentes, lo más amplio de nuestros credos, que es siempre lo más profundo, los más arduo, lo más simple y complejo a la vez. Intuyo que, si las cosmovisiones religiosas no hacemos este camino, seremos funcionales a la multiplicación de los guetos; representaremos a una subcultura en su afán por sobrevivir, pero no aportaremos la sabiduría del Espíritu.
La fe y un dinamismo peregrinante Una breve síntesis de la comprensión antropológica del cristianismo católicoyde su motivación detrás del cuidado al migrante nos ayudará a descubrir el germen convivencial de la nueva identidad en Cristo, el ensanchamiento de la conciencia ética que implica, y la posibilidad de enfrentar religiosamente un destino colectivo más allá de los intereses de la propia adscripción religiosa.
Muchos místicos de cada tradición pudieran confirmar esta experiencia de un Dios que desdibuja la diferencia entre el nosotros» y el «ellos». Por ejemplo, Etty Hillesum en el Ámsterdam asediado por los nazis, escribe el 12 de marzo de 1942: «Si vives interiormente, tal vez no hay mucha diferencia entre estar dentro o fuera de los muros de un campo de concentración». Este texto resume una intervención que fue parte del xxvi Diálogo tnterreligioso tnterreligioso del centro de Estudios Interreligiosos de la Universidad católica de chile, en noviembre del 2024. t Ada pertenecen once organizaciones: cáritas chile, Bienvenido Hermano, confeere, confeere, Doloressopeña, Pee, Madrejosefa, tncami, scalabrini, eloepto. de Movilidad humana, la vicaría de Pastoral socialy el apa chile. 2 https4www.iglesia.clj473so.obispos.chilenos.abogan.por.la.regulariracion.de. personas-migranses-en-el-pais. html 3 Es en esas historias de migración donde el pueblo de Israel hizo los aprendirajes fundamentales para su vida de fe.
El dejar la propia tierra para habitar otra es el sellodela identidaddelcreyente: «Mipadee era unarameoertanteque bajóa Egipto yresidió allícomo inmigrante siendo pocos aún, perose hizo una nación grande, fuersey numerosa... » (Deut26, çg).. RELIGIÓN Y MIGRACIÓN: La hospitalidad en sentido radical Si hay vida interior, no hay mucha diferencia entre vivir hacinado en la ((Nueva Caracas) de Estación Central o distendido en la plaza San Enrique, arriba en Las Condes. Sigue doliendo en ambos casos la posibilidad de una religión que se vuelva funcional a la indolencia.
En el mencionado documento de trabajo del Comité Comité Permanente de la CECH, los obispos chilenos hacen memoria de los fundamentos bíblicos de la antropología cristiana ante la migracióny el refugio: ((La misma experiencia experiencia de fe tiene como elemento constitutivo un dinamismo dinamismo peregrinante» (p. 24). Desde la figura de Abraham, presente en las tres religiones monoteístas, pasando por la salida de Moisés de Egipto, hasta la encarnación del Hijo de Dios, su muerte y su resurrección, la historia entera de salvación cristiana se desarrolla como ((una llamada al desarraigo de su tierra y su historia familiar, a fin de partir hacia una realidad nueva y desconocida» (ihid). La fe cristiana, en su profundidad, es participación en un éxodo, una pascua, y en su sentido más profundo... metanoia por la fe. ((Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba... a recibir en herencia, sin saber a dónde iba por la fe vivió extranjero en tierra prometida, habitando en carpas» (Hb 11,8). Nuestra historia de salvación es memoria de desarraigos desarraigos para cultivo de una nueva identidad, de un ensanchamiento ensanchamiento del ((nosotros»: el viaje de Abraham dejando la ciudad Ur en Caldea, el de José dejando Canaán, el de Moisés dejando el palacio del faraón, el del Hijo dejando la seguridad del cielo.. , son travesías catalizadas por las promesas hechas por Dios Padre.
Dicen los obispos: ((Viviendo la dureza del desarraigo y la pérdida de sus seguridades, Israel reaprendió a confiarse en su Dios». En esa travesía física Dios hace y cumple la promesa de una travesía interna: «Yo les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes... » (Ez 36,26 ss). Será el Hijo de Dios, en esa travesía interna que es su misma pascua, quien cumple todas las promesas promesas de Israel. Esta es la fe cristiana.
Su predicación es controversialmente universalista hasta enardecer a los judíos más piadosos, afirmando no encontrar en todo Israel tanta fe como la de ese capitán romano (Mt, 8,10 ). Es un centurión romano quien, al pie de la cruz, lo reconoce como hijo de Dios (Mc 15,39 ). A una mujer samaritana la sorprende con una conversación junto al pozo y la invita a una profundidad religiosa inédita: ((Si tú conocieras el don de Dios y quién te pide agua, tú le pedirías a ély él te daría agua viva» (Jn 4, io). Aparecerá en ese diálogo interreligioso el desafío de conocer una adoración ((en espírituy en verdad» (Jn 4,23)y no solo en un culto externo.
Aparecerá también una alerta respecto de todo narcisismo cultual nacionalista ((llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén se dará culto al Padre» (Jn 4,21). Pozos personales ¿ Dónde está Dios atravesándonos en la profundidad de nuestras vidas, habilitándonos para convivir en fraternidad fraternidad más allá de nuestra raza o credo? ¿ Qué transformaciones transformaciones suscita desde dentro? Al fondo de los pozos personales y colectivos se encuentran ríos conscientes e inconscientes. Arrastran amores, miedos, egos, apegos gregarios, anhelos, resistencias, aprendizajes colectivos de las comunidades que existieron antes; también de quienes ahora mismo se reúnen en torno de otros pozos. En medio de esos ríos llegan a todo el mundo las aguas vivas que el Hijo de Dios prometió para que el Reino de justicia y de paz fuera accesible a todos.
Muchos escombros sepultan nuestros pozos y las oportunidades de encontrarnos en una profundidad que nos entrelace. ¿Cuáles pueden ser esas piedras que en nuestra religión católica ciegan los pozos que nos vinculan vinculan fraternalmente a toda la humanidad? ¿ Les sucederá algo equivalente a los hermanos que buscan respuestas en torno a la cosmovisión judía, musulmana, budista, hindú, aimara o mapuche? En la enseñanza cristiana, se nos ha regalado el mandamiento más importante, que implica el manifestar el amor a Dios sobre todas las cosas en un mismo movimiento movimiento de amor a los demás como a uno mismo (Mateo 22:39), incluso amando a los enemigos (Mateo 5:44). Ese es Cristo en cruz, salvándonos.
Este amor no es una emoción, emoción, sino la más radical decisión y forma de adoración, un acto voluntario y complejo que implica trascender el ego personal, también el ego colectivo, los intereses del sector o de la comunidad nacional o religiosa a la que pertenezco, intereses que separarían definitivamente a las personas entre los nosotrosylos ellos, los próximosy los ajenos, los fieles y los infieles, los piadosos y los paganos, si no fuera por la primacía de la ley de oro en casi todas las grandes religiones (Mt 7,12). Las resistencias a la nueva identidad de Cristo En la fe cristiana los individuos somos llamados a identificar nuestra vida con la pascua o la travesía de Cristo, quien se despojó, realizó una kenosis, usando las palabras del himno de Filipenses (2, s-ii). Lo que Él hace es un vaciamiento de cualquier posible auto referencia para hacerse uno de nosotros.
Así nos transformó en sus hermanos, haciendo a cualquier ser humano uno de los suyos, pidiéndonos a nosotros hacer de cada ((cualquiera» un ((uno de los nuestros». Incluso cuando el convivir con gentiles pudiera parecer a otros ofensa a Dios, pecado de impureza o un cierto riesgo para la propia perfección.
La primera comunidad cristiana descubre que en Cristo ya hay una nueva identidad: ((Todos los bautizados en Cristo se han revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, ya que todos ustedes son uno en Cristo Jesús» (Ca 3,27-28). Es lo decisivo.. RELIGIÓN Y MIGRACIÓN: La hospitalidad en sentido radical Este movimiento obviamente provocará las resistencias internas más variadas dentro y fuera de la comunidad: temor a mancharse, temor a desdibujar la propia identidad, temor al relativismo moral, temor a no diferenciarse, temor a perder la salvación temor al contagio de publicanos y pecadores. ¿Cuánta proteccióny desprotección necesita nuestra fe para no ser superficial? Viene entonces el desafío de la ampliación de la conciencia por una fe y un amor más grande que sólo se nos puede dar por gracia, y que debe ser pedida de rodillas. En el fondo de cada pozo emerge no algo ambiguo y laxo, no la legitimación del pecado, sino la sólida esperanza de ser salvados inmerecidamente, como única posibilidad de encontrar Vida. Es ese ser «primereado» que mueve a primerear a los demás, del que habla el Papa Francisco.
Se ensancha así la capacidad espiritual del ser humano, en el espíritu de los hijos de Dios, asumiendo progresivamente progresivamente incluso la propia sombra como un espacio y escuela de misericordia más allá de las fronteras de la propia evaluación religiosa. «Lo que Dios declara puro tú no lo tendrás por impuro» (Hch 10,15). Alegría ante cada marginado Este evangelio de la iniciativa divina más allá de nuestros cánones, evangelio de la gracia, como gustaba nombrarlo al cardenal Carlo Maria Martini, está marcado por una desmesurada alegría ante cada marginado reconocido como hijo o hija por el mismo Dios. Su iniciativa amorosa amorosa es una experiencia de lo numinoso, en los términos de Rudolf Otto. Su Gracia es un «misterio fascinante y terrible», ante el cual elegimos nos entre la vida o la muerte; misterio fascinante por lo atrayente y terrible por el riesgosa.
Nada más arriesgado que ofrecer gracia (por ejemplo, ofrecer el perdón o la amnistíay luego sufrir el abuso de ella). Nada más arriesgado que recibir gracia (por ejemplo, recibir el perdóny luego ver el desprecio por parte de los fariseos). Dios se arriesga al salvar por gracia y el ser humano se arriesga a ser salvado por gracia. El cristianismo implica una «Gracia a un precio muy alto) decía Dietrich Bonhoeffer. Ante el riesgo de la Gracia, algunas corrientes del cristianismo se repliegan y optan por una salvación restringida al propio mérito del grupo.
En Jesús mismo emerge este dilema. «No está bien dar el pan de los hijos a los perros», le dice a una mujer cananea que pedía que liberara a su hija de un espíritu inmundo; «pero también los cachorritos comen del pan que cae de la mesa de los hijos» (Mc 7,37), le responde la mujer extranjera.
Y Jesús reconoce en esa mujer la lucidez del Espíritu Santo, la insistencia insistencia del evangelio de la gracia, la fe en una bendición que emerge desde el cielo tanto como desde el fondo del propio pozo, de lo que hemos sufrido y amado juntos, y que ofrece sanación a todos, a cualquiera que la necesite y sinceramente quiera.
Cristo nos transform en sus hermanos, haciendo a cualquier ser humano uno de los suyos, pidi ndonos hacer a cada cualquiera un uno de los nuestros Expresiones papales El magisterio de la Iglesia reconoce el derecho de los Estados a reglamentar la migración y a salvaguardar la seguridad nacional.
En Centesimus Annus (1991), san Juan Pablo u nos recuerda que «la solución no es simplemente abrir las puertas a todos sin más, sino trabajar por un mundo más justo en el que los individuos y las familias puedan vivir dignamente en su propio país». Sumando a esta misión de inspirar el compromiso político que cuida las democracias en los países de origeny reconociendo el derecho a migrar por razones de trabajo, el Papa Francisco en Evangelii Caudium (2013) nos pide priorizar incondicionalmente a aquellos que huyen de la violencia y la persecución que pone en riesgo sus vidas.
Refiriéndose al deber inexcusable inexcusable de dar refugio, sostiene que «los Estados tienen el derecho de regular la inmigración, pero no pueden cerrar las puertas a quienes huyen de situaciones extremas». El derecho al refugio es prioritario.
El diálogo entre quienes busquen adorar a Dios en «espíritu y en verdad» ayuda a tomar conciencia de vestigios de narcisismo enquistados en nuestras propias religiones (como formas de una salvación reservada a los «nuestros») que pudieran fundamentar pretensiones de superioridad étnica en una errónea compresión del ser «pueblo elegido». La experiencia del Espíritu Santo operando un ensanchamiento de nuestra conciencia, una ampliación del modo de entender nuestra identidad y pertenencia, nos pudiera permitir asumir serenamente junto a muchos diversos «otros» un destino común, un destino fraterno compartido, aunque sea duro.
Un destino que por la propia fe en Cristo Resucitado sabemos que no es camino de perdición sino de triunfo... «vengan benditos de mi padre» (Mt 25,34). M Riesgo para quienla ofrece dr no sercorrespondido, riesgo para quien la recibe de sbusar de ella, dr usar el nombre de Dios para continuar con el daño. rl abuso de la gracia es terrible, porquera roel fondo un suicidio prrsonaly colectivo. Quizás Lara von Trirr alude a ello en su película Osgaille (2003)..