CAMINOS DE LA NARRATIVA
CAMINOS DE LA NARRATIVA FRAGUA Simón Soto Ediciones UDP, 130 páginas $18.000 ENSAYO Simón Soto es un narrador, guionista y ensayista, pero, sobre todo, un narrador talentoso y disciplinado.
Soto plantea en este libro, desde ese ángulo, una versión exorbitada de la narrativa que, en cuanto a lenguaje, no solo se despliega en la literatura, sino también en el cine, en el cómic y en la ficción audiovisual seriada.
Esta distinción --entre literatura y narrativa-le permite intentar, en sordina, el desarrollo de una suerte de teoría general de la narrativa donde la literatura se conecta y se alimenta recíprocamente con el cine, el cómic y las series de televisión, entre otras expresiones artísticas. El libro está estructurado en dos partes. La primera --llamada "metales candentes"-contiene una secuencia numerada de más de cien textos breves. Estos, a veces, son escuetos aforismos, citas a autores de referencia, fragmentos y, mayormente, prosas breves. Este género --la prosa breve, redonda, elaborada con preciosismo en su lenguaje, aunque diáfana-calza a la medida del autor y su cultivo aquí representa uno de los aportes mayores de este libro. La segunda parte --llamada "Herramientas de trabajo"-contiene, en cambio, ensayos más extensos (6), de una amplitud temática mayor y desbordante, aunque siempre vinculados (de un modo explícito o latente) con la literatura y la narrativa.
La diferencia de extensión les confiere un estilo distinto a las dos partes, más pulido, sereno y encuadrado en la primera, mientras en la segunda la prosa fluye más rápida y compleja, aunque ambas, si se las mira con algo de distancia, pertenecen al ensayístico. El libro reúne, pues, dicho de manera gruesa, ensayos de distinta extensión.
En cuanto a la temática, la señala el subtítulo: "Notas sobre literatura, el oficio de escribir y otras aficiones". Se trata, por tanto, de un ejercicio de pensamiento que lleva a cabo un narrador acerca de su propio oficio. Es un texto metaliterario, que, en una primera mirada, habla sobre literatura desde fuera de sí misma. Sin embargo, en el caso de Soto y este libro, es un narrador apasionado por la literatura, que desde el interior de la misma y con la intencionalidad de esta, se refiere a ella. No es la obra de un académico, sino de un escritor que reflexiona de tal manera que las huellas y procedimientos que ocupa al narrar se proyectan a su reflexión. La tensión antigua entre el narrar y el pensar la neutraliza Soto trabajando la escritura con afán narrativo.
Las reflexiones de Simón Soto interesan a cualquier lector y también, por supuesto, a los escritores, ya que una parte importante de este libro trata del oficio de escritor, de cómo se gesta y desenvuelve en el día a día.
Es conveniente considerar que, a menudo, estas reflexiones se refieren no solo a lo que la literatura es, sino a cómo debe ser, es decir, contienen una preceptiva que tiene un sentido singular para el artista joven, aquel que se está iniciando en los caminos de la narración.
Las prosas en las que el autor describe y aconseja acerca del oficio del escritor poseen formalmente una originalidad no menor porque en su factura siempre está presente apretadamente la experiencia del novelista que muestra, a la luz de la misma, los entresijos de la creación literaria. Fragua gira en torno a un modelo de escritor, aquel que el propio autor denomina "profesional", entendiendo esta palabra en su sentido más propio y profundo.
Se trata, como sabemos, de tan solo uno de los modelos que teórica e históricamente se han dado, pero al cual Soto apasionadamente se aferra y promueve, modelo quizás que, en nuestro ámbito geográfico y cultural, esté representado de manera excelente por Mario Vargas Llosa. Soledad, silencio, investigación y observación, trabajo paciente, demoroso y cotidiano, preparación antes de la ejecución, cuidado por la estructura de la narración, entre otros, son los puntos que van formando la figura de este narrador.
Sin embargo, dentro del profesionalismo que Soto concibe y recomienda se da una fuerte y enfática apertura, un salir la literatura desde sí misma para indagar en textos de otras disciplinas, en expresiones artísticas ajenas, un salir también a la calle en la cual el escritor encuentra una cantidad significativa de materiales para su obra. La escritura creativa para Soto no es una actividad ensimismada, sino que se proyecta hacia la realidad social. El carácter exorbitante de la narrativa que resulta de esta lectura se vincula también con la función social que el autor de este libro le confiere a la literatura.
En la visión de Simón Soto esta es esencial a la hora de construcción social de sentidos, contiene la violencia, la exorciza y neutraliza, construida la literatura aquella a partir de la duda y el conflicto. Fragua, en definitiva, es una contribución apasionada que un escritor lleva a cabo sobre su propio quehacer.
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