Autor: Por Andrés Gómez Bravo
Columnas de Opinión: RESEÑA DE LIBROS
Columnas de Opinión: RESEÑA DE LIBROS Antes de descubrir la literatura, Simón Soto se enamoró del cine y los dibujos animados. Ciertamente, su imaginación fue delineada por las películas y ello se advierte en la agilidad y visualidad de sus novelas y cuentos. Autor de Matadero Franklin, Soto es un escritor que piensa en la literatura, en sus materiales y en el oficio.
“La literatura elige el camino de la duda, de la ambigúedad, del cuestionamiento”, afirma en este volumen que reúne notas y enla lectura, a la relación sayos breves en torno a la escritura y la forma del cuento. También del escritor con el entorno o a aquí se pregunta por el wéstern chileno o la violencia en las obras creativas. Con un estilo magnético, en estas reflexiones desfilan desde Susan Sontag y Mario Vargas Llosa a Martin Scorsese y, desde luego, grandes series como The Sopranos, que han definido su imaginario. Poco después de cumplir 30, Paulina debe volver a la casa de sus padres, agobiada por las deudas. Endeudada con cinco bancos, ya no puede seguir bicicleteando. Sus padres la reciben pero la envían a Futrono, que es el nombre que su madre da a una bodega al fondo del patio. Debe ordenar su vida y tiene prohibida las visitas de amigos. “Aquí no hay trufas bajo la tierra, tesoros escondidos en la humedad, el frío y la lluvia. Solo hay humedad, frío y lluvia. Frío en el alma. Lluvia oprimida: angustia”, escribe. Paulina creció en una familia disfuncional, en un entorno que confundió la felicidad con el consumo, mezclando alcohol, droga, ansiolíticos y mal sexo. Novela fragmentaria, estructurada en torno a las cuotas que la protagonista debe pagar, Futrono es una novela de rasgos generacionales que se pregunta por la identidad, las emociones y la salud mental. Absocución Vda detal bs “Se daban tantos cócteles en aquellos días... Y cuando se celebraban por la tarde los llamábamos “recepciones en el jardín”, pero seguían siendo cócteles”, recuerda Tricia. Entonces ella era una graduada universitaria de 23 años, pero en el Saigón de 1963 solo quería ser “la abnegada esposa de mi marido” y participar de las recepciones y cenas en la embajada americana. En esa época, en la antesala de la guerra de Vietnam, Tricia conoce a Charlene, madre de tres hijos que se dedica a organizar actividades de beneficencia para los huérfanos y necesitados.
Muchos años después, en cartas con la hija de Charlene, Tricia recuerda ese tiempo, trata de entender la figura de Charlene y se pregunta si acaso esos actos de caridad no encerraban también una forma de dominación. Una novela elegante, sensible e inteligente. Libros del Asteroide Futrono Cecilia Alfaro Gómez Hueders Fragua Simón Soto Absolución Alice McDermott. Ed. UDP Absocución V