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DipLomacia científica: una oportunidad para La zona extrema austraL
DipLomacia científica: una oportunidad para La zona extrema austraL El pasado mes de julio, el Proyecto Patagonia inició su marcha blanca. Existen grandes expectativas de esta iniciativa, que busca integrar a las instituciones de educación superior y centros de investigación de la macrozona austral a las redes globales de investigación y educación.
En paralelo, el Instituto Antártico Chileno permanentemente desarrolla líneas de acción para estimular la cooperación internacional, potenciando la investigación científica chilena que se realiza en la Antártica, a través de vínculos entre nuestros científicos y los programas antárticos de otros países.
Por otro lado, hace un par de meses, nuestro país fue anfitrión de la Conferencia Abierta del Comité Científico de Investigación Antártica, reuniendo a 1.500 personas de más de 50 países, situando a la zona extrema austral como epicentro de la ciencia antártica a nivel mundial. La diplomacia científica se concibe como una herramienta clave para enfrentar los desafíos globales del siglo XXI mediante la colaboración internacional en ciencia y tecnología. De esta forma, este instrumento se propone como un puente que facilita la cooperación entre países, favoreciendo interacciones científicas para la estabilidad y el desarrollo global. En particular, se habla de “ciencia para la diplomacia” a aquella cooperación científica que busca contribuir a las relaciones entre países, utilizando la ciencia como un medio para enriquecer los vínculos internacionales.
Las iniciativas que ha liderado nuestro país en materia de ciencia y tecnología en la zona extrema austral aportan a esta perspectiva contemporánea de las relaciones internacionales, transformándolas en una oportunidad, no solo para el desarrollo de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, sino también para fomentar la cooperación y colaboración científica entre países. Carlos Saraos Magister en Ciencia Política.