Cuidar la democracia: las buenas intenciones no bastan
Cuidar la democracia: las buenas intenciones no bastan buenas intenciones no bastan Cristián Valdivieso Director de Criteria a crisis subprime de 2008 no solo golpeó la economía global, sino que marcó el inicio de un lento pero sostenido retroceso de la democracia liberal. Lo que en su momento pareció un golpe puntual a la confianza en el sistema resultó ser el comienzo de una crisis más profunda. El Índice de Democracia 2024 de The Economist confirma lo que muchos intuíamos: la democracia no había estado tan debilitada en casi 20 años. Menos del 7% de la población mundial vive en una democracia plen= En solo 71 países hay algún tipo de democracia y apenas en 24 esta es plena. América Latina ha sufrido la mayor regresión con un deterioro sostenido desde 2008. Este declive no es casual. La democracia fue desafiada primero por una izquierda identitaria que, obsesionada con causas simbólicas, perdió conexión con las preocupaciones materiales de la mayoría. Luego emergió la nueva derecha (o derecha alternativa), impulsada por una sociedad que ha perdido confianza en que la democracia pueda ofrecer soluciones efectivas sin sacrificar derechos y contrapesos institucionales. Visto así, el problema no es solo que surjan líderes populistas y nacionalistas de izquierdas o derechas, sino que las democracias tradicionales no logran responder concretamente frente a un mundo incierto. Pero la democracia sigue siendo "el peor sistema de gobierno, con excepción de todos los demás", como decía Churchill. Por lo mismo, hay que defenderla. Su fragilidad no es excusa para ceder ante el autoritarismo, tentación siempre presente en momentos de inestabilidad y de la cual las sociedades terminan arrepintiéndose. El desafío es fortalecerla sin caer en abstracciones ni "buenismos" que alimentan la idea de que la democracia es un juego de interés de las élites. Tres ideas para la discusión. Primero, entender profundamente los miedos de una sociedad fragilizada. Desestimarlos como simples irracionalidades o producto de "fake news" es un error. La inseguridad, el desorden migratorio, el bajo crecimiento y la desconfianza institucional son muy reales, y la democracia debe ofrecer contención, horizonte y respuestas concretas. Segundo, despolitizar la indignación. Los políticos no pueden vivir permanentemente enrabiados, porque eso solo termina indignando más a la gente con la democracia. La política necesita menos gestos de ira y más capacidad de negociación y de resultados. Finalmente, evitar la instrumentalización política de las minorías con fines electorales. La democracia se fortalece cuando la mayoría social se siente parte de un proceso colectivo de mejoras continuas antes que de una dinámica identitaria y adversarial. El retroceso democrático no es inevitable, pero frenarlo requiere algo más que buenas intenciones. Si la democracia liberal sigue sin aportar sentido y ofrecer respuestas concretas, los discursos autoritarios no solo seguirán avanzando: terminarán imponiéndose. seguirán avanzando: terminarán imponiéndose. seguirán avanzando: terminarán imponiéndose..