Autor: CONSTANZA MENARES
16 Cóndores han sido liberados en Chile desde 2019, tras un largo camino de recuperación
16 Cóndores han sido liberados en Chile desde 2019, tras un largo camino de recuperación El ave es parte del escudo nacional, junto al huemul:Cuatro cóndores extienden majestuosidad silenciosa. sus alas y vuelan con una Parece un gesto natural, pero ese acto esconde un arduo proceso de recuperación y rehabilitación. La liberación, realizada en febrero pasado en el Parque Nacional Patagonia (Región de Aysén), es parte de los trabajos del Proyecto Manku, una iniciativa colaborativa entre Filantropía Cortés Solari, Rewilding Chile y Aves Chile. Desde el 2019, este proyecto ha permitido devolver 16 cóndores a la naturaleza.
A pesar de ser un emblema nacional su imponente figura es parte del escudo patrio junto al huemul que debiese ser protegido, el cóndor andino enfrenta amenazas constantes, muchas de ellas provocadas por el ser humano. Cebos tóxicos, perros asilvestrados y colisiones con líneas eléctricas y aerogeneradores son solo algunos de los motivos por los que los cóndores encuentran la muerte. En el mejor de los casos, solo quedan heridos y son rescatados y tratados por especialistas. Los cuatro ejemplares liberados a comienzos de este año nofueron la excepción: llegaron a manos humanas tras haber sido intoxicados con cebos envenenados. “Algunos campesinos los disponen en el campo para controlar a los perros asilvestrados que atacan a su ganado. En esos casos, el cóndor se convierte en una víctima colateral”, explica Eduardo Pavez, director del Proyecto Manku. El ornitólogo precisa que el haber devuelto a su medio natural a 16 “condoritos” en cinco años es un logro importante: “Es harto, considerando todo el trabajo que implica su rehabilitación, liberación y seguimiento. Antes de 2019 era más difícil.
En ese año, se creó el Proyecto Manku y ahora el trabajo colaborativo entre las tres fundaciones que lo componen, más el apoyo del Zoológico Nacional en los temas médicos veterinarios, hace la labor bastante más efectiva”. La reintroducción es clave para la conservación de esta especie, de la cual no se conoce con precisión el número total de su población en el país, aunque sí es seguro que el 70% vive en la Patagonia y el porcentaje restante mayoritariamente en la zona central. Liberación de cóndores en el Parque Likandes, en diciembre de 2020. En febrero de este año, cuatro cóndores, tres machos y una hembra, también fueron devueltos a su hábitat en el Parque Nacional Patagonia. En no“También se sabe que Chile y Argentina tienen las poblaciones más numerosas a nivel global”, asegura Pavez. El experto aclara que, actualmente, “el cóndor está clasificado como casi amenazado en el país.
Esto significa que, aunque aún tenemos poblaciones relativamente abundantes, su situación es sensible y podría estar amenazado en un futuro cercano”. Cristián Saucedo, director de Vida Silvestre de Rewilding Chile, comenta que cuidar de estas aves es también relevante, porque “cumplen un rol clave en los ecosistemas, ya que se alimentan de cadáveres de animales muertos que pueden convertirse en focos infecciosos, que incluso pueden llegar a afectar la salud de las personas”. Un mundo desconocidoSi bien es una buena noticia, la liberación es solo un paso más de la larga reintroducción de la especie a su medio natural.
El ciclo es así: los cóndores que son rescatados por ejemplo, porque alguien encontró uno herido y realizó una denuncia ciudadana que se canaliza mediante las municipalidades, Carabineros o el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) son enviados por el SAG a la clínica del Zoológico Nacional en Santiago para su evaluación médica. Una vez dados de alta de ese lugar, son trasladados a Talagante, al Centro de Rehabilitaciónde Aves Rapaces (CRAR) de Aves Chile, para su rehabilitación. Pavez cuenta que “ahí pasan el mayor período de tiempo socializando con otros cóndores, recibiendo alimentación natural (carroñas enteras), en aislamiento humano y ejercitando su musculatura en grandes jaulas.
Una vez que se considera que están bien, se trasladan a una jaula de preliberación en alguna de las dos bases de campo, una en la Reserva Elemental Likandes en el Cajón del Maipo y la otra en el Parque Nacional Patagonia en Aysén”. Luego de dos meses en esas condiciones, se sueltan.
Entonces, “el desafío principal es que los cóndores sean capaces de encontrar por sí solos las carroñas que constituyen su ali-IRALOSSÉTROCAÍPORTNALIFmento, ello considerando que la mayoría de las que liberamos son aves sin o con poca experiencia de vuelo y, por lo mismo, enfrentan un mundo desconocido.
En este contexto, es también fundamental que estén conductualmente saludables, es decir, que tengan interés en seguir a otros cóndores que son los que, en definitiva, les van a mostrar dónde hay alimento”, señala el profesional. Pavez agrega que los individuos liberados se equipan con un transmisor de radio y otro satelital para realizarles seguimiento durante tres o cuatro años, dependiendo de la vida útil de la tecnología.
“Esto nos permite seguir a cada cóndor y verificar su patrón de vuelo y movimiento, lo que nos indica si el proceso de inserción está siendo adecuado o si, en su defecto, el ave tiene problemas y eventualmente podría ser necesario su captura para ser ingresada otra vez al centro de rehabilitación”. Saucedo advierte que “el futuro del cóndor depende del trabajo que desarrollemos”. Francisca Cortés Solari, presidenta ejecutiva de Filantropía Cortés Solari, comenta que “para que estos proyectos sean exitosos es muy importante la colaboración.
Gracias a esta poderosa alianza público-privada, se ha contribuido a los procesos de rehabilitación y liberación de esta ave que es tan emblemática para Chile y la cordillera de los Andes”. El vuelo no termina aquí: “En noviembre de 2024 esperamos liberar a tres cóndores más”, adelanta Pavez. Los cóndores liberados portan un transmisor de radio y otro satelital para realizarles seguimiento durante tres o cuatro años.
Así se puede saber cómo va su reinserción al mundo silvestre.. La especie está clasificada en el país como “casi amenazada”, lo que significa que, aunque aún existen poblaciones relativamente numerosas, su situación es sensible y podría estar en peligro en el futuro cercano. Devolver los ejemplares rehabilitados a su hábitat natural es parte de las estrategias de conservación. El ave es parte del escudo nacional, junto al huemul: viembre se espera lograr reintroducir tres más.