COLUMNAS DE OPINIÓN: Antártica se estremece
COLUMNAS DE OPINIÓN: Antártica se estremece Dr. Mauricio J. Rondanelli Reyes Biólogo Centro de Estudios Europeos UdeC La región antártica ha mostrado en los últimos años una creciente actividad sísmica, especialmente en zonas como la Península Fildes y el Paso Drake.
Estos movimientos telúricos han despertado el interés de la comunidad científica por su posible relación con el cambio climático, la dinámica de las placas tectónicas y la seguridad de las bases científicas instaladas en la región.
Uno de los eventos más significativos ocurrió el pasado mes de mayo en el Paso Drake donde se registró un sismo de magnitud 7.5 en la escala de Ritcher, considerado el más fuerte en la Región de Magallanes en más de siete décadas.
Este evento no solo generó preocupación por su intensidad, sino también por su ubicación estratégica sobre la placa de Scotia, la cual forma una cuña entre la placa Sudamericana y la placa Antártica; una zona de subducción activa que ha sido históricamente compleja y poco monitoreada debido a su lejanía y condiciones extremas.
En la Península Fildes, donde se ubican varias bases científicas internacionales, incluidos asentamientos chilenos como la Base Presidente Eduardo Frei Montalva y la Base Profesor Julio Escudero, del Instituto Antártico Chileno (INACH), se han registrado una serie de micro y meso sismos que, aunque no han causado daños estructurales, sí han motivado revisiones en los protocolos de seguridad y monitoreo sísmico. El aumento de la actividad telúrica en estas áreas podría estar vinculado a procesos de desglaciación acelerada, que alteran la carga sobre la corteza terrestre y podrían inducir movimientos tectónicos. Esta hipótesis, aún en estudio, refuerza la necesidad de una vigilancia sísmica más robusta en la región, así como de una cooperación internacional más estrecha para comprender los riesgos geológicos emergentes en el continente blanco.
Estos eventos recientes sumados a los procesos de deshielo de la región, al aumento del turismo no controlado, la alerta que genera la llegada de organismos invasores al territorio y la cada vez más cercana fecha en la que se podría solicitar la revisión del Tratado Antártico, en 2048 (basta que un solo miembro consultivo así lo solicite), subrayan la importancia de considerar esta región como un entorno geodinámico activo que merece más atención científica y una vigilancia estratégica constante. Como señala el dicho popular, Chile en esta materia no solo deberá serlo sino también parecerlo..