COLUMNAS DE OPINIÓN: El mérito socialdemócrata de Jara
COLUMNAS DE OPINIÓN: El mérito socialdemócrata de Jara J eannette Jara se presenta como «la niña del Cortijo» que podría llegar a La Moneda: hija de Conchalí y de la educación pública, primera universitaria de su familia, ministra y hoy candidata presidencial. Enumera el esfuerzo familiar y la porfía de seguir esforzándose, más aún si las cosas son difíciles.
Esa retórica del esfuerzo y ascenso individual suele ser apropiada por la derecha ("si ella pudo, todos pueden"); es una cuestión de querer, de modo que la sociedad no tiene verdadera responsabilidad en el destino individual. Sin quererlo, Jara reabre una discusión en la izquierda: cómo reconciliar la idea de mérito con un proyecto de justicia social, sin que sea apropiada por la meritocracia neoliberal. El caso no es nuevo. En Francia, la biografía de la ministra Rachida Dati fue usada por Nicolas Sarkozy como vitrina de integración republicana: una coartada para defender la selección escolar y relativizar las barreras de clase. En la misma época, Rama Yade --también ministra de origen migrante-advertía que esos relatos "milagrosos" sirven, justamente, para ocultar la regla: la reproducción de privilegios. Las trayectorias de Dati y Yade fueron leídas por discursos opuestos. Eso puede ocurrirle a Jara. El concepto de mérito es endiosado por la derecha y demonizado por la izquierda. Eslóganes meritocráticos del "esfuerzo personal" contra "el Estado asistencial" son levantados por la derecha. La izquierda anquilosada lo entiende como un mero concepto ideológico que justifica las desigualdades. Entre esos extremos se ubica Jara, claramente en un horizonte socialdemócrata y de renovación socialista. Su novedad, ya no electoral, es ocupar un espacio que hasta ahora, en Chile, estaba vacío: el de una figura pública que encarna mérito personal sin entregarse al mito meritocrático. Su desafío no es negar la potencia simbólica de su biografía, sino evitar que se use como prueba de que el sistema es justo en esencia. Reivindicar el mérito, pero no el mito. Nivelar el terreno para que el esfuerzo no dependa de la cuna; que el milagro no sea la excepción. Es una cuestión abierta si su programa de reformas es coherente con ello. Si logra traducir ese discurso en políticas concretas, podría convertir su caso en algo más que un afiche motivacional. Pero deberá decirlo más fuerte: su historia no refuta las desigualdades, las ilumina. Solo si asume ese matiz podrá rescatar el concepto de mérito para una izquierda que lo había relegado, y desactivar la lectura conservadora que ya afila titulares. En esa cuerda floja se juega algo más que una campaña: la posibilidad de renovar el lenguaje socialista sin abandonar la crítica estructural. Esa es la conversación que Jeannette Jara, quizá sin proponérselo, acaba de poner sobre la mesa. El mérito socialdemócrata de Jara Mauro Basaure Académico de Sociología UNAB "La candidata deberá decirlo más fuerte: su historia no refuta las desigualdades, las ilumina"..